Good For You | EN EDICIÓN

40 ~ Alexa llega a Londres.

Narra Alexa

– Levántate, tenemos que irnos –gritaba Taylor desde la orilla de mi cama, mientras jalaba mi cobertor.

Yo había llegado tarde del trabajo, luego de haber reorganizado la agenda de Nick. Me encontraba muy cansada y no tenía ganas de ir a kiss and fly. Solo quería dormir por horas. Algo así como caer en coma, sobre mi propia cama.

–Amiga, si puedo ser honesta, estoy tan cansada que no se me antoja ir a ningún lado –respondí desganada, mientras me enredaba mas en mi edredón.

Comienzo a creer que ha sido mala idea abrirle la puerta a mi amiga. Debí hacerle creer que no estaba en casa. ¿Cómo no se me ocurrió antes?

–Amiga, tienes que ir –volvió a decir, antes de volver a jalar mi cobertor con el cual me cubría del frio.

–No quiero, ve con Lily –chille, jalando mi edredón lejos de sus manos.

–Lily ira con Carlos.

– ¿Qué? –dije, levantando la cabeza de la almohada. – ¿Cómo que ira con Carlos? –pregunte con tono bastante incrédulo.

–Si... al parecer ella lo invito.

– ¡Qué bien! –Exclame– Me alegro mucho por ella.

–Sí, bueno... Al menos una de nosotras tendrá una cita hoy –murmuro, antes de soltar un suspiro y sentarse a la orilla de mi cama.

– ¿Qué pasa, Tay? –fruncí el ceño.

–Nada, nada...

Su respuesta no me convenció, así que me rápidamente levante la espalda del colchón y me recosté sobre la cabecera de la cama. Taylor, tenía sus ojos azules puestos en la fotografía sobre mi mesa de noche. Una foto, en la que mi madre, mi hermano y yo aparecíamos abrazados en fin de año en Time Square.

Sonreí, al recordar ese día. Un extraño, había tomado la fotografía. David estaba entre mi madre y yo. Ella lo abrazaba por su costado derecho y yo por el izquierdo, mientras le plantaba un beso en la mejilla. El sonreía ampliamente.

De repente, algo dentro de mí se sintió mal al recordar que estaba peleada con mi hermano. Lo necesitaba, extrañaba hablar con mi gigantón y contarle mis cosas.

Mi rostro debió haber cambiado, ya que Taylor me tomo de la mano y la apretó, antes de decir: –Lo extrañas, ¿verdad?

–Demasiado...

– ¿Por qué no lo llamaste? –alce mi mirada, hasta la suya. – ¿Por qué no intentaste arreglarlo todo con él? –pregunto, dedicándome una mirada dubitativa.

–No lo llame porque, yo no fui quien lo lastimo. El me lastimo a mí, Taylor –el dolor en mi pecho crecía cada vez que recordaba o hablaba sobre David.

–Y, ¿no crees que a lo mejor lo hizo porque estaba molesto con Harry?

Mi ceño se frunció.

–No entiendo.

–Es que... Analízalo. –dijo. –El es tu hermano y te ama, no creo que él hubiera permitido que un chico te tratara como plato de segunda.

–Harry nunca me trato como plato de segunda –espete, mientras me soltaba de su agarre y me levantaba de la cama.

–Alexa, solo escucha... lo que te digo, tiene sentido. –ella murmuro.

–No, no quiero hablar de eso... –empecé a decir, mientras caminaba en circulo dentro de la habitación y me comía las uñas. –No quiero pensar en David, o en Harry, o en nadie –pensar en mi hermano, era traer consigo aquella palabras tan hirientes que dijo aquel día. Imposibles de borrar.