Familia

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Para Katsuki volver a casa significa enfrentarse a su madre.

Aunque había gastado miles de dólares en la terapia no pudo lograr que la voz de su madre se borrara de su cabeza, las palabras que lo seguían torturando por la noches, la voz rota de su madre culpándolo por todo, también, recordaba a su padre, rogándole a su madre que parara, que dejara de dañarlo, pero ella estaba cegada por la ira y el llanto.

Ese fue el día que le diagnosticaron Trastorno de ira compulsivo y casi mata a su oponente en una pelea. 

Era un crío hormonal y temperamental, acostumbrado ganar fácilmente por su físico y su genética. Toda su vida habían normalizado su comportamiento agresivo,  hasta él ignoró las señales de alerta, pero cuando todo explotó y estuvo en los titulares del periódico de su ciudad natal, fue como si la caja de Pandora que estuvo sacudiendo todo este tiempo se cayera a sus pies, sin él poder atraparla antes.

No había visto a su madre desde esa noche.

"Una persona como tú nunca podrá tener una familia, y es una de las mil razones por la que debes romper con Izuku"

"Quiero ver cuando mates a Izuku cuando tengan una pelea, y créeme cuando te digo que no estaré ahí para limpiar tu desastre" 

Apretó las manos en su chaqueta de cuero tratando de respirar con la tan sola idea de dañar al pecoso, no, no era capaz de levantarle la voz si quiera, se mutilaría vivo antes de lavantarle la mano.

—¿Kacchan? ¿Estas listo?—Dijo el pecoso con una sonrisa.

Estaba vestido con un overol de mezclilla que hacía lucir su vientre redondo,  y claro, la nueva chaqueta del equipo de Katsuki que le había regalado hace unos días.

—¡Mierda, ya es tarde!

—Tranquilo, podemos quedarnos a dormir en un hotel cerca de ahí, no es necesario regresar hoy.

—Pero amor, esas camas son muy incómodas y te puede doler la espalda.—Dice Bakugo tomando por la cintura al pecoso.

—¿Con que "Amor", eh? Cuando salíamos en la preparatoria te daba asco decirme tan siquiera "Te quiero"

—Era un estupido, ahora si valoro lo que tengo.

—Aún no me has pedido ser tu novio oficialmente ...

Carajo.

—Pensaba que ya estaba claro con todo eso de que mudarás a mi habitación y el bebé.

—¡Dios mío! Definitivamente has perdido el toque. Necesitas invitarme a una cita, es lo que la gente normal hace.

—¿Donde quieres ir?

—¿Recuerdas esa cafetería cerca de mi casa en el pueblo?

—¿La de las hamburguesas con chile?

—¡Exacto! Dios, he tenido antojo de una de esas desde anoche.

—Ok, pero para eso tenemos que irnos, ahora.

Katsuki agarra las llaves de su auto y los dos salen del complejo de apartamentos. 

Izuku ha dejado por completo de ir a la academia, pasa la mayor parte del día en casa revisando páginas de internet de bebés y practicando yoga; sinceramente, aún no ha descubierto que hacer ahora que no tiene el ballet en su vida, no puede bailar, ya sea por la parte física de que su cuerpo ya ha pasado mucho tiempo en reposo, o por la parte psicológica, que sus piernas tiemblan con la idea de pisar un escenario de vuelta, estando embarazado o no. Así que, su única fuente de entrenamiento es burlarse el rubio cenizo y besarlo, lo que ha hecho mucho estos días, las hormonas del embarazo lo tiene muy alterado. 

—¿El cinturón no está muy apretado, verdad?

—Por tercera vez, no.—Dice Izuku acariciando su vientre de cuatro meses.

—Solo quiero asegurarme, el viaje será largo además-

—Se que estás evitando hablar de tus padres, pero sabes que no lo tienes que hacer conmigo, puedes decirme lo que sientes.

—Es solo que- siempre imaginé esto, tener una familia contigo y todo eso, pero nunca imaginé tener que decirlo a mi madre, esa es la parte difícil.

—¿No has hablado con ella en todos estos años?

—No, tampoco la he visto desde el funeral de tu madre.

—¡Eso fue hace 5 años!

—Lo se, asique todo esto va a ser espontáneo ni siquiera se como va a tomar la noticia de que ni siquiera somos una pareja formal.

—Pues, seámoslo, ahora.—Katsuki abre sus ojos en grande y mira al pecoso con sorpresa.

—¿No me acabas de decir que quieres todo el jodido rollo romántico? Hacerlo ahora sería saltarnos todo eso.

—Pues nosotros nunca hacemos las cosas en el orden correcto, y además, mis hormonas ya no pueden más...

—Entonces, Izuku Miridoya, ¿Quiere ser mi novio?

—Si, si quiero—Dice Izuku riendo dándole un beso en la mejilla mientras Katsuki conducía.

Maldita abstinencia.

Llegaron a la ciudad después de unas horas de viaje, y era tal como recordaban, cada lugar tenía una anécdota que recordar y la nostalgia era palpable, era su hogar, habían crecido ahí y también se había enamorado, nada cambiaría el dulce encanto de la ciudad por más problemas que tuvieran. Izuku vio de reojo la tienda de convivencia a lo lejos, estaba igual que hace años, ni siquiera la habían remodelado, le dio un escalofrío al ver el lugar pero siguio adelante, ahora era historia antigua.

Pronto llegaron a los suburbios, donde casas llenas de familias se levantaban frente a ellos, Bakugo agarro fuerte la mano del pecoso en busca de apoyo, e Izuku claro que se lo dio.

Tocó el timbre unas cuantas veces hasta que se oyeron unos pasos resonar en el suelo de madera, Katsuki recordaba ese piso.

—¡Por Dios, ojalá no sean esos vendedores otra vez-

Mitsuki Bakugo se quedó muda por primera vez en su vida la ver a su hijo vestido de traje junto a un chico embarazado, y más, que ese chico fuera Izuku Miridoya.

—¡Cariño! ¿Quien es?—Masuru se asomó por la puerta y palideció al ver a los dos parados en su porche.

—Señor y Señora Bakugo, es un gusto verlo otra vez.—Dice Izuku nervioso ofrecido una reverencia, al ver que Katsuki se había quedado estático al ver a su madre.

Mitsuki camino hacia el rubio lentamente, mirándolo a los ojos como si tratara de reconocerlo, bajo las escaleras de su puerta y se paró frente a él.

Para luego, darle una abofeteada que dejó helado a Izuku. 

Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora