Imperfecciones

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Preeclampsia.

Una simple palabra que desestabilizaría la vida perfecta que Izuku estaba construyendo.

Ni siquiera lo entendio cuando su doctor se lo dijo, pero sabía que era malo por la expresión de Mirio, que solía ser ese tipo de personas que iluminaban una habitación en el momento que entraran, ahora, lo miraba con lastima.

Siempre detesto la lastima.

—Como dije, es tratable y leve, no debes preocuparte demasiado el estrés puede ser...

—¿Yo lo cause?—Murmura Izuku sintiendo ese dolor en su pecho, ahí estaba, el miedo.

—No hay forma de saberlo, a veces solo pasa, hay muchas cosas que pueden influir, puede ser que hubo un problema con tu primer bebé y no lo supieras.

—Es mi culpa...Y-Yo he estado caminando mucho, i-incluso Kacchan dijo que debería descansar y yo no le hice caso debí...

—Esta bien, esto no es tu culpa. La bebé estará bien, yo me aseguraré de eso.

Izuku respira profundo tratando de calmarse, el sonido de la máquina y el olor a desinfectante solo lo ponen de los nervios. Los recuerdos lo bombardean en los momentos menos esperados, aunque hayan pasado años. Debió haberlo sabido, estaba de cinco meses, hace unos años y un mes atrás estaba en una de estas camas de hospital igual de aterrado y culpándose de todo lo que pudo haber hecho mal, además de solo, como ahora.

Katsuki no respondía las llamadas, no había señales de él.

Probablemente había dejado el teléfono en la casa, había salido de madrugada hacia el entrenamiento, una pelea importantes se acercaba, no podía permitirse perder esta, su carrera siempre estaba pendiendo de un hilo y los periodistas estaban ahí en primera fila para verlo caer y pegarle un micrófono a la cara.

No necesitaba un novio inútil no pudiera ni cuidar de sí mismo, menos del bebé.

—¿Qué tan necesario es que el padre lo sepa?—Dice Izuku sacándose las lágrimas.

Mirio lo mira sorprendido y niega con la cabeza.

—Izuku, necesita saberlo, ahora todo está estable, pero tu presión va a ser impredecible, puedes desmayarte otra vez, y eso es en el mejor de los casos. Se que dije que estas bien, pero necesitas un cuidado continuo, y para ser sincero, he visto lo que tu novio le hace a esos tipos en el ring y no quiero ser el siguiente—Murmura lo último con una pizca de humor, tratando de aliviar la situación.

—Estoy bien, aparte de esto, estoy muy bien.

—He visto como haces mueca cada vez que miras tu pies, se que están hinchados aunque lo intentes ocultar por la cobija.

—Si se entera, arruinare su carrera, el debe concentrarse, no sabes cuanto ama el deporte, no podría vivir sin el boxeo, es su vida entera, si llega a arruinar su carrera por mi culpa, se que...

—Izuku, si esto empeora, tendremos que darte inyecciones para fortalecer los pulmones de la bebé, tendrá que nacer prematura ¿Cómo le ocultaras eso a él? Sin mencionar todos los sintomas y el reposo.

Ahora que lo decía, sonaba estupido.

Katsuki era cuidadoso con él y muy protector, claro que se daría cuenta que algo está mal, tendría que decírselo, y mejor temprano que tarde.

Ahora ya no estaba solo, tenía a alguien a quien apoyarse.

—Se lo dire, se pondrá como loco y me envolverá en algodón, pero debe saberlo—Dice Izuku decidido.

Cuando las puertas se abren dejando entrar a un hombre sudoroso y exaltado, de inmediato supo quien era y su mirada se suavizó cuando lo vio en el marco de la puerta con una mirada preocupada al verlo conectado a tantas máquinas y el doctor sentando al lado de la camilla junto con el ultrasonido.

—¡Señor! ¡Está prohibido entrar!—Dice una voz aguda en el pasillo.

—Es el padre del bebé de Izuku, tiene permitido entrar.—Dice Mirio con una calma aparente para luego levantarse de la silla y dirigirse a la puerta antes de darle unas palmaditas al hombro de Katsuki e irse por el pasillo.

—¿¡Qué pasó!? ¿Te caíste? ¡El idiota ese te volvió a amenazar porque te juro que...

—Estoy bien, solo que el doctor quiere mantenerme en observación ¿Cómo me encontraste?

—Kirishima fue por mi teléfono a la casa, y regreso al gimnasio con la peor noticia que he recibido, tú, en el hospital—Exclama dirigiéndose al lado de Izuku para acariciar su cabello y al vientre prominente—¿Están bien?

—Si, pero hay algo que quiero decirte.

—No me vuelvas a preocupar así, Zuzu, de verdad, estaba tan aterrado...

—Tengo preeclampsia—Suelta la bomba y cierra los ojos esperando lo peor.

Pero solo hay silencio.

Los abre poco a poco, para ver a un Katsuki, desgastado, hundiéndose en la silla de hospital al lado de su cama, mucho más pálido que de costumbre.

—¿Qué mierda es eso?

—Es una complicación del embarazo, no debes preocuparte es leve, el desmayo fue un síntoma de este junto con la subida de mi presión, el doctor dice que ahora estoy estable, pero si empeora...

—¿¡Puede empeorar!?

—Puede que la bebé tenga que nacer antes.—Dice una voz a la entrada de la habitación, al parecer el doctor no se había ido del todo.

—¿Eso es seguro? Digo para la bebé y para Izuku.

—Si, solo que tendremos que administrar unas inyecciones para fortalezas sus pulmones, pero con los debidos cuidados, no será necesario llegar a tanto.

—¿Ves? Estaré bien, ahora, necesitas volver al gimnasio, vendrás a recogerme cuando salgas y podremos ir a casa—Murmura Izuku con un tono de voz dulce mientras sostiene la mano de Katsuki.

—Mierda, estás loco si crees que me sentiré bien dejándote solo, no me ire de tu lado en el tiempo que estes aquí, estoy aquí para cuidarte, y bueno, a la bombita.

—¿Seguro?

—Izuku, tú y esta pequeña son la cosa más importante en mi vida, a la mierda mis peleas, sin ustedes no podría ni respirar.

Izuku sonrió conmovido y beso a Katsuki, asegurándole que estarían  bien.

O bueno, eso quería creer.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora