24 ~ Friday's

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-Yo no le temo al abandono –gruñí, torciendo el gesto. Liam estaba loco si creía que me tragaría ese cuento.

Sí, me he sentido solo en mi vida, abandonado, vacio, pero eso no quiere decir que le tenga miedo a la soledad; ¿o sí? No, a la mierda. Yo no soy un maldito traumatizado.

-Harry, no entres en negación –empezó a decir pausadamente. –Dependencia es igual a miedo. Y tú, tienes miedo. Miedo de perder a Tiffany o a más personas, miedo al vacío y al abandono.

-No entiendo –susurre, tratando de digerir y procesar las palabras de Liam.

¿De verdad era dependiente?

-Gracias al abandono emocional que tuviste de niño, eres dependiente de otra persona para ser feliz –murmuro. Mierda, era dependiente. –Harry, estas herido... tu niño interior está herido.

-Liam, sigo sin entender –si entendía, si estaba en negación, solo no quería aceptarlo. No quiero imaginarme sentado nuevamente en este diván, me provoca arcadas.

Eso me pasa por abrir la boca, aunque, Liam se muestra tan seguro de lo que dice:

-De niños, formamos un tipo de apego específico hacia nuestros padres, que nos condiciona para nuestra vida adulta.

-¡¿Qué tiene que ver eso, con mi repentino ataque de ansiedad, Liam?! –inquirí, subiendo el tono de voz palabra tras palabra.

Estaba cabreado y no sabía por qué.

-Harry, cálmate, es normal –mascullo, relajando un poco su postura erguida. –El niño se muestra ansioso cuando la madre se marcha y teme ser abandonado, pero cuando está presente y lo intenta consolar, se muestra resentido porque se ha marchado, y no hay forma de calmarlo. Esta interacción refleja muy bien lo que luego de adultos experimentan estos niños.

-Pero Liam, yo nunca demostré que estaba resentido, nunca dije nada.

-Pero buscaste aquella carencia de amor, en tus amigos y en los padres de ellos –explico, su semblante era serio, inescrutable.

Suspire, desplazando las manos por mis mejillas.

-Así que, la dependencia emocional no es más que miedo al abandono –murmure, clavando la vista en la pared. Comenzaba a entender el punto al que Liam quería llegar.

-Así es Harry.

No podía tapar el sol con un dedo, todo lo que decía mi amigo era verdad, quisiera o no. Necesito sanar esas heridas, antes de convertirme en una persona débil, inestable, dependiente de amor. Y para eso, necesitaría la ayuda de Liam y eso significaba una maldita cosa.

-Creo que nos volveremos a ver, Liam Payne –dije, en tono serio.

-Le diré a mi secretaria que abra espacio en mi agenda para ti, necesitamos encontrar una solución práctica, a tus miedos. –contesto, antes de levantarse y dirigirse a su escritorio.

-Maldición –gruñi, provocando una sonora carcajada por parte de Liam.


Narra Alex.


Revisaba la lista del mercado que me había dado mi madre, mientras ojeaba los anaqueles del local. Niall me ayudaba con mi búsqueda de pepinillos Gurkentopf. Si, el jodido de mi hermano, solo come pepinillos de esa marca.

"Son más sabrosos" dice el menso ese, cada vez que le preguntas sobre eso.

-¡Aquí están! –dice Niall, alzando su brazo para alcanzar el envase de vidrio.

Good For You | EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora