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—Por Allah! Yasemin, El principe Mehmet te busca desde hace tanto.

—Lo siento... necesitaba un poco de aire... Las náuseas matutinas —Mentí descaradamente pero Sumbul estaba tan preocupado por lo que podrían hacerle que ni siquiera se molestó en cuestionarme.

—Con que aquí estabas —Hice una reverencia al ver a Mehmet.

—Buenos días, Su alteza — el me tomó del mentón con delicadeza, lo miré a los ojos y frunció el ceño.

—Donde estuviste ?  — preguntó con la voz arisca.

—Justo aquí, Alteza —Respondí.

El pareció molestarse, me tomó del brazo y me llevó hasta su aposentos una vez ahí me empujó dentro y cerró la puerta con el cerrojo.

—No estabas sola. —Insinuó aún molesto.

—Lo estaba, su alteza —Respondí mirando hacia el suelo y con mis manos entrelazadas.

—Deja de hablarme así Joder! —Gritó mientras pasaba una mano por su cabello.

—Intento no faltarle el respeto a su alteza... —Lo miré sin expresión, tratando de mantenerme tranquila.

—Yasemin! —Me regañó y yo levanté mi mirada para encontrarme con la suya —No estabas sola en el jardín, no es así?

—No se lo que su alteza cree, pero le aseguro que estaba sola. —Levanté mi cabeza reafirmando mi mentira

—Entonces dime por qué vi a Selim en el jardín también? —Elevó una ceja

Suspiré pesadamente antes de abrir mi boca de nuevo, cada vez es lo mismo, Selim,Selim,Selim.

—Mera coincidencia no me encontré con el príncipe Selim. —Mentí mirándolo a los ojos.

—No te atrevas a mentirme. —Ordenó molesto.

—Su alteza estoy cansada... —Intenté calmar la situación...

—Aún no terminamos, Hazme el favor y aléjate de mi hermano de una buena vez. Así nos evitamos todo esto. —Respondió en un suspiro

No pude contener una risa sarcástica.

—¿Que es tan gracioso? —Elevó una ceja y se cruzó de brazos

—No es nada —Sonreí de lado y asentí con la cabeza.

—No quiero que veas a Selim, ignóralo haz como si él no existiera, si te lo encuentras en los pasillos, pasa de largo. Para ti el no existe.

Pero como podría no existir el para mí? Cómo podría olvidarme de él así como así...

—Te quedó claro? —elevó una ceja molesto.

—Si... Su alteza.

El me jaló bruscamente y estampó sus labios en los míos, esta vez no correspondí a ese beso lleno de amargura y celos.

—Que Demonios es lo que te sucede?! —Gritó mientras me alejaba de él con un empujón que casi me hace caer. — Ahora no quieres estar conmigo?

—Yo nunca... —Mordí mi labio para no decir lo que estaba apunto de salir de mi boca yo nunca quise estar contigo en primer lugar.

Tu nunca Que?! —Preguntó aún más molesto, desvié mi mirada hacia el suelo supe que había cometido un error en ese momento.

— No es nada, cometí un error, por favor permítame retirarme... —Pedí aun sin mirarlo.

—De verdad que no te entiendo, un día no quieres ni despegarte de mi por un segundo y al otro pareciera que me detestarás! Ya dime que es lo que debo hacer para que te contentes.

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora