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—Buenos días Susan —Sonreí feliz y me puse en pie.

—Buenos días —Ella sonrió. — Ya te traje el desayuno, deberías comer

Asentí y me senté a comer, Susan se quedó en pie frente a la puerta.

—Ven a comer —Sonreí invitándola pero ella negó con la cabeza.

—Ya comí antes y el chef preparó eso especialmente para ti —Yo asentí con la cabeza y empecé a comer.

La puerta sonó poco después, Susan abrió y entró lo que parecía un guardia, pero por alguna razón se me hizo vagamente familiar.

—Señorita Anastasia —Susan lo miró desconfiada mientras el hombre se acercaba a mi—. Esto es para usted —Dijo y me entregó un sobre en blanco. En ese instante supe de que se trataba.

Lo tomé y asentí con la cabeza mientras el se iba otra vez

—Que es? —Pregunto Susan intentando acercarse pero la detuve.

—Podrías traerme una limonada? —Pedí y ella asintió desconfiada y se fue.

Abrí la carta con precaución y empecé a leerla

"A mi hija, Anastasia Karisén:

Querida Anastasia, espero que te encuentres bien, aunque según reportes de mis hombres has estado mejor que nunca. Ahora que te has convertido en una de las favoritas de un príncipe, espero que recuerdes a tu familia en Italia, a tu institutriz, Eva; a Sir. Sebastián, y por supuesto a tu querido padre.

Recuerda que estás en ese lugar gracias a los contactos que puse a trabajar por ti y para tu beneficio, espero una respuesta pronta, sabrás a quien entregarle lo que pido.

Sin más que Añadir, Ezequiel Karisén, Tu amado Padre."

Me levanté, arrugué la carta y la rompí en varios pedacitos . Eva... mi mente no había pensado en ella, era mi institutriz desde los seis años hasta que cumplí diecinueve, y ahora aquí estoy, pero como pude olvidarme de ella... y de él...

Como pude? Soy una desgraciada, seguro que si supieran se decepcionarían de mí, incluso jamás volverían a hablarme... como es posible que yo...

—Anastasia! —Elevé mi cabeza rápidamente y miré a Susan en el umbral de la puerta con un vaso de limonada en sus manos

—Lo siento, necesito... tomar aire

Dije levantándome y saliendo de la habitación lo más veloz que pude.

Caminé casi corriendo por el pasillo, intentando tomar algo de aire..

—Ya...Yasemin! —Escuché un grito detrás de mí.

No me detuve y seguí en lo mío, en mi camino al jardín.

—Yasemin! —Está vez me había alcanzado.

—Príncipe Selim? —Dije sorprendida para luego tropezarme con mis propios pies como una idiota y caer en sus brazos

Mis ojos encontraron los suyos y por un momento el tiempo pareció detenerse y a pesar de lo peligroso que era que nos vieran de esta manera, no quería alejarme de él, quería en su lugar acercarme y abrazar a la única persona que me había recibido con amabilidad en este lugar.

—Estas bien? No te hiciste daño? —Preguntó mirándome de arriba abajo.

Asentí con la cabeza varias veces y me alejé de él un poco.

—Solo iba a tomar aire al jardín, su alteza —Hice una reverencia, pues me acordé que no lo había saludado correctamente.

—Está bien... no deberías correr de esa manera. —Me miró con preocupación y que hermoso se veía de esa manera—. Leí que es peligroso para... para el embarazo —Me dio una media sonrisa triste y yo bajé mi mirada.

—Lo tendré en cuenta, gracias por su preocupación....

—Te ves incómoda Ana.

Su alteza... creo que lo mejor entre nosotros sería... No encontrarnos.

—De que hablas... esto fue una Casualidad —Tragó con dificultad.

—No quiero que se vea envuelto en chismes o cosas peores por mi culpa...

—No,no —Selim miró de un lado a otro tomó mi mano y empezó a caminar directo hacia el jardín

—Su alteza... —Intenté hablar, pero el me empujó detrás de una especie de pared de arbustos.

—No, Ya es suficientemente tortuoso el hecho de que no pueda estar contigo sabiendo que estás en el mismo palacio que yo, el saber que estás embarazada de mi hermano y Carajo! Como odio cuando interrumpe cada vez que estoy contigo —Me tomó de la cintura con firmeza y me miró con desesperación en los ojos.

—Príncipe... Pero yo no...

—Yasemin —Su voz sonó como un sollozo y eso me puso la piel de gallina— No sabes cuánto me culpo todas las noches que pienso en ti, por no haberte hecho parte de mi haren —Tomo mis manos y pego su frente al dorso de las —Me mata... el saber que no puedo hacer nada para estar contigo de la manera que deseo. —Besó el dorso de mis manos logrando que un suspiro escapara de mis labios.

—Esto no es correcto...

—No, No lo es, pero si alguien nos viera de esta manera no me importaría los que digan de mi

—Pero... a mi sí —Respondí alejando mis manos de su agarre.— Para usted a lo mejor es fácil, nadie se atrevería a enfrentarlo, aunque hablen a sus espaldas no serían capaces... pero para mí es diferente, Selim. Si a mi, una concubina, me encontraran de esta manera con usted... es un hecho que me cortarían la cabeza sin piedad... o quien sabe que harían conmigo porque hay destinos peores que la muerte.

—No,No, Yasemin, eso no es lo que... —Negó con la cabeza varias veces.

Puse una mano en su mejilla con delicadeza.

—Shh, mi querido príncipe... Tu y yo... estamos prohibido el uno para el otro...Dije mirándolo a los ojos

Sonreí e hice una reverencia alejándome de él unos pasos.

—Anastasia... no me hagas esto. Por favor —Vi como sus ojos azules se llenaban de lágrimas y me lamenté tanto por no haberlo besado aquel día que pude, y Dios sabe cómo quisiera estar entre sus brazos... pero ahora llevo un hijo en mi vientre y no puedo defraudarlo.

—No haga esto más difícil su alteza... —Dije en un susurro acompañado por un suspiro.

Me di la vuelta con una extraña sensación recorriendo mi cuerpo, mi corazón se sintió apretado y quería... No, Necesitaba llorar para sentirme mejor.

Volteé a ver a Selim que se encontraba con una mano cubriendo sus ojos mientras su cabeza iba dirigida al cielo, como si rezara por que algo en específico sucediera.

Y fue en ese momento que me di cuenta... Me había enamorado del príncipe Selim... y como me dolía no poder amarlo libremente.





























Y este es el capítulo 14, espero que les haya gustado, 🫶🏻🫶🏻🫶🏻

¿Que creen que debería hacer Yasemin?

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora