¿Luna en una manada?

Parte 12

Habían pasado exactamente 15 días desde el encuentro de Paloma y Britsey con los Manovan. La verdad es que yo ya me encontraba demasiado familiarizada con todo ese mundo, incluso más de lo que debería. Pero ya era imposible dar marcha atrás.

Aún me parecía imposible que yo me hubiera conectado con ellos de la misma forma que las chicas y sus parejas, según los Romanov era algo que podía pasar ya que Diana y Alejandro al ser los padres de los alfas de las manadas tenían el poder de incluir miembros a la manada, según dicen que ellos no lo planearon que aún no saben con exactitud por que paso, pero si saben que lo detonó y tienen una teoría al respecto.

dicen que aquel día en el restaurante, cuando ambos dejaron que pudiera oírlos en mi mente, yo acepte el enlace, según eso solo debió quedar hasta ahí, pero ellos no se dieron cuenta de que sus lobos habían entrado a mi enlace, y era a ellos a quienes había aceptado y ellos a mi.

la teoría de la señora diana es que yo estoy destinada a un cambia formas y por eso me fue sencillo conectarse con ellos, yo no estoy tan segura pero ella dice que apostaria lo que fuera a que yo seré parte de una manada y que espera que sea parte de una manada cercana.

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En esos 15 días, me había vuelto muy amiga de Daniela, la hija menor de los Manovan, y también muy cercana a la señora Diana y su esposo. Realmente los respetaba mucho, eran muy amables conmigo.

En ese lapso de tiempo, Adam y Marcos lograron convencer a las chicas de seguir el mismo camino que Dafne: viajar a Rusia y unirse a las respectivas manadas a las que pertenecerían si aceptaban sus roles como sus parejas, pero solo unas semanas y si no les convivencia podrían regresar a su ciudad y encontrarian una forma de hacer que todo funcionara.

Aunque las chicas no estaban del todo convencidas, sentían una profunda intriga por adentrarse en ese mundo y querían explorar cómo sería su futuro si aceptaban. La verdad era que empezaban a sentirse atraídas por ellos.

Cada vez que hablaba con ellas, las veía más como adolescentes enamoradas, lo cual me causaba ternura, ya que era la primera vez que las veía así.

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La noche anterior, tuve una charla con Dafne, y me explicó que aún no habían llegado a la Manada Luna Roja. Aron decidió llevarla a Los Ángeles, un lugar que ella siempre había querido conocer. Llevaban alrededor de 6 días allí. Según lo que entendí de Dafne, Aron, Adam y Marco tuvieron una conversación y decidieron que sería mejor llegar todos juntos a la manada. Querían que las chicas estuviéran unidas para hacer más llevadero el proceso de adentrarse en un mundo completamente desconocido.

Todos en la familia estuvieron de acuerdo con este plan. Así que se preparaban para hacer un recorrido por las tres manadas durante su estancia. Primero, irían todos juntos a la manada de Aron, donde pasarían una semana. Luego, se dirigirían a la de Marco por otros 7 días, y finalmente visitarían la Manada Luna Azul, donde Adam es el beta.

Me alegró mucho saber que no estarían solas en este viaje y que podrían apoyarse mutuamente. Además, Daniela y su madre estarían con ellas todo el tiempo, lo que me brindaba una sensación de tranquilidad.

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Habían pasado dos días desde que me enteré de la decisión de Brit y Paloma de unirse a los Manovan en su viaje. Daniela había estado insistiéndome que fuera con ellas como su invitada, pero, a pesar de mi curiosidad, no creía que fuera una buena idea. Tenía responsabilidades en el trabajo, y no me permitirían ausentarme sin permiso.

Sin embargo, le prometí que si la oferta seguía en pie en un mes, cuando tuviera mis vacaciones programadas, aceptaría con mucho gusto su invitación.

A dos días de su viaje, recibí noticias en la oficina de que habría remodelaciones en mi área y que el trabajo sería de forma virtual durante un tiempo. Al compartir esta noticia con las chicas, todas estábamos emocionadas de poder viajar juntas. Paloma ahora tenía la excusa perfecta para que mis tíos la dejaran ir, ya que vivía con ellos y, como la hija menor, la protegían mucho. Aunque solo era menor que yo por tres meses, ni siquiera le permitían volver a casa después de las 11 de la noche.

Paloma estaba nerviosa por el viaje y decidida a no involucrar a sus padres en el mundo de los lobos. Planeaba contarles sobre su elección solo si decidía quedarse en la manada. Mi participación en el plan le daba la coartada perfecta, ya que ambas nos iríamos de vacaciones, y eso le garantizaba el permiso.

En cuanto a Brit, tampoco mencionó nada sobre los lobos a sus padres, simplemente les dijo que tendría un viaje con amigas, y ellos la dejaron ir sin problema alguno.

Afortunadamente, yo vivía sola, por lo que no tenía que preocuparme por obtener permisos.

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Nos encontrábamos a punto de llegar a Rusia. antes del vuelo llamé a Dafne y ésta me dijo que ella se encontraba a 10 minutos de llegar a la manada por lo que estaba super nerviosa pero que ella se encargaría de ver que todo estuviera en orden para nuestra llegada.

también, britsey y paloma habían tomado un vuelo antes que yo por lo que llegarían a la mañana siguiente que Dafne y Aron.

Una vez que aterrizamos y bajamos del avión. Nos dirigieron por una puerta diferente a la de los demás. Cuando pregunté la razón, Daniela me explicó que se debía a su hermano mayor. Él era uno de los principales inversores privados del aeropuerto, lo que les otorgaba la ventaja de evitar las filas y viajar en primera clase.

— A veces olvido lo adinerada que es tu familia —comenté.

Ella solo sonrió en respuesta y dijo:

— Cada miembro tiene su propio patrimonio, así que todos tienen diferentes cantidades de dinero. Pero Alexander es quien posee la mayor cantidad de todos nosotros, y por mucho. Es extremadamente hábil en los negocios y no tolera el fracaso. Es como un lobo en el mundo de los negocios —añadió con complicidad, esbozando una sonrisa.

Durante todo este tiempo con los Manovan, había escuchado menciones sobre Alexander en varias ocasiones. Aún no podía descifrar si lo admiraban y respetaban, o si el sentimiento se acercaba más al temor, aunque para ser sincera creo que era un poco de todo.

Me inquietaba el hecho de que lo conocería una vez que llegara a la Manada Luna Roja. Según lo que me dijeron, él ya estaba allí para recibir a sus padres y hermanos. Me sentía un poco nerviosa, pues no sabía si podría ser del agrado de una persona con las características que tenía. Hasta ahora, había logrado agradar a toda la familia sin necesidad de esforzarme, y sería un poco decepcionante no poder congeniar con él.

Todo lo que escuchaba de él indicaba que era una persona implacable, inflexible, con un temperamento difícil, pero que era un líder nato al que siempre acudían en tiempos de problemas y que siempre sabía tomar el control.

Una vez fuera del aeropuerto, nos dirigimos hacia varias camionetas impecables y lujosas que nos esperaban. Varios hombres se acercaron a nosotros, y me di cuenta de que eran cambiaformas; sólo ellos poseían esa aura de depredador que te erizaba la piel cada vez que se acercaban. Era como si mis instintos más primitivos me dijeran que me alejara, que eran peligrosos.

La señora y su esposo me informaron que ellos eran parte de la Manada Luna Roja y que estaban a cargo de nuestra seguridad, incluida la mía como su invitada.