Ella es un ángel con el alma de un demonio.
Él no era un ángel, y yo precisamente, no era tan santa.
Me removí inquieta posicionando mi cuerpo hacia un lado pero al sentir como pequeños granitos de arena conseguían adentrarse a través de mi boca entreabierta, me incorporé de inmediato y pasé ambas manos por todo mi rostro retirándola.
Observé a mi alrededor y todo lo que podía ver eran las olas del mar rompiéndose a cada momento, tragué saliva. Ahora me encontraba sentada sobre la gélida arena que podía sentir a través del pantalón, traté de regular mi respiración que iba incrementando por segundos.
Traté de visualizar algo a lo largo de la playa y logré distinguir una silueta aproximándose hacia donde me encontraba, en grandes zancadas. Me levanté de inmediato, sintiendo como el corazón golpeaba con fuerza las paredes que le envolvían.
—¡CORRE! —gritó la persona que estaba acercándose a mí, con voz angustiada. De repente, algunas de las farolas que rodeaban la playa iluminaron todo el lugar y pude visualizar el rostro de la persona que corría como si le fuera la vida en ello. —¡VAMOS, KYLIE!
Justin.
Mis piernas pronto reaccionaron y empezaron a moverse, pronto me alcanzó empujando mi cuerpo en otra dirección. Subimos las escaleras que separaban la playa de la carretera y nos adentramos entre las calles, las cuales se encontraban sumamente vacías.
De pronto, sentí como entrelazaba su mano junto a la mía y nos metió a ambos en el sombrío callejón. Apoyé mi espalda con fuerza contra la pared, sintiendo la adrenalina fluir por mis venas y las lágrimas picando para ser liberadas.
—¿Qué está pasando? —negué con la cabeza, coincidiendo con su mirada. —¿QUÉ DIABLOS ESTÁS HACIENDO?
Sus manos sostenían un arma blanca que podía matar a cualquiera en un abrir y cerrar de ojos. Dirigió el cuchillo al centro de su cuerpo y cerró los ojos, siseando a sí mismo.
—Él está viniendo a por mí y si te ven relacionada conmigo, te matarán. —susurró, negando con la cabeza. —Prefiero herirme primero a mí, que herirte a ti. Y si eso significa quitarme de en medio, lo haré.
Sus manos se impulsaron hacia adelante y antes de que pudiera hacer algo al respecto, el cuchillo se enterró en lo más profundo de su cuerpo.
—¡NO! —vociferé, aproximándome hacia su cuerpo antes de que se precipitara contra el suelo. Sostuve su cuerpo sollozando contra su pecho, sorbí por la nariz y traté de controlar mis quejidos tras escuchar pequeñas pisadas aproximándose hacia dónde nos encontrábamos.
Mi respiración se aceleró y agarré el cuerpo inerte que descansaba en mis brazos, arrastrándolo por todo el callejón hasta ocultarlo tras unos contenedores de basura.
—Kylie Jenner... —murmuró una voz grave tras mis espaldas.
Me di la vuelta lentamente hasta encontrarme cara a cara con el presunto sujeto que nos perseguía. Su vestimenta consistía en unos pantalones negros y en una sudadera de la misma, ocultando su rostro bajo la capucha.
—¿Cómo- —exhalé, observando el camino de sangre que había dejado tras arrastrar el cuerpo de Justin.
El sujeto observó al cuerpo que descansaba a un lado y soltó una carcajada, provocando que me estremeciera.
—Pobre ingenuo. —negó con la cabeza, agitando el arma que llevaba en una de sus manos. —Ha cavado su propio infierno. Y ya que él está muerto, ya no nos haces falta querida.
