Parte 13

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Emprendimos nuestro viaje hacia la manada, y conforme nos adentrábamos en la ciudad, las señales de civilización poco a poco fueron desapareciendo, y fueron sustituidos por bosques inmensos y hermosos.

Me explicaron que las manadas estaban conectadas con la ciudad, pero de una manera que escapaba a la percepción humana. Entre los frondosos árboles se ocultaban portales, pasadizos secretos que acortaban el camino en carretera hacia la manada. Era como si entráramos en un mundo aparte.

A medida que avanzábamos por la carretera rodeada de árboles, sentí una mezcla de intriga y emoción. Aunque no era capaz de percibir la presencia de la manada, sabía que se encontraba ahí. La atmósfera estaba impregnada de misterio, y yo no podía evitar sentirme parte de algo más grande que yo misma.

Después de 20 minutos más de viaje, finalmente llegamos a nuestro destino. Quedé completamente sorprendida, ya que no se parecía en nada a lo que tenía en mente. Me habían dicho que esta era la manada más pequeña de los tres alfas, pero al llegar, parecía más una ciudad en sí misma. Todo estaba dispuesto como si fuera un pequeño centro urbano: edificios de hasta cinco pisos se alzaban majestuosos, relucientes y nuevos. Las casas eran espaciosas y hermosas, las calles impecables y ordenadas. En el centro de todo, destacaba una mansión enorme, como el epicentro de esta comunidad.

Daniela me dijo que ella me llevaría a conocer toda la manada una vez que nos hubiéramos instalado.

Al descender del auto frente a la majestuosa mansión, todos nos aguardaban afuera. Observé a Dafne, visiblemente molesta por algo, aunque no lograba identificar qué. Paloma y Brit conversaban animadamente entre ellas, me tranquilizaba saber que ya no se sentían tan nerviosas como antes de viajar.

Cuando nos vieron, bajaron los escalones y se acercaron hacia mí. Las conocía lo suficiente como para intuir que morían de ganas por contarme algo que, según mi intuición, podía estar relacionado con la molestia de Dafne.

– No te imaginas lo que acaba de ocurrir – soltó Paloma apenas me tuvo frente a ellas.

– Fue bastante desagradable – añadió Brit, con un aire de incredulidad.

– ¿Qué sucedió? – inquirí, preocupada.

– Te lo contaremos cuando estemos a solas adentro – propusieron, y mi curiosidad se desbordaba por saber qué había pasado.

Tras los saludos iniciales, Aron indicó a unos omegas que llevaran nuestras pertenencias a las habitaciones. La familia Romanov conocía el camino, dirigiéndose directamente hacia ellas. Me pidieron que los siguiera, ya que mi habitación se encontraba en el mismo piso que la suya.

Una vez dentro de mi habitación, Dafne irrumpió cinco minutos después, con una expresión de puro fastidio. No pude resistirme y le pregunté qué le pasaba.

– ¡Conocí al hermano mayor de Aron y es un completo imbécil! – dijo, con fuego en los ojos y un tono cargado de resentimiento.

– ¿Qué? ¿Y qué te dijo? – inquirí, asombrada por no haberlo visto cuando llegamos.

– Cuando llegué, él no estaba en la mansión. Llegamos de noche, así que solo vi a unos pocos miembros de la manada que estaban trabajando. Aron me presentó como su luna, les dijo que me trataran bien y que me dieran lo que necesitara. Después me dijo que él tenía que salir a hablar con su beta y ver cómo estaban las cosas, y que si necesitaba algo, podía ir a dormir o pedírselo a cualquier miembro de la manada, quienes me lo proporcionarían al instante – explicaba, y yo la escuchaba, totalmente absorbida por la historia. – Me quedé despierta esperando a Aron, pero él no aparecía. Decidí bajar a la entrada principal y dirigirme a la cocina por agua, pero allí me encontré con el imbécil. Me miró como si fuera la peor basura del mundo y simplemente se dio la vuelta, ignorándome por completo.

Yo ya estaba más calmada cuando salimos a recibirles, y ahí estaba el imbécil. Ni siquiera les dio tiempo de terminar de llegar cuando ya se estaba llevando a Adam con él. Aron lo vio y fue directo hacia él, le dijo que no se volviera a atrever a portarse así conmigo, pero él simplemente lo ignoraba como si no existiera y seguía hablando con Adam.

Aron se molestó tanto que su lobo tomó el control, se transformó y acechó al imbécil. Lo raro de todo esto fue que, en lugar de tratar de tranquilizar a Aron, que estaba caminando alrededor de Alexander para atacarlo, todos se fueron contra el imbécil. Se pusieron frente a él y lo tomaron de modo que lo estaban inmovilizando.

Aron gruñía y se movía con una ferocidad apenas contenida, mientras que el imbécil permanecía imperturbable, como si no se sintiera amenazado en lo más mínimo.

Brit, Paloma y yo estábamos completamente asustadas, sin entender del todo lo que estaba sucediendo. A pesar de la tensión, Alexander mantenía la calma, su mirada era dura pero con una confianza irritable.

Finalmente, Alexander pidió que lo soltaran y, sorprendentemente, todos obedecieron. Cuando Adam estuvo a punto de lanzarse sobre él, Alexander simplemente le gruñó, y Aron volvió en sí, apaciguando su fiera actitud. Aunque aún se veía molesto, no parecía que fuera a atacar de nuevo. Después, vi cómo ambos se alejaban para hablar, y más tarde regresaban.

El imbécil pasó cerca de Paloma y Brit, mirándolas con la misma indiferencia que mostraba hacia todos nosotros. – terminó por contar Dafne, mientras yo seguía sin poder creer que existiera alguien tan grosero como ese hombre.

– No lo puedo creer, ¿y ese hombre sigue aquí? – pregunté con incredulidad.

– Desgraciadamente sí, no lo pueden correr porque según Adam, es su hermano, y aparte no les conviene tener problemas con alguien como él. Además, sus padres se enojan mucho con ambos –respondió como si fuera absurdo.

– Ya veo – dije mientras suspiraba teatralmente para burlarme de ella –. Aun así, no puedo creer que los Romanov tengan un hijo así.

– ¡Lo sé! Podrá ser muy, alfa, increíblemente guapo y millonario pero eso no le quita lo imbécil –dijo mientras se tiraba a mi cama. Me reí y arqueé las cejas ante su comentario.

– ¿Así que es guapo? – pregunté para molestarla.

– Es un imbécil y punto – dijo mientras se reía.

– Entonces, ¿te has vuelto a encontrar con él?

– Sí, hoy en la mañana. Pero al parecer la plática que tuvo con Aron sirvió, porque no me miró en lo absoluto y solo dijo buenos días al entrar a la sala donde estábamos las chicas y yo.

– ¿Y cómo es con Paloma y Brit? – pregunte preocupada.

– Al parecer, tampoco les agrada, pero no les ha dicho nada grosero, solo nos ignora – respondió. Le pregunté a Aron qué tenía contra nosotras y me dijo que no le agradan los humanos y que solo nos tolera porque somos las parejas destinadas de personas importantes para él.

– ¿O sea que a mí me va a odiar? – pregunte con un poco de miedo ante el panorama

– Yo que tú me andaría con cuidado. – dijo mientras me miraba de forma seria

¿Luna en una manada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora