Charlas a la medianoche

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A veces Katsuki tenía pesadillas.

Pero no de esas con fantasma o personajes divinos que te jalan los pies en la mitad de la noche, no. Las suyas eran de esas en las que estaba encerrado en una habitación, reproducía la escena del auto hace seis años una y otra vez en su cabeza, y luego, todo el mundo repetía la palabra que más le desagradaba, la gritaban, y la escribían en las paredes blancas que lo rodeaban, él solo podía hacerse bola en el piso tapando sus oídos, pero lo seguía escuchando.

Inútil, inútil, inútil.

No había sido capaz de cuidar Izuku, de amarlo como sabía que Izuku lo amaba a él, era patético, porque por más que amara a Izuku, no lo curaría, no podía cambiarlo, no era su responsabilidad, y sabía que como el Deku que era con ese complejo de héroe cambiaría todo par ayudarlo, y quería que él fuera libre, aún si eso significaba que el tuviera que quedarse en una jaula.

—¿Kacchan?—Escucho un suave murmullo en la oscuridad de la sala.

El rubio cenizo se había decido por dormir en la sala, había una cierta incomodidad en su pecho que no le permitía alejarse mucho de la puerta de Izuku, ahora sabía que era por lo menos; había despertado recién de una pesadilla, estaba aterrado, no quería que Izuku lo viera de esa forma, sudando y apenas respirando con normalidad.

—¿Te desperté? ¿Te duele algo?

—No, solo no podía dormir y oí que estaba despierto.

—Oh...—Los dos quedaron en silencio, había muchas preguntas sin respuesta.

—¿Puedo sentarme a tu lado?—Dijo Izuku, el rubio dudo un poco pero al final asintió.

—Lo siento por ser un desastre, siempre mereciste algo mejor que esto.

—Nunca me molesto, hasta que le desastre de abalanzó sobre mi—Dijo Izuku con cierta gracia, que hizo lo contrario en el más grande—¡Oh! No lo decía que manera mala, perdón...

—L-lose es que, te amo mucho, siempre lo hecho desde que éramos unos críos, y por un maldito diagnóstico borre toda la buena vida que podríamos haber tenido, dos pequeños, un estupido conejo que se que los amas, ¡Y mierda! Todo es mi culpa.

—¿Diagnosticó?—Oh no, lo había admitido.

Su fobia más grande se estaba cumpliendo, que Izuku supiera de su transformó explosivo y se alejara.

—Tengo trastorno explosivo intermitente.

El mundo se quedó en silencio por unos segundos, los autos dejaron de hacer sonidos y la gente dejó de hablar, o quizá era por que era medianoche.

—Por favor no me tengas miedo, tomo medicamentos , estoy en terapia, he mejorado y nunca te pondría un dedo encima, yo...

—No te tengo miedo, Katsuki, ¿Como podría? Al niño que cuando me caía, a pesar de estar enojado conmigo, me curaba las heridas con esas curitas de conejos, al chico que me llevo a un parque temático en nuestra primera cita a pesar de no le gustaban, y al hombre que está frente a mí, llorando por miedo a dañarme.

—¿No me tienes miedo?

—¡Dios mío! Claro que no, y ahora que tendremos un hijo juntos no será tan fácil alejarte...

—Ah si, lo olvidaba—Dijo Katsuki bajando su mirada al vientre del pecoso, que ni siquiera estaba abultado.

Izuku enredo sus piernas al rededor de la cintura de Katsuki y se sentó acomodándose en el amplio pecho del rubio.

—Bueno, tenemos que hablar de eso, no podré dormir si no lo hacemos.

—Ok, primero, ¿Vamos a tenerlo?

—¡Claro que si! Esa etapa ya la pasé yo solo.

—Bueno, eh, ¿Te dieron una de esas mierdas que es una foto del bebe?

—¿Ecografía?—Katsuki asintió en silencio—Si, ¿La quieres ver?

—Mañana, necesitas descansar.

—Bueno... ¿Que piensas de todo esto?

—Aún no me hago la idea de que tendremos un hijo, no se si seré buen padre, o si quiera si seré una buena pareja, pero ya no te dejare aparte de mi vida, y no soy un adolescente errático.

—Estoy de acuerdo, entonces ¿Nosotros?

—¿Eh? Carajo, no lo se, yo sigo sintiendo sentimientos por ti, pero lo dejamos hace bastante, pienso que lo mejor será conocernos de nuevo, como adultos.

—Ok, empecemos.Soy Izuku Miridoya, tengo 24 años, me gusta el ramen y adoro a All Might, soy bailarín profesional.

—No puedo creer que enserio haré esta mierda.

—¡Vamos!

—Soy Bakugo Katsuki, tengo 24 años, odio desvelarme, le pongo wasabi a todo y soy boxeador profesional.

—¿Aún le pones picante a todo? ¡Es horrible!

—Tsk, no puedo creer que aún juzgues mis gustos.

—No los juzgó, es solo que son tan extraños, juro que nunca le pondré wasabi a nada.

—Deku, un día te rendirás antes las delicias del picante.

—Mhm, en tus sueños.

—Joder Izuku, estas en todos mis sueños bonitos.

Los dos soltaron una carcajada larga aún abrazándose, Izuku sentía que lo conocía tan bien, que seguía siendo su mejor amigo, su primer amor, había cambiado si, sería raro si siguiera siendo una adolescente hormonal y enojon, pero seguían siendo su Kacchan, y lo mismo pensaba Katsuki respecto a Izuku, que seguía siendo ese peliverde llorón.

—Mañana tengo una cita con el ginecólogo ¿Quieres ir?

—¿Por qué lo preguntas? ¡Claro que voy a ir!

Katsuki miró a Izuku, a sus ojos color esmeralda risueños, se durmieron abrazados en el sillón, el rubio sostenía son cuidado al bajo para que no se lastimar, e Izuku acaricia el cabello de Katsuki con amor para que tuviera lindos sueños.

Sin compromisos, solo con la ilusión de un mejor futuro, tal vez el pequeño error no haya sido tan malo después de todo.

. . .

Hi, soy la autora, tengo algo que decirles, no quiero normalizar el trato de Katsuki hacía Izuku cuando eran adolescentes, tampoco romantizar su diagnóstico, mucha gente lidia con eso y es duro, Izuku no va a curar a Katsuki de la nada, no, este ya tiene años en terapia y tomando medicamentos para cuidar su salud mental, en ningún momento intentaré que Izuku sea el que lo calme de un ataque, eso no pasa en la vida real. Una relación sana viene de la comunicación, y yo siempre lo dejare bien en claro en este fic, así que, no esperen muchas conductas agresivas de Bakugo en el fic, hacía NADIE, incluyendo a Izuku.

Habiendo aclarado esto, les agradezco mucho por leer, los quiero muuuuuuuuuuuucho.

🌈💜


Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora