Katsuki sostenía un cigarrillo en su mano derecha.
Ni siquiera fumaba, lo detestaba. El humo del cigarrillo que apestaba bares era horrible, tampoco quería reducir su calidad de vida quince años, y al ser un boxeador profesional no iba a arriesgar su condición física por un humor con sabor amargo. Pero, estaba en un mirador cerca del hospital y sentía todo su cuerpo tiritera, necesitaba control.
—¿Kacchan?—Escucho la suave voz de Izuku proviniendo del auto.
Había pasado unas horas desde que les habían dado de alta e Izuku estaba profundamente dormido en el asintió del copiloto, así que en vez de conducir a su departamento, paso por un mirador que tenía una tienda abierta las veinticuatro horas. A veces los pensamientos lo abrumaban demasiado.
Izuku lo notaba, en las pocas semanas que llevaban conviviendo juntos nuevamente notaba al Katsuki pensativo y ansioso, no el adolescente enérgico y errático. Le gustaba el nuevo Bakugo, no tenía que mentir, aquel que no se burlaba de sus camisas de All Migth y que llevaba el desayuno en la mañana, pero también era quien tenía crisis en medio de la noche, aquel inseguro y silencio lleno de dudas e inseguridades.
Quería un mundo con Bakugo Katsuki a su lado, no se atrevía a decirlo en voz alta, pero quería despertar todas las mañana y ver esa maraña de cabello rubio en la cocina tomando una tasa de cocina, o escuchar sus gritos al dormirse muy tarde. No importaba si eran amigos, pareja o si solo estaban conectados por el bebé en su vientre, quería un mundo con Kacchan a su lado, había pasado años sin verlo, y no podría soportar una vida mas.
—Quédate en el auto, hace mucho frío.
—Estoy bien, tengo tu chaqueta.—Dijo señalando la antigua chaqueta del equipo de boxeo de la preparatoria.
Había dejado unas cosas guardadas en el departamento de Uraraka, quien había tenido la amabilidad de llevárselas hasta el hospital, cosas de su infancia, ella le había deseado lo mejor y le había advertido a Katsuki que si dañaba a Izuku, lo arrollaría con el auto, y no era una amenaza falsa.
—¡Carajo! Amaba esa chaqueta, me había preguntado dónde estaba.
—Bueno, nunca viniste por ella, así que, prácticamente es de mi propiedad.
—Pff, nerd atrevido.
—Se que gusto asi.
—Si quieres... Hicieron un diseño el día que me contrataron como boxeador, la tengo guardada en alguna parte del ático, puede prestártela.
—¿El gran Bakugo quiere darme algo de su propiedad? Dios mío, por fin aprendiste a compartir.
—¡Por eso nunca soy amable!—Dijo sonrojado sacándole una risa al pecoso.
Los dos se quedaron mirando al atardecer, había palabras, entre el silencio y la distancia había oraciones que no podían decir que voz alta. Pero Izuku lo recordó, mordió su labio aún dudando lo que le iba a mostrar a Katsuki, corrió hacia el auto y buscó en la caja de artículos, y la vio, en el fondo, había una caja adornada con flores pintadas en el cartón y una ecografía pegada de portada, en un grabado dorado decía "Katsumi".
El nombre de su pequeña no nacida.
Saco la caja con dificultad y llego al lado de Katsuki, quien lo miraba con curiosidad hasta que vio la caja en las manos del pecoso.
"La iba a llamar Katsumi, por ti"
Un nudo se instaló en su garganta y apretó la caja de cigarrillos en la mano izquierda; no sabía lo que tenía esa caja, pero tenía curiosidad ¿Por qué se la mostraba? Pensaba que Izuku estaba enojado con él, él estaba enojado con sigo mismo, lo había dejado solo, con un bebé en su vientre y una carga emocional enorme solo por ser un egoísta y impulsivo de mierda.
—Te lo quería mostrar, será como un cierre para nosotros, pero tú, quiero que tengas la oportunidad de conocerla, por que a pesar de que solo la conocí por cuatro meses me hizo muy feliz.
—Pero, la tuviste muy difícil...
—Bueno si, llore bastante, necesite ayuda, pero sabía que superaría todo cuando ella naciera, y bueno, lo supere, aún me duele a veces, pero se que ella cuidará de su hermano menor cuando llegue.
Katsuki escuchó el ruido de los cigarrillos cayéndose mientras abría la caja rosada.
Había más ecografías, unos zapatos de bebé muy pequeños que apenas cabían en sus dedos, pero sobretodo, miró los pequeños guantes de boxeo del tamaño de su dedo meñique y todos lo recortes de periódico. Su primera pelea, su tercera ves ganado, sin un fracaso en los tres meses que llevaba peleado, sus primeros contratos con marcas, y, su primera entrevista en el mundo de la fama de los deportistas.
Había fotos de ellos, en la graduación, la primera cita, el primer combate que vio Izuku y muchas fotos más llenas de recuerdos que le susurraban cosas al oído al peli cenizo.
—A pesar de que estaba resentido contigo, y que tenía una foto tuya llena de dardos, quería que conociera a su padre, un gran hombre y boxeador que siempre alcanza lo que se propone—Sentía las lágrimas correr por sus mejillas mientras abraza a Izuku, como un bebé —No te muestro esto para que sientas mal, quiero demostrarte que no estoy enojado, solo quiero decirte que te perdono, y Katsumi también lo hace.
—Quiero una eternidad contigo Izuku, se que soy un idiota y que tengo problemas pero quiero intentarlo, por Katsumi, por el bebe que ahora esperamos.
—Aww, por fin aprendiste a ser cariñoso.
—¡Este no es el momento! Te juro que tenía un discurso planeado.
—Yo lo se, te entiendo Kacchan, siempre lo he hecho.
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Mistake (Katsudeku)
FanfictionLa vida de Izuku se resumía en una simple palabra: ballet. Era el mejor bailarín y tenía a todo el mundo a sus pies. Hasta que una noche lo cambia todo, ve su mundo desmoronarse ante sus ojos y no tiene idea de cómo reconstruir todo lo que perdió; l...