El demonio no siempre está en el infierno.
Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno.
La crisis respiratoria comenzó a aumentar de intensidad a causa de ello estaba empezando a entrar en un cuadro de ansiedad, sentía una leve hinchazón en el fondo de la garganta que obstruían mis vías respiratorias.
Estoy comenzando a encontrar confort en mi oscuridad.
—¿Qué le está pasando?... —preguntó Justin, tenso. —...¡alguien me puede decir algo!
—Está teniendo una reacción alérgica.—comentó Taylor, arrodillándose a un lado.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Justin, frunciendo el ceño.
—Las reacciones alérgicas son algo evidentes, además de que tiene un brazalete identificativo que describe su alergia a los frutos secos... —argumentó, negando con la cabeza. —...joder, ¡Justin no me digas que le has dado la jodida pizza!
Justin se encogió de hombros por primera vez, sin saber que hacer.
—¡Y yo que diablos sabía! —exclamó, saliendo de la habitación.
—Si es alérgica tendrá que llevar encima la epinefrina para cualquier momento... —susurró para si mismo. —...¿dónde está el bolso que le quitó Justin?
Cody reaccionó, caminando por toda la habitación y abriendo cajones por doquier tratando de encontrarlo. Al encontrar el bolso que estaba buscando corrió hasta donde nos encontrábamos y Taylor me introdujo el dispositivo en el lado externo de mi pierna, sin tapujos.
Sentí fluir el líquido por lo largo de mi pierna, segundos después sentí una mano posándose sobre mi mandíbula para abrir mi boca y introducir una pastilla sobre mi lengua, fruncí el ceño.
—Es pirilamina, para los eczemas... —comentó, observándome con preocupación en el rostro. —...Shawn será mejor que le traigas un vaso de leche caliente con miel, lo más seguro que tenga una baja repentina de la presión.
—Taylor, será mejor que dejes el rol de médico y subas a ver a Justin... —comentó Cody, en el umbral de la puerta. —...está teniendo uno de sus brotes.
Taylor agarró mi cuerpo sin ningún esfuerzo para depositarme sobre el terso y mullido colchón de la cama y tras darme un último vistazo despareció de mi vista dejando a cargo a Shawn, quién me recibió con un vaso de leche en las manos como le había ordenado Taylor minutos antes.
El suso dicho corrió por el pasillo subiendo los peldaños restantes que permitían acceso a la azotea de la casa, donde se encontraba Justin golpeando sus puños duramente contra la superficie del suelo provocando que estos empezaran a agrietarse y con ello a sangrar por sus continuos golpes.
Taylor empujó el cuerpo de Justin impulsando su cuerpo contra el suelo de una embestida y trató de agarrar sus brazos con la ayuda de Cody para que dejara de autolesionarse.
—¿Qué diablos te crees que estás haciendo? —preguntó Taylor, enfurecido.
Con la respiración agitada a la misma vez que enfurecido empujó ambos cuerpos que estaban sobre él tratando de retener sus brazos, negó con la cabeza al mismo tiempo que alzaba su cuerpo y se dirigía a las escaleras que comunicaban con el interior de la casa.
Al mismo tiempo que él bajaba, Shawn impidió su paso subiendo los peldaños de escalera junto a una botella de Whisky en una de sus manos. Justin esbozó una sonrisa y de inmediato le arrebató la botella bebiendo un largo trago de esta provocando que su garganta se contrajera por el líquido que bajaba vertiginosamente por esta.
