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Rita y yo decorábamos la tienda con adornos navideños, habiamos atrasado la decoración por todo lo que había pasado con Sandy y con nuestras nuevas labores, las dos nuevas vendedoras nos ayudaban a poner algunas luces. Walter parecía molesto, toda la mañana habia estado muy serio y hablaba muy poco, era extraño porque el siempre era muy platicador y siempre tenia una sonrisa en el rostro.

—¿Que crees que le pase al señor Walter?– Rita y yo estábamos afuera en el gran ventanal colocando luces.

—no lo se Rita, parece molesto.

—¿Crees que sera algo de la tienda?

—puede ser, aunque no estoy segura, no sabemos nada de su vida personal, entonces puede ser cualquier cosa.

—es triste, siempre está alegré y verlo asi, no se...

—lo se, pero no me siento con la confianza de preguntarle— tome otra extensión de luces y jale la escalera hacia la orilla del ventanal.

No quería seguir hablando del señor Walter, tenia miedo de que nos escuchara y se molestara mas, así que decidí concentrarme en los adornos navideños.

—Rene, coloca las luces lo mas alto posible, hay que evitar tapar la vista del ventanal.

—lo se, pero esta escalera es muy pequeña, necesitamos la mas grande que está en la bodega.

—ire por ella.

Rita entro a la tienda mientras yo sacaba mas extensiones de luces de una de las cajas de cartón. Una de las chicas nuevas, se acercó a mi, comenzo a preguntarme donde colocaria el pino y le dije dónde lo poniamos cada año, 15 minutos después regreso Rita con la escalera. Me coloque el martillo en el cinturón de herramienta que traía en la cintura, tome las luces y acomode la escalera en la esquina del ventanal. Mi compañera Rita se agachó para ver que mas tenía la caja mientras yo subía la escalera, ya en lo más alto empece a clavar la extensión de luces a la pared, todo parecía bien hasta que moví un pie para estabilizarme, pero fue todo lo contrario, mi tobillo  se resbalo y se doblo, provocando que resbale de la escalera y cayera al piso golpeandome la cabeza.

Había quedado inconsciente por el golpe. El dolor de cabeza era insoportable, escuchaba muchas voces pero no entendía que decían, tenia los ojos cerrados y no podia abrirlos.

—¡ay dios Rene!— Rita parecia histérica.

—tranquila Rita— hablo Walter –llama a una ambulancia por favor.

No escuche que contesto mi amiga, intente levantarme pero el dolor era insoportable, ademas de que mi tobillo también empezaba a dolerme demasiado. Lance un pequeño quejido cuando intente moverme, unas manos fuertes me sujetaron he inmipieron que me moviera.

—por favor Rene, no te muevas, estas sangrando— era la voz de mi jefe.

—¿Que?— dije confundida.

—tranquila ya viene la ambulancia.

Todo estaba confuso, y me dolia todo el cuerpo, minutos después llego la ambulancia, dos paramédico me subieron a una camilla y después me llevaron al hospital, es que que Walter nos seguiría en su auto. Por fin pude abrír un poco los ojos, uno de los paramédico iba revisando mi pulso y el otro limpiaba mi cabeza. Todo me daba vueltas y no podia negar que estaba asustada, en un abrír y cerrar de ojos llegamos al hospital, me bajaron del la ambulancia y rápidamente entramos en hospital un doctor se coloco al lado mio mientras los paramédicos me guiaban por un pasillo.

—hay que llevarla a radiografía, necesito imágenes del tobillo y después una tomografía de la cabeza.

Los paramédicos me llevaron a una habitación, me dejaron ahi y después dos enfermeras se acercaron, empezaron a quitarme la ropa y me colocoron una bata, tomaron la radiografía y media hora mas tarde tomaron la tomografía, cuando terminaron todos los estudios me pasaron a una habitación.

—los resultados estaran como en una hora— nos dijo el doctor que me atendia. El señor Walter no se despegaba de mi lado.

—gracias doctor— mi jefe volteo a verme —¿Quieres que le avise a alguien que estás en el hospital?

—solo hay una persona...

Mi estancia en el hospital parecía eterna, los resultados llegaron y tenia el tobillo fracturado, y una pequeña lesión en la frente, los doctores vendaron mi herida y pusieron una férula en mi tobillo. Le pedi a Walter que llamara a Dan, pero no pudo localizarlo. Estaba algo triste por el accidente, estar lastimada del tobillo implicaba no trabajar y no tener dinero. Caida la noche los doctores me dieron de alta, Walter me hizo el favor de llevarme a casa, estaba tan avergonzada cuando Walter me levanto en brazos para subirme al auto y para bajarme cuando llegamos a mi apartamento. Mi jefe no quiso que subiera las escaleras, asi que me cargo hasta mi casa, abrio la puerta con dificultad y después me llevo hasta mi habitación, me dejo caer con delicadeza en la cama.

—gracias señor, no tenia que...

—¿ya volvimos con el señor?— Walter se sentó a mi lado

—Walter.

—no te preocupes por tu sueldo, seguíre pagandote, me siento muy culpable.

—no claro que no, fue un accidente, tu no tuviste la culpa.

—es que estaba tan metido en mis problemas que deje que subieras a esa escalera— parecía afligido.

—Walter, esta bien— un impulso hizo que lo jalara hacia mi y lo abrazara, parecia angustiado y se que tienen problemas mas grandes que estar aqui conmigo.

—buenas noches— la voz de Dan me tomo por sorpresa, me aleje de Walter y vi a Dan parado en la puerta de mi habitación con la cara seria.

—buenas noches— le contesto Walter, levantandose de la cama.

Dan no se movia y yo me había quedado sin habla, pero no entendía porque, no haciamos nada malo, ademas Dan y yo que somos ¿Amigos? ¿Novios? Eso no ha quedado claro.

—vine a dejar a Rene, tuvo un pequeño accidente— mi jefe señalo mi pie —pero ya me retiro.

—gracias por todo Walter— por fin me salio la voz.

—no tienes que agradecer, mañana paso a ver como estas— miro a Dan –si a tu novio no le importa.

Dan movió la cabeza en forma negativa. No pude evitar reírme, Dan me alzo una ceja y ladeo la cabeza. Yo baje la cabeza apenada mientras Walter caminaba hacia la salida de la habitación y después a la salida de mi apartamento. Dan por fin se movio y camino hacia la cama.

—¿Se puede saber que pasó y quién es ese sujeto?— Dan revisaba mi cabeza y mi tobillo.

—es mi jefe Dan...

—ah vaya, ahora se abraza a los jefes.

—Dan...— no podía evitar reírme por los celos de Dan, o sera que me lo estaba imaginando, no quería quedarme con la duda asi que le pregunté –¿Estas celoso?

—soy un hombre y tu me gustas ¿Tu que crees?

—yo creo que no debe de tener celos de Walter, es el mi jefe y... El unico que me gustas eres tu, asi que...

—asi que somos novios.

—lo siento, no ando con casados– dije seria, Dan me miro confundido y triste, una gran carcajada salio de mi boca, estaba jugando con el y me encantaba verlo confundido, casi pocas veces era asi. Dan cerro los ojos y se paso las manos por la cara, parecia alivido.

—muy mala tu broma he.

—claro que no— no podia dejar de reir –es graciosa aceptalo.

—jamas...


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Claudia Franco

Dan, Mi Corazón Te Pertenece (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora