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—Yasemin, Deja de ignorarme.

—Y quien dice que te estoy ignorando? —Pregunto mientras camino a paso rápido.

—Por favor, somos amigas.

—Es en serio?

—Mira si es por lo que dije cuando tú y el príncipe Selim... lo dije por miedo, sabes que nunca te haría daño —Tomó mi mano y me sonrió.

Estoy segura de que algo esconde, y hasta encontrarlo solo me queda decir.

—Bien, lo lamento, esta semana ha sido muy complicada —Rodé los ojos y la abrace con una sonrisa.

Gracias a Dios no es la primera vez que tengo que fingir de esta manera, incluso empieza a ser natural en mi.

—Sé que ha sido difícil para ti. Escuché que las sultanas y los príncipes irán al palacio de casa, tú irás?

—Aún no me han invitado.

—Entonces esperas una invitación? —Preguntó confundida.

—Bueno, sería divertido ir, supongo...

—Claro. —Sonrió.

Mientras caminábamos a lo lejos se acercó uno de los sirvientes de Mehmet y se detuvo al vernos.

—Señorita, Su alteza está buscándola.

—Donde está?

—En sus aposentos. —Respondió con la cabeza baja.

—Iré enseguida. —El asintió y se fue. —Lo siento, Susan, nos veremos luego.

Ella sonrió y yo me fui casi corriendo del pasillo.

Llegue a los aposentos de Mehmet y las puertas se abrieron dejándome verlo justo saliendo.

—Aquí estás —El sonrió y me abrazó.— Hoy iré al palacio de caza, quieres venir conmigo?

—Puedo ir? —Pregunté emocionada.

—Si, pero, primero debes comer algo, ven. —Tomó mi mano e intentó llevarme dentro de sus aposentos.

—Pero no ya te ibas?

—Iba a buscarte porque no venías, ven a comer.

Sonreí y entré en sus aposentos para comer, el ya tenía todo preparado con la comida que más me gustaba, me senté a comer y el solo me observaba.

Aunque le ofrecí el insistía en que estaba bien y ya había comido. Cuando termine me dio un abrigo suyo que me quedaba inmenso, según él para que no me resfriara por la entrada del invierno.

Finalmente salimos en rumbo al palacio de caza.

—Mi familia ya debe estar ahí. Actúa con normalidad, y si te preguntan cómo estás, dale gracias a Allah por que estás viva, créeme a esas mujeres no les interesa si estás bien o mal, especialmente a mi tía Sah y la sultana Mahidevran.

—Ella... estará ahí?

—Sí, también mi hermano Mustafa, es un milagro que hayan podido venir, así que estamos "celebrando" si se le puede llamar así. —Respondió aparentemente molesto.

Un eunuco se había acercado a él justo antes de entrar al carruaje y desde entonces se veía un poco desubicado.

—Estas bien? —Pregunté lentamente.

—Por supuesto, por qué no lo estaría.

—Pareces un poco molesto... —Respondí con suavidad, el simplemente se volteó hacia la ventana. —Está bien no tienes que decírmelo...

—Es solo algo mío, no quiero que te preocupes.

Me dio un ligero beso en la mejilla, pero inconscientemente me alejé un poco de él, el me miró sorprendido y yo solo bajé mi cabeza.

El transcurso fue breve pero bastante silencioso, mehmet siguió con su semblante molesto y yo decidí ignorarlo, si no quería contármelo, no había razón para preocuparme o lo que sea.

—Ya llegamos. —Dijo con voz firme.

No dije nada, el fue el primero en bajar del carruaje y cuando salí yo, no lo vi por ninguna parte, es como si se hubiese esfumado.

—Y para esto me trajiste aquí —Suspiré pesadamente.

Un eunuco se acercó a mi y me llevó con las otras sultanas, luego de hacer una reverencia y saludar como es debido me senté junto a Mirihmah, hacía un tiempo no la veía, probablemente ha estado muy ocupada.

Había escuchado algunos rumores sobre un triángulo amoroso entre Su prima, la sultana Esmehan, Balibey y Mirihmah, no imagino como debe sentirse.

—Yasemin, ya estás recuperada? —Preguntó la sultana Sah

Y aunque ahora mismo no quería saber de Mehmet por dejarme sola, decidí tomar su consejo.

—Gracias a Allah he estado mejor —Sonreí un poco mientras jugaba con mis manos debajo del gran abrigo de Mehmet.

—Estas segura? Te ves un poco pálida.

—Querida sultana, Si la señorita se sintiera mal, no estaría acompañándonos, es obvio. —Respondió la Sultana Hurrem, lo que provocó que la sultana le dedicara una mirada fulminante.

—Oí que perdiste un bebé, cuánto lo siento. —Dijo la sultana Mahidevran, mirándome de pies a cabeza.

Solo asentí con mi cabeza y volteé mi cabeza hacia otro lugar.

Las sultanas siguieron hablando activamente pero no había ni rastro del sultán o de los príncipes.

—Puedo... ir a caminar un poco? —Pregunté de repente y las mujeres solo me miraron.

—Por supuesto, Mirihmah, deberías ir a dar un paseo también, estás muy callada. —Insistió Hurrem, Mirihmah asintió con su cabeza y ambas nos levantamos.

Empezamos a caminar un poco lejos de donde estaban las sultanas, y cuando ya estuvimos a una buena distancia la sultana Mirihmah se detuvo en seco.

—Nurbahar está aquí también —Dijo de golpe.

—Disculpe?

—Mehmet está muy molesto por eso, se la llevó adentro del palacio y hasta ahora no han salido. —Explicó acercándose a mí.

No dije nada, en realidad no podía, no importaba, el es un príncipe, y yo...

—¿Como lo haces? —Preguntó ella y yo fruncí el ceño confundida.— ¿Como... soportas que esté con otra mujer? Cómo es que estás tan serena sabiendo que el podría elegir a otra?

Parecía que estuviera preguntándoselo a sí misma.

—Porque... yo... no amo a su alteza. —Respondí suavemente.

—Eso es imposible,he visto como lo miras y como el te mira a ti...

—Las miradas son solo eso sultana, miradas... —Yo mejor que nadie lo sé.

—Los ojos no mienten. Yasemin.

Suspiré ruidosamente

—Miéntete lo que quieras, pero es obvio que sientes por lo menos afecto por el.

—incluso así, no tiene porque preocuparme el que esté con otras mujeres, no tengo nada que decir.

—Y no te molesta? —Preguntó otra vez. —Que Nurbahar te haga la vida imposible por estar con mi hermano y nadie diga o haga algo?

—Sultana... no lo tome a mal, pero para las mujeres del haren, no están fácil "defenderse" si lo hubiera hecho estaría bajo tierra desde hace mucho tiempo. Y que si me molesta? Por supuesto, pero...

—No hay nada que puedas hacer.  —Asentí con la cabeza.

Ojalá no me maten por esto
























Disculpen la larga espera 😔😔😔😔

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora