Capítulo 26

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Finalmente, Edmund había salido del hospital; el doctor reconoció que Edmund estaba recuperándose de manera favorable y muy rápida, así que después de realizar los trámites necesarios, el omega salió del hospital acompañado de sus hermanos, su madre y Caspian.

Edmund se despidió del doctor y le agradeció por todo el trato tan lindo que le dieron. El doctor aceptó su agradecimiento.

- Me recuerdas mucho a mí, también a tu edad conocí a un alfa que ahora es el amor de mi vida y con el cual, tengo una hermosa familia y 2 cachorros. Nosotros también pasamos muchos momentos difíciles, tal vez no tanto como tú, pero lo único que te puedo decir es que eres muy afortunado por tener a alguien como Caspian contigo, juntos saldrán adelante. Cuídate mucho Edmund – le regaló una sonrisa sincera.

- Gracias doctor – le regresó la sonrisa y ambos se dieron un abrazo con cariño.

Finalmente estaban de camino a la casa. Edmund estaba muy emocionado, pues extrañaba su hogar. El camino estuvo lleno de risas y juegos.

Al llegar a la casa de los Pevensie, Edmund fue sorprendido con una fiesta de bienvenida; Miriam, Jack, Aslan y la madre de Caspian lo estaban esperando con una pancarta que decía "Bienvenido a casa, Edmund" junto con muchos globos, flores y mucha pizza y pastel para comer.

La bienvenida tan linda y cálida que le dieron hizo a Edmund llorar de alegría. El resto del día estuvo lleno de platicas, risas y juegos que Lucy y Susan inventaron, todo bajo los límites que Edmund pudiera soportar, pues aún estaba en recuperación.

Alrededor de las 8 pm, todos se despidieron y regresaron a sus respectivas casas. Caspian no quería irse, pero Edmund lo convenció de ir esa noche a su casa para que descansara como debe de ser. Caspian se negó en múltiples ocasiones, pero al final terminó aceptando.

Edmund subió a su recamara y al entrar, sintió como si hubiera tenido mil años que no estaba ahí. Se dio una larga ducha con agua caliente, se vistió con una pijama de color blanca y estampada de pequeñas serpientes color verde.

Acomodó su cama y se aventó en ella, enredándose en las suaves sabanas y sintiendo su pecho cálido, al fin estaba en casa, después de toda la pesadilla que tuvo que vivir.

Se acomodó mejor y admiró el cielo nocturno a través de su ventana. Dentro de dos días sería la ejecución de Miraz, y Edmund estaba un poco asustado. Aún estaba unido al alfa y no sabía que iba a proceder con esa unión. Lo más probable es que esa unión se rompa cuando Miraz deje este mundo, cosa que aterraba a Edmund, pues había escuchado que cuando la unión se rompe por la muerte de la otra persona, el sufrimiento era insoportable. Y Edmund no quería sentir ese sentimiento.

También se dio cuenta que, desde esa noche en el hospital, cuando sintió la tristeza y el sufrimiento de Miraz y que fue la causa que haya rechazado por un momento a Caspian, no volvió a sentir ningún sentimiento por parte del alfa. Es como si esa unión no existiera, a pesar de que ahí estaba, Edmund no sentía nada por parte del alfa.

Eso le dio a pensar que, tal vez Miraz no tenía ningún tipo de sentimientos, después de todo lo que le pasó, con su esposa e hijo, con el papa de Caspian y con él mismo, lo debió de convertir en una persona sin ningún tipo de sentimiento, remordimiento o algo por el estilo. Lo convirtió en alguien frio e inhumano que no sentía nada al hacerle daño a los demás a su alrededor.

Edmund decidió ya no pensar más en eso y sacudió su cabeza borrando esos pensamientos de su mente. Ahora estaba en su casa, con su familia y eso era lo único que le importaba. Con una sonrisa y haciéndose bolita en su cama, dejó que el sueño lo invadiera y cayera profundamente dormido.

MY PREDESTINED ✿ CASMUNDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora