Decisiones

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Izuku sentía que iba a vomitar con tan solo escuchar esa palabra "Destinados" entró rápido a su apartamento y se dirigió al baño, su estómago se retorcía mientras él estaba frente al escusado vomitando todo lo que comió durante el día.

—¿Izuku? ¿Estas bien?—Podia oír la voz de Katsuki desde el otro lado de la puerta.

—Si, solo un momento...

Se le vino la cabeza esa última vez en esa vieja gasolinera, cuando era adolescentes, cuando se sentía el todo de Katsuki, estaban sentado en ese viejo  descapotable besándose cuando el rubio dijo las palabras que lo marcarían para siempre. "¡Carajo! Ya no se si te amo tanto!" Esas palabras que quedarían tan marcadas en su cerebro desde ese día.

—¿Por qué piensas que somos destinados? ¿Eh?—Dijo Izuku a través de la puerta sin atreverse a abrir.

—Tu sabes, desde ese día en la fiesta, sentí tu olor, y ahora no puedo estar cerca de ningún omega porque me repugna el maldito olor, y no es que quisiera estar cerca de ninguno desde que te volví a ver, Deku.

—¿Por qué ahora?—Dijo tocando un poco su vientre.

—¡Maldita sea! No lo se, todo estaba bien antes. Parece como si el destino estuviera en nuestra contra.—Izuku abrió la puerta lentamente cuando Katsuki dijo—¿Estas bien? Puedo ir a comprar medicina si quieres.

—No, esta bien, creo que solo fue la impresión.

—Lo siento por presentarme en tu casa así, es solo que...

—Si, entiendo, lo de los destinados es una gran cosa que digerir.

—Y también un gran problema para mi tratamiento...—Murmuro Katsuki casi inaudible.

—¿Y ahora que hacemos?

—Podemos ir con un doctor especialista en eso, tú sabes, ninguno de los dos quiere estar de manera romántica con el otro.

Ok, esos ya eran demasiados baldés de agua fría que lo traían a la realidad, claro que Bakugo no quería estar con él, lo había dejado claro hace años y después de esa noche en la fiesta, pero aún no podía digerir esa noticia. Y ahí fue cuando se dio cuenta, el feto en su vientre.

—Ahm, no, yo te creo, además, no creo que nos moleste en nuestra vida diaria, tengo que, uh,  que descansar, si eso, te llamo en la mañana o tú me llamas, o me visitas que todos modos eres una persona ocupada ahora, claro que no estoy diciendo que tengas la obligación de eso, tienes tu vida y si quieres ignorarme y seguir esta bien es solo que...

—Deku...

—¿Qué?

—Estas haciendo la molesta cosa de murmurar.

—¡Solo vete!—Alcanzo a gritar sacando al rubio cenizo a patadas de su pequeño departamento.

Cerrando la puerta tras si, respiro profundo y se recostó en el piso hundio sus manos en las piernas. Tenía que resolver un problemita primero, abrió su mochila y las pruebas salieron de ella, todas positivas, tendría que ir al hospital para confirmarlo pero lo presentía, no podía creerlo aún. Luego miro a su departamento, era pequeño e incluso había goteras, no pida criar a un niño ahí, pero que Katsuki no quisiera una relación romántica no le quitaba el hecho de que era su esperma que se había convertido en un feto.

Era el padre, bueno, si era verdad que estaba embarazado.

. . .


—En efecto, tiene más de un mes de embarazo.—Estaba frente al doctor de omegas quien lo miraba con una gran sonrisa.

—¿Disculpe?

—Tiene que pasar a recepción para que le de toda la información necesaria, los ginecólogos en este hospital son muy buenos...—Izuku dejo de oír al ver las palabras en el papel.

Embarazado.

Una cosa era ver las cosas de plástico con dos rayitas, y lo otro, un papel en un consultorio médico que lo confirmaba todo otra vez. Maldito condon roto.

—¿Me está escuchando, señor Miridoya?

—¡Si! Solo estaba distraído—Sonrió con nerviosismo Izuku,

—¿Desea que empecemos con la ecografía?—Ouh, Izuku no había pensado poder ver al feto en el periodo tan corto de gestación.

—¿Se puede?—Dijo Izuku algo ilusionado con la idea.

Antes de si quiera pensarlo estaba acostado en la camilla esperando a que el doctor volviera en entrar. Estaba en una sala blanca con dibujos de cigüeñas por toda la pintura, se notaba que estaba en una sala de maternidad. Cuando volteo su cabeza había un aparato con una pantalla, se supone que ahí iba a ver al feto en su estómago.

—¡Bueno! El gel estará algo frío—Dijo el doctor mientras se acomodaba sus guantes mientras entraba por la puerta y le ponía el aparato.

Luego lo vio en la pantalla, un pequeño punto en ese escáner.

—Bueno, el saco gestacional ya está bien formado, tiene le tamaño de una semilla de manzana, es pequeño aún—Dijo el doctor riendo—¿Quieres escuchar su corazón?

—¿Ah?—Antes de que pudiera responder, pudo escuchar el rápido latido de un corazón, miró a la imagen y escuchó claramente su pequeño—Se escucha muy rápido ¿Esta bien?

—Sip, perfectamente, todo parece estar estable hasta ahora, tienes que cuidarte mucho...—Dejo de hablar cuando vio a Izuku llorando y sonrió.

—Muchas gracias.

—No hay de que, vuelve aquí en dos semanas, Soy el Dr. Mirio Togata.

—U-Un placer—Dijo Izuku aún embobado con la ecografía que por fin la tenía en papel.

Salió de la consulta aún asustado y nervioso, pero decidido, este bebé era suyo, lo cuidaría con su alma y se aseguraría que tuviera la mejor vida que el podía darle, lo iba a tener, solo había un pequeño problemita.

Tenía que decirle a Katsuki Bakugo.

Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora