28 ~ "Te lo prometo".

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Narra Tiffany.

A mi madre la ha golpeado su marido drogadicto, otra vez. Esta vez, por poco la mata. No sé como hubiera reaccionado si eso sucedía... lo bueno, es que no fue así, aunque eso no me deja tranquila.

A ese hombre hay que denunciarlo...

Admito que mi madre no ha sido la más comprensiva, tierna, o la madre mas amorosa del mundo. De hecho, ha sido muy mala conmigo. Sin embargo, eso no significa que no la quiera y que no me preocupe por su bienestar. Muchas veces me siento a observarla y pienso que, posiblemente esa actitud malhumorada, agresiva y hostil, se debe a que nunca ha recibido un verdadero gesto de cariño, solo maltratos. Y es una pena, porque ella se ha encargado de alejarme de su lado, negándose a recibir aquel cariño verdadero que solo un hijo puede entregarte.

Po supuesto que eso no me ha impedido soñar, luchar por mis sueños y materializarlos. Su desamor no impidió que yo obtuviera mi preciado título universitario, en medicina, y tampoco impedirá que sea feliz al lado de una persona que realmente me ame. La mierda que la envuelve, no impedirá que yo sea una excelente madre... una madre que criara y educara a sus hijos con amor.

Yo, juro en esta maldita clínica y en este preciso momento que, no seré como ella. ¡Jamás repetirá su historia! Yo, seré feliz.

Seré fuerte...

Seré valiente...

Seré buena...

Ellen se embarazo de mi padre –el cual nunca he conocido– cuando tenía dieciséis años. Según ella, el nunca se quiso hacerse cargo de mi y huyo, dejándola completamente sola y en la calle. ¡Ah! Y embarazada. Típico...

Desde esa edad es una esclava del trabajo, los vicios y las deudas que jamás parecen terminar.

Se consiguió a este hombre –Thomas–, que no hace más que maltratarla y traerle problemas. El tipo es un distribuidor de droga callejero, pandillero y vaya usted a saber que más ha hecho ese hombre. Aunque si es capaz de golpear a una mujer doce año mayor que él –si, el tiene veintinueve años– es capaz de matar a cualquiera, ¿no?

Tengo que denunciar a Thomas...

Pero mientras tanto, necesito controlar las lágrimas que aun humedecen mis mejillas y relajarme. Necesito estar fuerte para afrontar lo peor.

He llamado a Harry y le he contado lo que ha pasado. Seguramente llegara en unos minutos, no lo sé... Realmente espero que venga.

En este momento, al único que necesito es a él. Harry es la única persona que me ha brindado apoyo, es la única en la que puedo confiar, a pesar de que nuestra relación esta en un punto de quiebre. Quiero que este aquí conmigo y me abrace, me alenté y me diga que todo estará bien. Que me diga que soy fuerte y que puedo con esto y muchos retos más...

–¿Tiffany? –susurro suavemente una voz femenina.

Alce la mirada para encontrarme a la Doctora Miriam, al frente de mí. Ella, era la directora de la clínica, mi jefa. Yo trabajaba en esta misma clínica.

–Dígame, doctora –mi voz sonaba demasiado inestable, temblorosa, aunque al menos era audible.

–Ya me han entregado la placa torácica que le hemos hecho a tu madre –Sus ojos cafés, estaban llenos de preocupación, de angustia.

Eso provoco que todo mi cuerpo se tensara.

–¿Qué tan mal esta? –inquirí, necesitaba una respuesta directa. Ya estaba acostumbrada a este tipo de situaciones.

Good For You | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora