Somos creadores de nuestros propios infiernos.
La vida me da golpes tan duros que siento que jamás volveré a ponerme en pie.
En estos mismos instantes podía sentir llegar a sentir como el mundo en el que vivía se iba quebrando dejando unas grietas visibles que en cuanto observé a ambos policías esposándole, aquel mundo del que hablaba se rompió en pequeños pedazos que imposiblemente podían ser recompuestos, bajo mis pies.
Podía llegar a imaginar el dolor que aquello produciría pero no se comparaba con aquella imagen que estaba frente a mis ojos, ya que no podría imaginar algo semejante.
—¡No, no podéis hacer eso! —vociferé, aproximándome hacia ellos logrando sostenerme al cuerpo de Justin.
—Señorita, le voy a pedir encarecidamente que guarde distancia con el detenido. —advirtió, uno de ellos.
Negué con la cabeza, sintiendo como las lágrimas picaban en el lagrimal como si pidieran permiso para dejarlas salir.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, Cody en el nombre de todos ellos.
—¡Dicen que él a matado a un tal Tom Hemsworth!... —señalé a Justin. —...¡lo que es una vil mentira!
—¿Tienen una orden judicial? —preguntó Shawn.
Los tres asintieron con la cabeza y uno de ellos le entregó una carpeta donde se suponía que contenía los papeles de la orden judicial y tras leer atentamente lo que contenía le entregó la carpeta de nuevo.
Me percaté de la compasiva mirada que Justin me transmitía, lo observé detenidamente y pude leer lo que sus labios me intentaban comunicar.
—Tranquilízate, todo estará bien. —hizo una mueca.
Tragué saliva y acabé asintiendo con la cabeza, pero sabía a ciencia cierta que eso no sucedería.
En cuanto observamos como ambos incorporaban a Justin para adentrarlo al vehículo, Taylor cerró la puerta para que no pudiera seguir observándolo su ida.
—¿Alguien me puede decir que está ocurriendo?... —cuestioné. —...¿en verdad Justin lo hizo?
Todos ellos negaron con la cabeza, observándome.
—¿Entonces? —cuestioné de nuevo.
—Kylie, siento hacerte saber esto por mí mismo... —tragó saliva, Taylor. —...pero a Tom Hemsworth lo mataste tú.
—¿Él era Hemsworth? —jadeé.
Todos ellos asintieron con la cabeza, sin nada que objetar.
—¡Entonces tengo que entregarme, él no tiene la culpa de mi error! —corrí hacia la puerta, abriéndola.
—¡Kylie, espera!... —me llamó, Taylor. —...no puedes hacer eso, ¿me escuchas? Eres una buena chica que no merece irse a la cárcel por defender a alguien que no lo necesita. No es la primera vez que Justin pasa por esto y no creo que sea la última, por lo que él sabe lo que tiene que decir o hacer para que lo pongan en libertad.
»De no ser así, nosotros nos encargaremos de ello. Pero en ningún momento tienes que meterte en esto, sé que tienes mucho que ver con esto, pero Justin nos mataría si tu llegaras a confesar para salvar su culo, para culpar el tuyo.
—De acuerdo, ¿pero tenéis algo pensado? —pregunté, esperanzada.
—Primero tenemos que enterarnos de cómo va la cosa, después de ello si hace falta intervendremos. —ladeó la cabeza.