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Trigger warning:
⚠️ Escenas sensibles que pueden no ser del total gusto del lector.




















—Atención! Su alteza el príncipe Mehmed está aquí!

Inmediatamente todas corrieron a formar una fila, con la cabeza baja y las manos en el estómago, imité su acción manteniéndome cerca de Susan que empezó a susurrar.

—Baja la cabeza Anastasia.

Pero aunque lo intentaba mi cuerpo parecía reaccionar por sí solo, no podía o más bien , no quería. Mis ojos se movieron hasta él, me fijé en que es alto de lo que pensaba y cada vez que daba un paso más, un extraño cosquilleo me recorría el cuerpo.

El se detuvo a unos centímetros lejos de mi, para ver a la Chica, Nurbahar creo que es su nombre, la tomó del mentón y una de sus manos baja a la cintura de ella. Susurró algo en su oído y en respuesta  ella sonríe como tonta.

—Ella es... —No termino de formular la pregunta cuando Susan ya me contesta.

—Es su favorita. —Confirma mis sospechas.

Se separa de ella luego de dejar un beso en su frente y sigue caminando... se está acercando...

—Anastasia! Agacha la cabeza! —La voz de Sumbul me saca de mis pensamientos—. Discúlpela su alteza, acaba de llegar y no conoce nuestras costumbres.

El hombre volte a verme con una ceja alzada, por mi parte agacho la cabeza y doblo mis rodillas en una reverencia corta.

—¿De dónde vienes? Esa no es la ropa que se acostumbra a usar aquí. —Su voz es grave, no puedo contener un suspiro al escucharla.

—Italia. —Respondo sin añadir más.

—Levanta la cabeza cuando te hablo —Su orden me hace estremecerme.

—Me disculpo por ofenderlo. —Vuelvo a hacer una reverencia y mis ojos se mueven en búsqueda de los suyos. El ya estaba mirándome a los ojos...

—Escuché todo lo que dijiste —Asentí con la cabeza—. Nurbahar, es mi favorita, nunca voy a permitir que te sobrepases con ella.

Un bufido burlón sale de mi boca casi que por instinto.

—Esta bien, aceptaré el castigo.

—Sumbul aga, Que golpeen a esta mujer en los pies 20 veces —Dice lentamente sin dejar de verme, yo no aparto la mirada y mantengo la cabeza en alto.

—Pero su alteza...

—Hazlo. —Ordena pero esta vez con más autoridad.

—Venga conmigo señorita. —Hago una reverencia y sigo a Sumbul acá sin chistar.

—Y no le den de cenar esta noche. Ni siquiera agua.

—Es muy generoso, su alteza. Se lo agradezco — Respondo sin expresión y sin exagerar el tono tranquilo que uso. Después me inclino ante el y beso su túnica, no puedo ver su rostro pero seguro no entiende mi actitud. Pero no puedo mostrar debilidad, además esto no es nada.

Una vez me levanto sigo a Sumbul, que me da indicaciones, me acuesto en el piso con los pies hacia arriba, uno de los guardias se acerca con un látigo en sus manos.

A todo esto el príncipe no se fue, siguió en el haren, sentado con Nurbahar aferrada a su cuello. Las demás criadas solo me miraban, algunas con lastima, otras burlándose por dentro. Cuando el guardia empieza a golpearme solo cierro los ojos y respiro...

"Si lloras, recibes más latigazos, Anastasia. No llores."

Uno...dos...tres... y así hasta que finalmente se cumplen los 20 latigazos. El guardia se aleja de mi, bajo mis pies y empiezo a ponerme los zapatos, están hinchados, ensangrentados y me arden como una jodida quemadura, pero aún hay muchos ojos sobre mi.

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora