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Mehmet entró en el haren e inmediatamente buscó a alguien con su mirada, se miraba incluso mejor que la última vez que lo vi, tal vez estaba más corpulento o más alto? No lo sé, pero se veía jodidamente tentador.

Su mirada se detuvo en la mía un momento y me dio una sonrisa, no pude evitar mi sorpresa... Me habrá extrañado? , pero luego siguió buscando con la mirada, hasta que se topó con Nurbahar, se acercó a ella y ambos empezaron a hablar activamente, mi expresión se mantuvo tranquila, después de todo realmente no me interesaba demasiado lo que pasara entre ellos dos

—Atención! El príncipe Selim está aquí! —Escuchar ese nombre me hizo soltar una sonrisa inconsciente

Las criadas y yo volvimos a hacer una reverencia, Selim entró apurado al haren e inmediatamente su mirada se cruzó con la mía, el momento en que nuestros ojos se encontraron sentí una emoción inigualable, quería correr a él y abrazarlo, pero no podía hacerlo por más que mi ser anhelara pegarme a él.

Pero sorpresivamente el se acercó y me abrazó no importándole cuánta gente nos veía, el abrazo se sintió cálido, y necesitado, no pude evitar corresponderle enrollando mis brazos sobre su cuello.

—Anastasia, te extrañé —Susurró en mi oído—Cumplí mi promesa, eres la primera a la que visito — Un pequeño rubor llenó mis mejillas, el tomó mi mano y mi corazón se aceleró.

—Yasemin... su alteza, mi nombre ahora es Yasemin.

—Tanto has cambiado mientras no estuve? —El sonrío pero luego asintió con su cabeza—. Yasemin, es un nombre hermoso.

Sonreí feliz, todo mi entorno fue opacado por la emoción que Selim me transmitía, sus ojos brillaban hermosamente cuando me veía, y juraría que los míos también hacían lo mismo.

Sin previo aviso Mehmet se acercó a nosotros con expresión más seria, puso una mano en el hombro de Selim e hizo un gesto con la cabeza invitándolo a retirarse. Selim suspiró frustrado e inmediatamente se fue del haren.

—Anastasia que te he...

—Yasemin. —Corregí y el me miró con una ceja alzada—. Mi nombre es Yasemin, la sultana Hurrem me lo dio.

El asintió con la cabeza repetidamente mientras me miraba de pies a cabeza, luego suspiró y puso sus manos en mis hombros.

—Yasemin está bien... —Se acercó mi oído y susurró— Te quiero en mis aposentos esta noche.

Luego se separó de mi y salió del haren a paso apresurado y molesto

Esa misma noche me llevaron a sus aposentos, me vistieron con un vestido ligero y me colmaron con fragancias.

Me llevaron a la puerta de Mehmet y estas se abrieron permitiéndome el paso.

—Su alteza — Hice una reverencia, le llegó hasta mi, y me levantó.

—Ana... Yasemin —corrigió—. Lo que va a pasar hoy, debe quedar entre tú y yo... —El suspiró conmocionado, como si fuera revelarme algo sorprendente—. porque esto... es un pecado por donde lo veas... —El me acercó a su cuerpo y tomó mi mentón con fuerza— y esta parte de mi solo la conoces tú, así que necesito, necesito... Yasemin. Que me jures que nunca en tu vida dirás ni una palabra de esto.

—No lo entiendo... su alteza —Dije algo confundida.

—Nadie lo hace realmente. Con el tiempo sabrás de lo que te hablo... pero solo quiero que jamás digas una palabra de cómo tú y yo... nos unimos —pidió casi desesperado como si le aterrara que alguien lo descubriera.

—Jamás... lo juro... —Respondí mirándolo a los ojos, esos ojos cafés que parecen inocentes pero conmigo son todo lo contrario.

El sonrío satisfecho y se acercó a besarme salvajemente

















El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora