𝐓𝐮 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨, 𝐧𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐨.

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Capitulo 37. 


𝐓𝐮 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨, 𝐧𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐨.

– ¡Dios! ¡Llamen a una ambulancia! – lloró Chay con las manos temblando.

Pero Aleksander ya se había arrodillado – Tranquilo, tranquilo... – rápidamente abrió la camisa negra de Wolfgang, debajo había un chaleco antibalas... – El impacto hizo que se desmayara, pero despertará en unos minutos, él estará bien.

Porchay miró detenidamente el chaleco y luego la cara de Wolfgang... era cierto, no había sangre y las balas estaban incrustadas en el chaleco... mierda, había sentido como si le desarmaran el corazón a golpes, rápidamente tomó a Wolfgang y lo abrazó contra su pecho, lo sostuvo con fuerza, se negaba a dejarlo ir o soltarlo hasta que sus ojos se abrieran.

– Joe – llamó Alek levantándose – ¿Estás bien?

Joe asintió mirando el cuerpo sin vida de Dmitry... encima de un gran charco de sangre.

– Creo que eso es todo – susurró Joe

– Tenemos que limpiar tus huellas, diremos que fui yo – dijo Aleksander quitándole el arma – Tengo licencia para portar armas y puedo hacer este tipo de cosas en misiones, a demás tenemos pruebas de que Dmitry es complice de muchas atrocidades, así que estaré bien, tu por otro lado te puedes judicializar por homocidio.

Joe asintió – Gracias, de verdad – le sonrió

Aleksander asintió – Eres de la familia.

– Cariño, ¿como estás? – preguntó Joe a Chay – Lamento haberte llamado pero no sabía que más hacer.

– Hiciste lo correcto – dijo Chay acariciando las manos de Wolfgang sobre su abdomen – Si no hubiese sido así, estarías muerta.

En ese momento, Wolfgang reacción tomando una bocanada de aire... se palpó el pecho y exhaló relajándose de nuevo contra el pecho de Chay.

– Dios mío... – susurró Wolfgang – ¿Están bien? Bebé, ¿Está bien?

Pero Chay ya estaba llorando por la emoción de ver allí con vida, literalmente volcó su cuerpo y empezó a besarlo por toda la cara, escuchó la risa de Wolfgang y como lo abrazaba por la cintura.

– Casi me muero, Wolfi... pensé que te había perdido – sollozó Chay mirándolo –

– Pero estoy bien, bebé – Wolfgang le sonrió – No iba a venir sin tener precauciones... ya me sucedió una vez. Lo que hiciste fue muy peligroso.

Chay movió la cabeza – De no haber sido así, quien sabe que hubiese sucedido...

Wolfgang le sonrió y ambos compartieron un beso dulce, allí en el suelo de esa fabrica abandonada, pero es que era un beso que sabía: no iré a ninguna parte, aquí me quedo contigo. Chay sonrió en medio del hermoso beso, y después se separaron para ponerse de pie.

– Mierda... – murmuró Wolfgang viendo a Dmitry.

– Lo lamento, Wolfgang – susurró Joe – Tenía que hacerlo o nos hubiese matado a todos.

El ruso asintió – Lo sé, Joe... hiciste lo correcto – murmuró con un nudo en la garganta – No puedo creer que haya terminado así.

– Tenemos que irnos, Wolf – dijo Alek acariciándole el hombro – Lamento lo de Dmitry, se que era tu padre y lo apreciabas.

Wolfgang asintió hacia él con una sonrisa – Gracias, hermano –

– Vámonos – animo Alek abriendo paso hacia la camioneta, luego lo siguió Joe y por ultimo Wolfgang y Chay tomados de la mano.

COLD HEART FOR LOVE - KIMCHAYWOLFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora