Recuerdos

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Katsuki estaba furioso mientras conducía su auto coupé en la noche.

SU pareja destinada lo acaba de llamar diciendo que tendría un bebé, una familia, que no sería con él, se le erizaba la piel de tan solo imaginar el tipo de hombre que dejaría así aún omega embarazado, debía de ser un completo idiota para no cuidar a Izuku, el pobre acaba de ser desalojado de su único hogar, y ahora tenía que cuidarse bien, no más se enterará quien era el dichoso padre le daría una paliza.

Cuando llego a los departamentos vio a un pequeño cuerpo temblando de frío en un banca, el rodó los ojos y se sacó la chaqueta, tenía que cuidarse, podía contraer un resfriado o algo mucho peor. Salió del auto en silencio y puso la chaqueta en los hombros del pecoso, quien dio un saltito sobresaltado.

—¡Kacchan!—Sus ojos estaban hinchados por el llanto, pero aún así, Bakugo lo veía como el ser más hermoso del mundo.

—Tsk, solo súbete al auto, hablaremos en mi departamento.

Izuku asintió y se subió al auto con solo dos asientos, la mayor parte del trayecto la pasaron en silencio, Katsuki miraba de reojo al pecoso asegurándose que estuviera bien cada cierto tiempo, no sabía porque tenía tanto interés en él, no estaban enlazados, y su relación había terminado hacía años, ser destinados no significaba nada si el otro no quería, pero por alguna razón, no podía dejar de poner atención al pecoso.

Llegaron al edificio, unos clásicos apartamentos de soltero rico. Como profesional del neoleonés tenía sus beneficios, que casi no era utilizados por que se la vivía en el gimnasio, es será su vida, el deporte y sus citas con el psiquiatra complementaban su día.

—Te prepare un eh...—Sabía que las personas embarazadas no podía tomar café, y era lo único que tenía en la casa, además de agua.

—No tengo sed, estoy bien.—Dijo tratando de forzar una sonrisa.

—Bueno, ¿Quien fue el maldito que no se supo poner el condon?

Izuku abrió los ojos unos minutos como si estuviera sorprendido.

—¿La pregunta va en serio?—Katsuki levantó las cejas.

—Si, mierda, le daré una paliza al tipo.

—Dios mío, parece que tantos golpes en el ring ya te afectaron.

Ahí fue cuando Katsuki empezó a conectar puntos.

—¿Cuantos meses tienes?

—Un mes y medio, fue esa vez en la fiesta.

Oh mierda...

El era el idiota que había dejado a Izuku embarazado.

No, era imposible, el no podía ser padre, tomaba pastillas aún, no podían rebajarle su dosis o explotaría como cuando era joven, iba al psiquiatra, sería un mal padre, un mal esposo, no podía ser lo que Izuku merecía, por eso se alejó en primero lugar, para que pudiera tener una pareja normal, fue un estupido al volver a verlo, no podía dañar a la única cosa en su vida que le importaba.

—Ehm, si necesitas que me vaya...

—¿Estas bromeando? Es casi de medianoche y estas temblando de frío, puedo ser un idiota, pero jamás te haría daño.

Si, si que podía hacerle daño, pero no quería admitirlo, en vez de eso, se guardó cualquiera sentimiento y se enfocó en Izuku. Y vaya que le funciono, el chico pecoso era hermoso, aún cansado hasta la médula se veía precioso, bajo hasta su vientre, tenía que cuidarlo, lo necesitaba, no podía tener un ataque ahora, iba a ser fuerte.

—Hablaremos en la mañana, mierda, puedes dormir en mi habitación, es la más cómoda y hay calefacción.

—No creo que sea apropiado...

—Nerd, no discutas y descansa.

El peliverde aceptó a regañadientes y fue a la habitación indicada, Katsuki se quedó recostado en la encimera de la cocina tratando de procesar todo, y recordó las palabras de su madre hace seis años.

"Una persona como tú nunca podrá tener una familia, y es una de las mil razones por la que debes romper con Izuku"

Una persona con trastorno de ira nunca podría ser un humano normal, incluso con medicamentos aún sentía las ganas de explotar cuando algo lo incomodaba, y era por eso que el boxeo era su vida, no tenía que preocuparse por el control, solo golpeaba, era para lo que estaba entrenado, se había imaginado una vida solitaria muriendo de una sobredosis o algo así, pero ahora tenía a Izuku de frente, después de seis años, viéndose jodidamente hermoso y diciéndole que sería padre.

Dejo todos sus pensamientos de lado y fue a su habitación de boxeo, sacudió el saco hasta que sus nudillos quedaron rojo y hinchado se sentó en la colchoneta unos minutos trantando de calmarse y por fin se durmió.

6 años antes.

"Eran las nueve de la noche en punto, estaba afuera de una tienda de conveniencia en su auto forbeagen rojo descapotable, llevaba horas ahí tratando de calmarse hasta que oyó dos golpes en la ventanilla, vio a Izuku, con la chaqueta de su equipo de boxeo en la preparatioria y unos lentes gigantes que le cubrían sus ojos color esmeralda.

—¿Kacchan?—Dijo dudoso al notar la expresión del rubio.

Había muy pocas personas a esa hora de la noche, pero, las tiendas de conveniencia  aún estaban llenas por los estudiantes universitarios y los empleados que acaban de salir de largas jornadas de oficina para tomarse una copa de sake antes de regresar a su casa.

—¡Mierda Deku, no entres...!

—¿Por qué estás tan enojado? ¡¿Eh!? ¿Es por lo de la academia? Queda cerca de donde entrenarás, podrás verme los fines de semana.

—¡Deja de suponer tanto sobre la gente! No sabes nada, debes irte ya, tu madre debe estar preocupada.

—No me iré hasta que me digas qué pasó, saliste furioso de la pelea, en una relación hay que comunicarse, ya no somos unos críos.

—¿¡Y qué pasa si ya no quiero una relación!?—Grito Katsuki tratando de tranquilizarse mientras apretaba el volante.

—Estoy seguro que no quieres decir eso, no se que te dijo tu madre pero debes calmarte, necesito decirte algo.

—¡No todo es sobre ti o mi madre!

—No, no quise decir eso, pero de verdad es importante.

—¡PUEDES SOLO CALLARTE!—Cerro los ojos intentando que la vena en su cuello dejara de palpitar, su vista estaba nublosa y apenas sabía lo que decía.

—¿Ah? P-perdon, es solo que de verdad tengo que decirte que...

—Terminamos, sal de mi puto auto.

—¿Es enserio Katsuki? ¡¿Después de todo estos años, lo echas todo a la mierda solo por estar enojado por una pelea que perdiste!?

—No quiero volverte a ver—Dijo Bakugo sintiendo todo su cuerpo calentarse.

—P-pero.

—¡LA PUTA MADRE, SAL!—Al final golpeo el tablero del auto, y ahí fue cuando Izuku azoto la puerta y se fue sollozando de ese estacionamiento."


Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora