UN DIA NORMAL

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El problema no era entrar, no era llegar a los consejeros, el problema era la salida por no decir fuga ya que le parecía repulsivo. En cuanto empezaran a transmitir por la aldea se pondrían en alerta y tratarían de detenerlos obviamente desencadenando una lucha. Hinata acabo dando la solución, grabarían las confesiones Sasuke se encargaría de ellos y pasarían lo grabado cuando se fueran, básicamente era huir la idea le asqueaba pero de otra forma tendría que enfrentarse a la aldea y eso estaba fuera de discusión. Tenía su chakra, su Sharingan no necesitaba a Hinata para el plan, podía hacer lo que quisiera aun sin el Mangekyou Sharingan pero era estúpido tratar de engañarse al pensar que podía volver a su plan inicial. Las cosas habían cambiado para bien o para mal y simplemente había decidido no darle más cabeza a eso.

— obtener lo que falta para mañana ¿Cuando actuaremos?— La observar pensativo poniéndola nerviosa y sonrojándola poco a poco —Su...sucede algo?

Sasuke el acerco y la besó apoyándola en el sofá —Pasado mañana al atardecer— le dijo por lo bajo.

Hinata sintió que su corazón se aceleraría más y se acercaría, usaría el festival de celebración por la conclusión de trabajos así podría ausentarse entre el revuelo y nadie los echaría en falta.

Cuando lo sintió recorrer su cuerpo incendiándola cerró los ojos con fuerza, él abrió la chamarra despacio y comenzó a acariciar su abdomen subiendo despacio, trato de hacerlo razonar —Na...Naruto kun.

La miro molesto —En estas situaciones solo puedes decir mi nombre.

—Pe... pero podría venir y ¡AH! — la mordió con un poco de fuerza en el cuello sus ideas se perdieron y acabo olvidando todo.

— ¿Dónde está Hinata?— Naruto entró sin tocar y caminó hasta su amigo que leía un pergamino. Como no le concurso se concentro en ella —No está. ¿Hiciste algo malo?

—No, fue a su casa— respondió sin importancia.

— ¿Y te dejo solo?

Rodó los ojos —Ya soy grandecito.

—Supongo que si a ella le parece bien…— Se encogió de hombros.

Sasuke casi sonríe al recordar lo apenada que estaba cuando sugirió que debían tomar una ducha tras lo del sofá, casi huyó rumbo a su casa soltando un ya vuelta entre trabas.

Naruto buscó entre las cosas y sacó el almuerzo, empezó a contarle lo bien que estaban las alianzas entre las aldeas, los tratados de cooperación que firmaban los kages y que solo pequeños focos rebeldes daban problemas.

—No a toda la gente le agrada el cambio, Shikamaru dice que están habituados a la forma de vivir que tienen, aun si no les gusta la costumbre es más fuerte— Sasuke seguía en lo suyo sin prestar mucha atención —Itachi estaría feliz de verte seguir adelante.

Se molesta —Cierra la boca.

—No es malo, yo también estoy feliz de tenerte de regreso y más aún de saber que vas a formar una familia.

—Ya deja de... — Se puso de pie frunciendo el ceño.

—Oye— gritó Naruto al verlo desaparecer. ¡Rayos! Corrió para alcanzarlo.

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