De regreso, en el auto, mordí a Harry en el brazo. Un gesto que acostumbrábamos hacer el y yo, desde niños. Eso significaba que estaba enojada con el. Y lo estaba realmente, ya que no me dejo ayudarle a pagar la cuenta en el restaurante. Odio a los chicos que no le permiten a las mujeres pagar sus cuentas.
-La próxima vez que me muerdas, juro que te daré una buenas nalgadas -me amenazo, apuntándome con el dedo.
Yo, me reí. Sono como un viejo gruñón.
-La próxima vez que no me dejes pagar por algo, te morderé mas duro.
El se rió, fingió una mueca de dolor al tocarse el brazo. Aquello me enterneció, al punto en que deposite un beso en su mandíbula sin darme cuenta. Al hacerlo, nuestras mejillas tomaron color, pero permanecimos en silencio, tornando el momento un poco incomodo. Así que, tuve que apartar la vista y mirar por la ventana.
«¿Por qué hiciste eso, Alexa?» pregunto mi subconsciente.
Ya esos juegos no van con nosotros. Ya no somos niños, somos adultos, debo comportarte como tal. No se de donde ha salido eso, pero ahora, muero de vergüenza. Estoy apenada con Harry, ha de pensar que todavía soy una niña inmadura, o algo peor.
-Eso fue tierno -Harry rompe el silencio, un minuto más tarde. Mi corazón regreso a su ritmo normal, al escucharlo hablar.
Me gire y lo mire.
-¿Lo fue? -le pregunte y el asintió.
Sujeto con ambas manos mi cabeza, mientras se acercaba con sigilo a mi rostro. Quise detenerlo, pero algo dentro de mi se acciono y me lo impidió.
«¿Va a besarme?» pensé.
Pero no. Beso la punta de mi nariz, otro gesto que hacíamos de niños. Sin embargo, ese beso fue diferente, fue tierno e incluso, mas romántico e intimo que cualquier beso recibido en los labios.
Y fue así, como de repente, sin saber por qué, todo el ruido, todas las luces, todo los colores se perdieron de vista y solo un túnel de visión central se enfocó en su presencia, en sus ojos de largas pestañas.
Se aparto y por primera vez detallé la magia de su sonrisa. Era perfecta, igual que el. Mi corazón, acelero su ritmo.
Me quede en silencio, contemplándolo, sintiendo el aleteo de las mariposas en mi estomago, mientras que mi corazón palpitaba con fuerza, extasiado al sentir sus ojos esmeraldas clavados en los míos. Intente apartar la vista, pero era inútil, no podía apartar mis ojos.
Rato después, Sam estaciona en la entrada de mi casa. Aquella de altas ventanas y paredes blancas, con rejas negras y una gran puerta de madera del mismo.
Me hubiera encantado pasar mas rato con Harry, pero nuestro momento mágico se rompe cuando ambos bajamos de la camioneta y comenzamos a caminar hacia la entrada. Sam, el chofer de Harry, también se bajo para sacar mi maleta de la parte trasera de la camioneta.
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Good For You | EN EDICIÓN
FanfictionUn reencuentro inesperado. Un viejo amor volviendo a renacer. Una pasión desmedida, que no parecía importarle el correr de las horas. Heridas abiertas que beso tras beso, comenzaron a cerrarse. Lo que empezó como clandestino, termino convirtiéndose...