019

513 39 13
                                    

—No tenía idea de esto su alteza! —Una voz chillona hizo voltear a Selim hacia las siluetas.

Inmediatamente se alejó de mi unos pasos, me recosté en la pared y di un gran suspiro mientras cubría mi cara con mis manos.

—¿Que estabas  haciendo? —Preguntó una voz varonil mientras se acercaba a Selim.

—Creo que sabes la respuesta, Hermano. —Respondió Selim con molestia.

Mire al portador de la voz, y el alivio lleno por completo mi cuerpo. Sin embargo fue interrumpido por  la mujer a su lado.

—Su alteza es obvio lo que estaban haciendo, lo vio con sus ojos —Ver a Susan me desconcertó por completo, que hacía ella con Mehmet.

Anastasia —Se volteó a mi—. Que está pasando.

—Iba a buscarlo y entonces...

—Ella y yo nos amamos —Respondió Selim por mi—.

—No digas idioteces sin pensar. —Respondió mehmet con la voz gélida—. Ana. Ven aquí
—Extendió su mano a mi y yo la tomé.

—Pero su alteza! —Chilló Susan.— no acaba de ver lo que.

—Cállate, no hables sin que te lo ordenen. —Apretó el agarre de mi mano, y me llevó con el, lejos del pasillo.

Empezamos a caminar hasta que llegamos a sus aposentos, una vez en la puerta, la abrió y me hizo entrar primero, luego entró el y cerró la puerta con seguro.

He estado sintiendo varios Deja Vu desde hace rato.

—Mehmet...

—No hables, no aún —advirtió mientras llevaba una mano a su cabello—. Necesito calmarme, y Tú — me señaló con el dedo—, vas a explicarme que acaba de suceder.

Yo asentí con la cabeza repetidas veces. Me dedico una mirada ansiosa antes de sentarse en la orilla de su cama.

—Solo dime la verdad, ¿es cierto que lo amas? —Preguntó mirando hacia el suelo.

No respondí.

—Maldición es cierto... —balbuceó mantiendo la cabeza baja— Joder —Escuche como su voz se quebraba.—

—Se que no va a mejorar nada, pero te juro, que no estaba haciendo nada indebido con el. —Expliqué arrodillándome frente a él.

Finalmente levantó la cabeza y me miró a los ojos angustiado, y con los ojos llorosos.

—Tienes razón, no mejora nada. —Afirmó aún mirándome.

—perdóname. —Imploré agachando mi cabeza en sus piernas.

—No quiero culparte por la... muerte del bebé pero... —Bajo la cabeza otra vez .

No supe que decir, mi boca no se movía, no podía articular ninguna palabra y las náuseas me invadieron.

—Oh Dios mío. —Susurré levantándome de su regazo y alejándome de él—. Es una broma verdad?

—Lo lamento, pero... entiéndeme. —Pidió en un sollozo.

—Lo sé, lo sé... dame... —Fruncí el ceño y llevé una mano a mi estómago.— Dame un segundo.

Me acerqué a la ventana y miré detrás de ella, a lo lejos pude reconocer a Nurbahar caminando con un bebé en brazos. Su bebé, que si logró nacer.

Una lágrima rodó por mi mejilla.

—Sé que lo de Selim, a lo mejor te duele. ¿Que te hayan visto la cara? Como debe joder. —Empecé a hablar con voz apagada—. Pero sabes lo que me jode a mi? —Me volteé a verlo con los ojos llorosos. — Me negaron la oportunidad de ser madre, MATARON a mi hijo, a mi bebé. —elevé un poco la voz—. Y por cómo te he visto llorar se que te duele, pero no te imaginas como me está matando a mi ¿no haberlo podido proteger? Maldita sea eso me carcome todo el tiempo, cada segundo, cada minuto. "¿Mi hijo no nació por mi culpa?" Eso es lo que está en mi mente constantemente. —Algunas lágrimas bajaron por mi mejilla

El solo escuchaba atentamente mis palabras sin decir ni una sola palabra.

—Y he permitido todo en este palacio del demonio. Me han golpeado, me han quemado, me han insultado, incluso a mi bebé, me lo arrebataron. Pero ya no más, Mehmet. Y no voy a permitirte que me acuses, de haber matado a mi propio hijo, porque acabas de enterarte de que no te amo. —pude ver una lágrima bajando por su mejilla la cual no supe cómo interpretar. — Puedes pensar de mí lo que quieras, "una prostituta?" Me da igual, no es la primera vez que me lo dicen. "Orgullosa?" Lo soy, porque nací como una Káiser. Pero asesina de mi propio bebé? Jamás te lo voy a permitir.

—Perdóname...  —Se acercó a mi sin dudarlo y me abrazó—. tengo demasiado en la cabeza, han pasado muchas cosas...

Acaricio mi espalda mientras lo escuchaba sollozar.

—Yo también suelo pensar que es mi culpa, "si hubiera estado con ellos, no habría pasado" eso es lo que pienso, y por eso estos días me los he pasado pegado a ti, no quiero que te pase nada, me preocupo por ti. Porque... te quiero.

Siguió abrazándome un buen rato hasta que se alejó un poco y me dio un beso en la frente.

—Ahora cuéntame qué fue lo que pasó en el pasillo.

Suspiré y empecé a contarle todo, incluso el cómo Selim se había alegrado por mi aborto.

Cuando termine el volvió a estrecharme entre sus brazos mientras lloraba, sentir su calidez me daba cierta sensación de seguridad, y aunque una parte de mi me grita que no debo confiar en él, otra parte anhela que me refugie en él, al menos en estos momentos, en los que no tengo a nadie más.

—Y tú? Que hacías con Susan ahí? —Pregunté limpiándome las lágrimas.

—Bueno, ella vino a verme, dijo que no estabas comiendo. —Respondió tranquilamente.

—ah... —Por alguna razón tenía un mal presentimiento.

"Su alteza es obvio lo que estaban haciendo, lo vio con sus ojos" algo no me cuadra de Susan.

—Anastasia!

—Perdona, que decías? —El puso su mano en mi mejilla.

—Que si comerías conmigo? —Yo asentí y el sonrío de oreja a oreja.

Supongo que tendré que olvidarlo.
























En otro lado


















—Se supone que ya debería estar muerta! —Replicó una mujer pelinegra

—Bueno, intenta hacerlo tú! Se niega a comer nada, que mierda quieres que haga!

—Cuida tu tono con una sultana —Regañó el hombre alto.

—Y tú? Antes de hoy no estabas de acuerdo con matarla.

—Me traerá problemas si la dejo viva, se dio cuenta.

—Es difícil ocultar tu verdadera personalidad no es así? —Preguntó sarcásticamente la peli negra.

—Para ti es fácil, no escondes nada, te muestras como la mierda que eres.

—Cuida tu tono, solo eres una criada.

—Por una vez estoy de acuerdo con ella, cállate de una vez, Tu solo ves de lejos, además te recuerdo que te colaste a esto.

—Bien debo irme, tengo que atender a mi esposo —La criada rió—. Que te hace tanta gracia?

—"Tu esposo" —La criada hizo comillas con sus dedos—, está ocupado con Anastasia.




















































Hasta aquí el cap de hoy, un poquito de drama no le hace daño a nadie 🦦

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora