Aleteos

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El ruido del golpe resuena por unos minutos en la mente de todos los presentes.

Izuku se cubre más con la chaqueta y toma de la mano a Katsuki, quien sigue con la cabeza de un lado tratando de poner en orden sus pensamientos, tratando de respirar como tantas veces lo ha hecho en la oficina de su psiquiatra. Cierra los ojos y aprieta la mano del pecoso, debe recordarse donde esta y quien es cada vez que sus emociones lo llevan al borde entre la furia y enloquecer, su mente es un remolino que no se puede tranquilizar.

—Después de escapar de casa, vuelves... ¿Esperando que Katsuki, eh? ¿Qué tus padres te reciban con los brazos abiertos como si no hubieras echado todo lo que te dimos a la basura?

—¿Es demasiado pedir...? —Logra decir Katsuki en un tono amargo y tenso, combatiendo con el nudo que se forma en su garganta —¿Que acepten a su hijo y lo amen a pesar de sus errores?

—Si, si ese hijo eres tú...

—Cariño...—Masuru abre los ojos en grande y toma de la muñeca su esposa.

—Dijiste que no volverías a pisar esta casa en toda tu vida ¿Dónde estás ahora? ¿eh?

—¡Era un puto niño! ¡Nunca tuve una madre presente que estuviera para mí!

—Vete de aquí, y tampoco quiero saber nada de Izuku, ya suficiente dolor le harás pasar tu...—Mitsuki se da vuelta y esquiva la mirada decepcionada de su esposo.

—De usted es quien no vamos a querer saber nada, señora Bakugo. —Dije Izuku impaciente.

—¿Disculpa?

—Los dos somos una pareja muy feliz que muy pronto se convertiría en una familia, una llena de lo que falto en la suya. Katsuki se ha convertido en un hombre admirable sin su ayuda, si usted no quiere ser participe de esto, esta bien.—Izuku tomo la mano de Katsuki y los dos se subieron al auto deportivo aparcado frente a la casa.

Izuku se subió en el asiento de piloto, había obtenido la licencia de conducir unos meses antes de que su madre muriera para poder llevarla al hospital cuando era necesario, resulta, que no fue necesario, los dos quedaron en banca rota y tuvieron que vender el auto familiar. Tan solo tener el timón en sus manos lo hacía sentir bien, lo hacía sentir útil, y eso no pasaba muy seguido ahora que todo su cuerpo sufría los síntomas del embarazo.

Katsuki temblaba en el asiento de copiloto mientras miraba a sus zapatos como si fueran la cosa más interesante.

Odiaba verlo así y odiaba mucho mas no poder hacer nada, porque cuando Izuku estuvo vulnerable ahí estaba el recordando lo tierno y fuerte que era. Pero, esta vez sentía que el cenizo necesitaba un tiempo para pensar y regularse a si mismo. Encendió la radio y manejo hasta una gasolinera a las afueras del pueblo que solía estar vacío a esa hora de la tarde.

Una canción de los noventa resonaba en el auto, Izuku intenta recordar las lecciones de manejo y el examen para obtener la licencia que estaba seguro que necesitaba renovar, apenas entendía la tecnología y grandes pantallas del auto deportivo que era muy diferente a la chatarra que él tenía cuando era más joven, por fin, logro estacionarse el pequeño espacio.

Los dos se quedaron en silencio solo escuchando la voz del joven cantante de la radio que le sonaba conocida pero no lograba adivinar el nombre.

Gracias...—Dijo Katsuki con una voz mas profunda de lo usual, y más serena.

—Hubieras echo lo mismo por mí, además, tengo de defender a mi novio, es una de mis tareas...—Antes de que Izuku pudiera continuar, escucho el sollozo de Katsuki quien se reclinaba en su asiento para abrazar el pecoso.

—Te prometo ser un mejor padre, prometo amarte sin importar que, no digo que no cometeré errores, pero siempre serás la prioridad. Te amo tanto...—Dijo en un susurro mientras pegaba su cara al vientre del pecoso.

—Y este pequeño o pequeña te amara también, como yo lo hago ahora Katsuki, más de lo que puedo expresar con palabras...—Se detuvo abruptamente.

Y ahí fue cuando lo sintió.

Unas pequeñas burbujas o aleteos en su estómago, no era como la gastritis, o al menos esperaba que no fuera eso, era como un leve movimiento de parte de su estómago.

—¿Pasa algo? —Dice Katsuki mirándolo preocupado.

—¿Lo sentiste?

—¿El que?

—¡Se acaba de mover! ¡Bombita se movió! —Dijo Izuku con lágrimas en los ojos.

—Al parecer le gusta mucho que le den cariños. —Dice Katsuki de mejor humor y se levanta para besar las mejillas del pecoso llenas de lágrimas.

—S-se movió, n-nuestro bebe está bien...

—Claro que sí, tiene una mamá muy fuerte que lo cuida.

Los dos juntan sus frentes y ríen, porque saben que les queda mucho por delante por enfrentar y muchos momentos como este en que el mundo por fin les recompensara todo el tiempo que pasaron separados.

—Para siempre esta vez, Izuku Bakugo.

—¿Bakugo? ¡Creí que era tradición preguntarle primero al novio si quería ser su esposo! —

—Entonces ¿Te casarías conmigo?

—¿Hablas enserio? ¡Hace como mediodía que somos novios!

—Dejamos toda esa mierda tradicional atrás, Deku ¿Qué será saltarnos otro paso?

—Te diré que si, pero solo espera.

—¿Cuánto?

—Solo espera, por lo menos hasta que no tenga a tu hijo dentro de mí.

—Hecho.

—Hecho.

Y se besaron, entre canciones desconocidas de los 90 y el crepúsculo asomándose por el horizonte.

Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora