C A P I T U L O 9

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Theo y yo nos conocimos en cuarto año, cuando yo entré a Hogwarts

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Theo y yo nos conocimos en cuarto año, cuando yo entré a Hogwarts. Él estaba en el equipo de quidditch, y yo, yo hacía reportajes estudiantiles para la revista del papá de Luna, ya que como él mismo decía, soy muy buena para socializar y obtener información.

En una oportunidad, a Xenophilius se le ocurrió la maravillosa idea de escribir sobre quidditch, y me pidió entrevistar al equipo ganador de esa fecha, que para mi suerte fue slytherin.

Al Theo haber destacado más en el partido que el resto de sus compañeros, se me pidió entrevistarlo a él. Y bueno, que más decir, supongo que fue amor a primera vista, ya que después de eso él no dejaba de observarme en clases e invitarme a salir. Y como todas, cedí.

Me parecía extremadamente asombroso como lo habíamos podido mantener en secreto tanto tiempo, digo, ya estábamos en nuestro quinto año en Hogwarts, y aunque moría de ganas por gritarselo al mundo, nadie más que él y yo sabíamos todo el esfuerzo que habíamos hacho para seguir así de unidos.

—Theo, en verdad siento mucho lo que sucedió hoy.....yo, bueno yo -No pude seguir, un nudo se formó en mi garganta, pero la mirada de Theo sobre mí me dio la fuerza para continuar. Suspiré y lo miré a los ojos. —La persona que me secuestró, estaba usando la poción multijugos.....para parecerse a ti, y juro que sé que tu jamás me harías daño, pero esas imágenes no dejan de repetirse en mi mente y yo, yo te veo y tengo miedo, tengo miedo de que no seas tú y de que me hagas algo malo

Confesé con las lágrimas amenazando salir. Theo no tenía expresión facial alguna, su mirada estaba vacía, y lo comprendo, todo esto era una bomba de información que él no esperaba recibir.

-Luego de unos minutos, tomó mi mano derecha con amabas de sus manos, y la posicionó en su pecho, a la altura de su corazón. —Este soy yo, Elara, estoy aquí......y yo jamas haría algo que te hiciese mal

Lo miré triste, el simple hecho de que alguna vez pasara por mi mente que theo podría hacerme daño me destrozaba.

—Sé que no Theo, y te amo por eso -Lo abracé con fuerza, como nunca antes, y él me correspondió de la misma manera.

—Encontraremos a quien te hizo esto, y te juro que lo haré pagar -Dijo una vez que nos separamos del abrazo. Su mirada reflejaba odio, enojo, y venganza, y yo sabía más que nadie que eso solo significaba algo malo.

—Theo, no quiero que los hagas pagar, si? Si les haces daño también te haces daño a ti mismo, tú no eres como ellos

—Lamento si eso te molesta, pero firmaron su sentencia de muerte al ponerte una mano encima -Puso su mano en mi mejilla y delineo mis heridas.

—Solo, no hagas nada malo, por favor -Dije ya un poco resignada.

El resto de la noche nos la pasamos hablando, sentados en nuestra roca. El amanecer comenzaba a asomarse, y desde ahí, la vista era preciosa.

—Todo será diferente ahora, no es así? -Pregunté mirando el sol saliente.

—Si, bueno, no esperaba que todos se enteraran de lo nuestro en éstas circunstancias, pero lo afrontaremos -Dijo mientras acariciaba mi espalda.

—Y que hay de tú familia?

—Nada, si se enteran solo diré que te utilizo para sacarte información

—Sobre qué podrías sacarme información, Theo? Debes inventarte una mejor excusa -Reí incrédula.

—Sobre nada Lala.....quieres ir a descansar? Hablaré con los profesores para que puedas saltearte las clases por unos días, o al menos por hoy, sé que eres ansiosa

Asentí con la cabeza un tanto confundida por lo primero que dijo, bueno es que "Lala" solo me llama mi papá, y estoy segura de que nunca se lo dije, como lo sabía?. Y lo de sacarme información? No lo sé, fue raro.
Quizá solo estoy exagerando, luego de lo que me pasó no sería raro que desconfiara de las personas, incluso de mi novio.

Theo me llevó a su habitación, allí me presto algo de ropa y luego nos acostamos a dormir. Se me era difícil conciliar el sueño, pero logré hacerlo.

Desperté algunas horas después y vi que Theo no estaba, supongo que fue a clases. Me levanté y me cambié de ropa, fui a mi sala común, y de allí a mi habitación.

Al entrar lo primero que hice fue buscar entre mis cosas mi otra varita, y dejar en el lugar donde esta estaba la de aquel chico. Tomé una muda de ropa y me la puse, no era el uniforme, ya que no planeaba ir a clases, si no al bosque para distraerme.

Salí de mi sala y para mi garn sorpresa,  ahí estaba Dumbledore, traía un sobre en la mano y sonrió al verme.

—Querida, esto llegó para ti, la envío tú padre -Sonreí emocionada al tomar el sobre que me  extendió, era una carta, antes de que pudiera abrirla, Dumbledore me interrumpió. —Creo que deberías abrirla más tarde, cuando estés sola

—Amm, claro si, la leeré luego -Guardé la carta en uno de mis bolsillos. —Iré a dar un paseo, te veré luego abuelo.

—Elara, tú sabes que debes estar acompañada siempre de un profesor, es por tú seguridad

—En verdad entiendo y agradezco que quieran garantizar mi seguridad, pero no creo que la mejor forma de hacerlo sea teniendome todo el tiempo vigilada, no es muy sano que digamos.......

—Sé que no, querida, sé que como todos los adolescentes necesitas tú espacio, pero teniendo en cuenta tú situación eso no será posible -Respondió con un notorio pero leve tono de tristeza, entendía que esto también era difícil para él.

—Lo sé......Espera! Se me ocurre una fantástica idea -Dije luego de uno segundos cabizbaja con una gran sonrisa, Dumbledore alzó una ceja intrigado. —Te acuerdas de Forks? Bueno, se me ocurre que él puede cuidarme, no es por ofender pero él es más capaz que cualquier profesor, y mientras tanto, tú podrías enseñarme hechizos de defensa, algo más fuerte que lo que enseñan en clase

OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora