Good For You | EN EDICIÓN

7 ~ Tiffany Myers.

Narra Harry.

-¿Harry? -contestan la llamada al segundo intento.

No se porqué la he llamado en el gran estado de ebriedad en el que estoy, pero necesitaba escuchar su voz. Necesito que ella calme este maldito dolor, que me carcome por dentro.

-¿Bebé? -digo, arrastrando las palabras.

-¿Amor, estas borracho? -Tiffany pregunta.

Su voz angelical adormece de apoco mi dolor. Sabia que funcionaria, ella es la dopamina que actúa en cuestión de segundos en mi sistema nervioso.

-Sipi -admito.

Llevo el pico de la botella de whisky a mis labios y le doy un gran sorbo a la misma. He bebido tanto que el ardor del licor, pasa como agua por mi garganta hasta mi torrente sanguíneo.

Escucho a Tiffany suspirar al otro lado de la linea y arrugo la cara apartando el auricular de mi oreja, para no escuchar su grito. Cuando no escucho ninguno, pego mi móvil nuevamente al oído.

-¿Harry, estas ahí? -ella pregunta.

-Si, aquí esta.

Se ríe por mi respuesta inmadura debido a la gran cantidad de alcohol que he ingerido.

-¿En donde estas?

-Aquí...

-¿Donde, amor?

-Aquí, ¿no me ves? -solté una risa divertida.

-Harry, no me refiero a eso -espetó-. ¿Estás en tu casa o en la de tu madre?

-En la mía...

-Doctora Myers, la necesitan en urgencias. -Escucho detrás de la linea una voz femenina, hablarle a mi novia; porqué al fin y al cabo, eso es lo que ella es. Ella es mi novia, no Alex. Tiffany Myers, no Alexa Ross. La Doctora, no la futura Abogado. La que vive en Londres, no la que vive en Nueva York.

-Ya voy para allá -ella le responde.

Frunzo el ceño, mientras gesticulo con la boca "maldición".

-Amor, debo regresar al trabajo. Tengo un paciente en emergencia, me necesitan -dice.

-Yo también necesito de ti -refunfuño-. Te necesito muchote.

-Amor...

-Bien. Déjeme. Ya se que no me quieres -gruñí, con la voz más ronca de lo normal-. Nadie lo hace. Ni tú, ni nadie.

Volví a darle un sorbo a mi botella de whisky.

-Tienes razón, no te quiero -musitó-. Te amo, tonto.

Eso, agito todo dentro de mi, pero simultáneamente, cabo otro hueco más profundo dentro de mi pecho. Ella me ama,  mientras que yo amo a Alex, quien no me corresponde. Juntos, somos un par de idiotas, enamorados de una persona que no nos da ni la hora.

-¿En serio? ¿entonces, por qué siento que nadie lo hace? ¿es por mi cabello? -sorbe mi nariz-. Que se jodan, no me los voy a cortar.

-¿Qué? No amor, tu cabello no tiene nada que ver con eso, pero espera -hubo un momento de silencio-. ¿Estas llorando? 

-¿Quien? ¿Yo? No.

Sacudí la cabeza en negación, como si ella pudiera verme. Toque mis mejillas y me sorprendí al sentir la humedad en la yema de mis dedos.

Frunzo el ceño, antes de añadir:-Mierda, si estoy llorando.

No me había dado cuenta de lo borrosa que se había tornado mi visión, y mucho menos me había dado cuenta de lo caliente y húmedas que estaban mis mejillas. He caído demasiado bajo por una mujer, y ver que he llegado al punto de llorar por Alexa, provoco que mas lagrimas desesperadas cayeran por mi rostro.