COLD HEART FOR LOVE - KIMCHAYWOLF

𝐊𝐢𝐦 𝐲 𝐊𝐢𝐦

Capitulo 28. 

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𝐊𝐢𝐦 𝐲 𝐊𝐢𝐦

Porchay miró por el retrovisor del auto, el hermoso Maserati negro de Kim, tuvo que hacer miles de maromas para que Aleksander no se diera cuenta, ya que esa tarde Ivan estaba en terapias para poder mover el hombro adecuadamente. Entonces tuvo que salir por el sótano de invitados y no por el privado donde habían cámaras de seguridad, espero a que Alek diera una pequeña ronda y luego mientras estaba en el ascensor, Chay básicamente corrió hacia el auto y ahora estaba aparcando en el parqueadero del hotel donde estaba el casino Lotus.

Apenas se había alcanzado a arreglar decentemente, tenía uno de los trajes de la colección y se había tirando el cabello hacia atrás, se maquilló mientras estaba en el auto y después salió con una sonrisa interesante, con tanta seguridad que estaba aterrado de si mismo. Atravesó la mitad del enorme hotel hasta que en el piso décimo se detuvo porque allí estaba el casino, en efecto, las personas elegantes que vio entrando eran las mismas que asistirían a ese evento.

– Nombre.

Chay carraspeó – Venice Theerapanyakul – respondió rápidamente.

El hombre arrugó el ceño – Creí que ya habías pasado... mi compañero te chuleó en la lista – le mostró, en efecto el nombre de Venice estaba señalado con resaltado azul.

– Oh vaya... debió ser un error, no he entrado –

– Identificación.

Chay hizo como si la estuviera buscando en los bolsillos internos del saco.

– ¡Ay que tonto! La deje en el auto y mi chofer ya debe de estar llegando a casa – comentó –

El de seguridad se cruzó de brazos – Entonces, creo que tenemos un problema.

– ¿Problema? – Chay exhaló acercándose – ¿Tu si sabes quien soy? Soy hijo de Kan Theerapanyakul y dudo mucho que él quiera tener a su hijo retenido en la entrada con todas estas personas presentes como si fuese un criminal o algo así...

El hombre se incomodó – Bueno, no pero...

– Si quiero lo llamo yo mismo – Chay sacó su celular – Aunque no le gustará para nada...

– No – el hombre movió su mano – No hay problema – quitó el listón rojo – Puedes entrar, y disfruta de la velada.

Porchay le regaló una sonrisa volviendo a guardar su celular – Gracias, eres muy amable – y entonces, entró.

Ya no había vuelta atrás, ahora solo tenía que encontrar a Venice... aunque guardaba la esperanza de que el chico no hubiese ido pero el de la entrada ya había confirmado todo, él debe de estar por ahí... siendo víctima de esos dos imbéciles, ¿pero en donde? se acercó a la barra de bebidas y pidió un Dry Martini porque le gustaba el sabor a las aceitunas y por otro lado, necesitaba algo fuerte para no colapsar por los nervios.

Se sentó en un taburete para beber su coctel mientras barría todo el primer plano con la mirada y se trataba de mezclar con las personas que pasaban por allí, él sonreía y saludaba de forma natural para no levantar sospechas.

En ese momento, su teléfono sonó... oró a los cielos porque no fuera Kim o Wolfgang pidiendo explicaciones de donde estaba, aunque apenas había pasado treinta minutos, seguramente ellos todavía no llegaban a casa... pero no era ninguno de los dos, era un número desconocido así que... supuso que solo podía ser una persona.

– ¿Joe?

– Hola, cariño – si, era su voz baja y suave – ¿Donde estás?

– En el Lotus – respondió Chay sin dejar de prestar atención a su campo de visión.