—Tienes que atrapar a ese príncipe a como de lugar.
—Sí, Padre...
Mi nombre es Anastasia , Ana para mis amigos y hoy... debo partir lejos de mi hogar.
Vengo de una familia Italiana de renombre, Específicamente de la familia Káiser, pero que no te engañe la idea de que somos nobles, en realidad esta familia está más podrida que un tomate añejo de hace días.
Mi padre jamás tuvo interés en otra cosa que no sea poder, y cuando yo nací, me vio nada más como un objeto para poder saciar aquel vacío que solía sentir, mi madre, por otro lado, murió después de contraer una enfermedad de transmisión sexual que mi padre le pegó, gracias a sus numerosas amantes. Eso fue hace dos años.
Con mi madre todo era diferente, ella me adoraba, al ser hija única era como su tesoro, y ella era la única que podía mantener a mi padre a raya para que no me vendiera o algo así. La extraño mucho.
En fin, en los últimos años mi familia le proporciona cierto cargamento a la familia real otomana en el palacio de Topkapi, nunca he sabido de que se trata pero según mi institutriz se trata de bienes comestibles.
La historia comienza con mi padre que vio una oportunidad en una de esas entregas, para el un premio doble, no tener que verme otra vez y al mismo tiempo la esperanza de recibir algún tipo de poder, al costo de convertirme en una concubina.
Cuando a mi padre una idea se le mete a la cabeza, es imposible sacársela de la mente. Y sin mi madre, este plan retorcido de el, tendrá que llevarse acabo si o si.
—Pero señorita... usted es una dama tan noble... no puede rebajarse a perseguir a un hombre. —Mi institutriz ahora me ayudaba empacando mi maleta, gracias a Dios se me había permitido llevar unas cuantas pertenencias.
—Eso es lo que quiere mi padre Eva... no puedo desobedecerle —Mis labios se elevaron en una sonrisa débil.
—Señorita... —Eva derramó alguna lágrimas viendo mi equipaje.
—Estaré bien, se supone que estaré ahí como concubina, tal vez sean buenas personas.—Le di un abrazo tratando de consolarla el cual correspondió.
—No ha escuchado los rumores? Los otomanos son unos bárbaros, y no me sorprendería de su sultán y sus príncipes que sean así también. —Habló con molestia esta vez.
—Eva, no deberías dejarte llevar por rumores
—Usted es muy positiva señorita... —suspiró mientras tomaba algunas de mis joyas y las guardaba cuidadosamente.
—Iré a despedirme de sir André . —Avisé saliendo de mi habitación.
André es un caballero que recién entró a trabajar aquí hace un par de años, justamente coincidió con la muerte de mi madre, y lo asignaron como mi escolta, el estuvo para mí en los momentos más fríos y bajos de mi vida, por lo que le tomé mucho aprecio.
—¡Señorita Anastasia! —El se acercó a mí y me levantó en los aires.
—¿Te alegras tanto de verme? —Sonreí emocionada.
—Por supuesto! Usted siempre me pone de un buen humor. —Él sonrío Radiante.
—Vine... para despedirme... —dije sin darle muchas vueltas al asunto.
—¿Despedirse? —preguntó confundido —. ¿Dónde se va?
—Iré al palacio de los otomanos... por orden de mi padre... —respondí con una sonrisa débil.
—¡Pero señorita! ¡Cómo va a ir usted sola! ¡El señor debería enviarla con un escolta!
—Está bien, André. Sé cuidarme sola, y creo que estaré bien... —él me dedicó una mirada triste. Posteriormente me dio un fuerte abrazo.
—Señorita Anastasia... sin usted... este lugar perderá por completo su luz. —Se separó de mí y acarició mi rostro con una de sus manos.
—A lo mejor encuentras a una joven que te robe el corazón.
—Ninguna podría lograrlo. Mi corazón le pertenece, Anastasia. —El se acercó a mi, dirigí mi mirada a sus labios, que siempre me habían causado curiosidad, como se sentirían...
Como si mis pensamientos fuesen escuchados el me besó, y yo le correspondí, creo que en ese momento estaba, no enamorada, pero sí me sentía atraída a él.
—Este es mi regalo de despedida para ti —Me dijo con una sonrisa.
—Lo guardaré —Respondí alejándome de él.
Volví a la mansión para terminar de empacar, aunque... me dijeron que debía llevar un equipaje ligero, hay cosas que simplemente no pueden quedarse aquí.
—¿Empaco esto? —Preguntó Eva, mostrándome un collar de perlas, que guardaba un significado muy especial.
—Ese... era de mi madre. —Sonreí levemente recordando el momento en el que me lo dio.
Fue cuando recién había cumplido los dieciséis, estaba enferma en ese entonces, por lo que no había podido ir a comprarme un regalo como solía hacerlo, entonces tomó de su joyero su collar más preciado y me lo obsequió.
—Dámelo, me lo llevaré puesto —Eva me extendió el collar y finalmente cerró el baúl.
—Aún no puedo creer que irá usted sola, mi señorita.
—No iré sola, iré con mi padre —Respondí tratando de calmarla, pero Eva solo me dio una mueca.
—Pero luego de dejarla, el señor volverá y usted estará sola, en ese nido de bárbaros.
—No te preocupes tanto, ya no soy una niña.
—Ciertamente ha crecido mi señorita, pero para mí, siempre será la pequeña Ana que corría detrás de su madre por el jardín.
Sonreí recordando esos momentos, que aún seguían grabados en mi corazón como tatuajes en la piel.
Eva se retiró dejándome sola, ya era tarde, así que me cambié para dormir, me arrodillé en mi cama y empecé a rezar.
—Por favor.... Dame una vida tranquila...
—Zarparemos de inmediato mi señor.
—Perefecto —Tomó un sorbo de su té y volteó a verme. —Anastasia, encárgate de hacer tu trabajo, sin distracciones —Me miró severo.— Cuando tengas éxito te contactaré.
—¿Éxito? —El me miró como si le hubiese hecho una pregunta tonta.
—Cuando te metas debajo de las sábanas del príncipe.
Sus palabras me sabían amargo, sabía que mi padre no me amaba, pero era difícil soportar su desdén a mi... y el hecho de que solo me vea como un peón para ganar más y más poder...
Baje mi cabeza y no dije nada más.
—Anastasia, hemos llegado.
Me bajé del barco con la ayuda de uno de los hombres de mi padre, traté de no mostrar emoción, pero el lugar se veía muy diferente a lo que yo conocía.
—No dejes ver tus debilidades, eres una Káiser, compórtate como tal.
—Sí, señor...
Buenaaaas, bienvenidos a este nuevo fic, una vez más espero que les guste y le den apoyo. Muchas gracias por leer <3
Yo sé que hay una parte de este capítulo que parece insignificante pero créanme todo está planeado 🫦
Nos vemos en los próximos capitulooos los amooooo
ESTÁS LEYENDO
El Secreto de Su Alteza Mehmet
FanfictionUna mujer entregada al palacio otomano, un príncipe que necesita saciar sus impulsos más oscuros. El la ve como una presa fácil, ella no puede evitar odiarlo por todo lo que le ha hecho. ¿Amor al odio? ¿Odio al amor? "Déjame verte llorar".