Brit
Desde que conocí a Marco, no pude evitar sentir que no era suficiente, que no merecía ser su luna. Era como si la divina ironía hubiera decidido atarlo a alguien que jamás podría liderar. Él encarnaba todo lo que yo no era: fuerte, decidido, un líder nato. En cambio, yo me sentía como una hoja llevada por el viento, sin un rumbo claro ni determinación firme.
Marco irradiaba una confianza que apenas podía imaginar para mí misma. Aunque siempre me aseguraba que me quería tal como era, una voz interna insistía en que no era suficiente para él. ¿Cómo podía alguien como yo estar al lado de alguien tan imponente como Marco?
Su manada, una de las más poderosas de Rusia, estaba llena de guerreros y líderes natos. Siempre me preguntaba qué veía Marco en mí, una humana sin habilidades sobrenaturales, sin la fuerza ni la valentía de un lobo.
Cada vez que lo veía interactuar con los demás, su presencia imponente y su aura de liderazgo me recordaban lo diferentes que éramos. Me esforzaba por ser lo mejor que podía, pero siempre sentía que estaba a la sombra de su grandeza.
A pesar de todo, Marco parecía no darse cuenta de eso, o al menos así lo demostraba. No sabía si era porque realmente no le importaba o simplemente era su naturaleza tranquila y serena. Siempre me decía lo que pensaba sin necesidad de pedírselo, al parecer se había dado cuenta de que eso me tranquilizaba.
Él no era la persona más cariñosa, pero se preocupaba por mí. Sin embargo, en el mundo de los lobos y sus compañeras, notaba cómo ellos idolatraban a sus parejas. En mi caso, parecía ser al revés, él no parecía idolatrar, solo parecía conforme y me aterraba que Marco notara lo mucho que me importaba, que viera que no era suficiente para ser su luna y me dejara. A veces, me preocupaba que él no sintiera con la misma intensidad que yo.
Cuando Dani propuso que nos presentaran a sus lobos, sentí nerviosismo. A pesar de que Marco siempre me respondía todas mis dudas, cada vez que intentaba saber sobre su lobo, él lo evadía. Recuerdo que la noche anterior le pregunté por qué su lobo jamás me ha hablado, y él solo evadió la pregunta diciendo que no es muy comunicativo. Sin embargo, escuché a Dani quejarse de Ron, diciendo que era uno de los lobos más molestos ya que siempre se la pasaba hablando con todo el mundo siendo un sabelotodo sin filtro.
Esperé la reacción de Marco para saber si era paranoia mía o si Marco no quería que conociera a su lobo Ron, pero me sorprendí al ver que Marco había accedido.
Una vez en el claro, nos pidieron contar hasta diez mientras teníamos nuestros ojos cerrados. Una vez que los abrimos, Ron se encontraba frente a mí. Era el lobo más grande que había visto nunca, era de un tono plateado suave, similar al color de las nubes que anticipan una lluvia ligera. Era hermoso. Este solo me miró unos segundos y después dejó de prestar atención, volteando hacia cualquier lugar menos hacia nosotros como si fuéramos lo menos interesante que había visto en su vida.
En eso escuché un gruñido que me sobresaltó, este provenía de la loba de Dani. Era realmente linda su loba. Ron solo pareció resoplar e ignorar a Dani como si no le importara menos la amenaza de su gruñido.
De repente sentí a Sofía acercarse a mí. Yo me distraje, notando como el lobo de Adam se acercaba a Paloma, y cuando me di cuenta, Sofía ya estaba a mi lado con Ron muy cerca de nosotras.
Cuando Sofía y yo tuvimos a Ron frente a nosotras, noté como este veía directamente a Sofía. No entendía bien por qué, pero estaba poniendo toda su atención en ella. Por un momento temí que sintiera que Sofía era una amenaza para mí. Al parecer, Sofía también lo pensó y solo me sonrió y se movió como si intentara volver con la loba de Dani. Pero de repente noté como Sofía se sobresaltó y se puso rígida. Yo tenía tan cerca a Ron que no pude ignorar el impulso de pasar mi mano por su hermoso pelaje.
Cuando estiré mi mano, Ron soltó un gruñido que nos sobresaltó a todos y nos puso alertas. Por un instante pensé que había algún peligro, pero cuando me di cuenta, Ron me gruñía a mí, no quería que lo tocara. Me veía directamente como si no me quisiera cerca, por lo que di dos pasos atrás rápidamente. En eso, la loba de Dani se puso frente a mí como si intentara cubrirme de mi propio compañero de vida.
No entendía qué pasaba. Dani le gruñó a Ron, y este pareció tomarlo como un desafío, por lo que la empezó a acechar. Seguía gruñéndonos. Adam intentó acercarse, pero Ron parecía estar dispuesto a atacar si dábamos un paso en falso. Cuando Ron parecía estar fuera de sí, apunto de atacar a Dani, Sofía se puso frente a nosotras. Era tan corta la distancia entre Ron y nosotras que Sofía casi quedó bajo el hocico de Ron. Este, al notar a Sofía, retrocedió y dejó de gruñir.
Por un instante, pareció que analizó la situación y solo se dio la vuelta y se marchó. No podía creer lo que acababa de pasar. El lobo de Marco había intentado atacarme. Las lágrimas empezaron a salir descontroladamente y corrí de regreso a la mansión.
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¿Luna en una manada?
Kurt Adamsofia, una joven humana de 23 años, recién graduada y con un trabajo estable, anhela algo más en su vida que las cuatro paredes de una oficina. Un encuentro fortuito en un restaurante junto a su prima la sumerge en un mundo nuevo: una familia que af...