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—Escuché que mi hijo te hizo parte de su haren —Empezó a hablar mientras yo mantenía mi cabeza baja.— pero también antes había escuchado que pasabas mucho tiempo con mi Selim.

—Así fue sultana... —Respondí aún con la mirada al suelo.

—No sé los detalles, y no me interesan, siempre y cuando sepas que ahora le sirves a mi hijo mayor.  No quiero volver a verte cerca y mucho peor a solas de Selim. Está claro?

—Sí, sultana.

—Muy bien. Empezaremos con tus clases, debo advertirte que no verás al príncipe en un tiempo, no hasta que estés lista. El momento en sus aposentos, no estaba planeado, fue algo... espontáneo de Mehmet.

Asentí con la cabeza una vez más, ahora mismo me sentía algo asustada, después de todo cómo podría no temerle a la mujer más fuerte en todo el palacio?

Tal y cómo ella lo dijo mis clases empezaron de inmediato, a diferencia de las clases que recibía cotidianamente en el haren, eran muy entretenidas de hecho.

La sultana tenía su lado carismático detrás de esa máscara de orgullo y poder, era muy hermosa y entendía porque el sultán había caído enamorado de ella.

—Anastasia, Ven conmigo —Pidió la sultana Mirihmah, la seguí fuera de los aposentos de la sultana.

—Quiere hablar conmigo Sultana?

—Solo quería informarte, que mis hermanos, se dirigen a una campaña —Mi corazón se apretó al escuchar sus palabras.

—También... el príncipe... Selim?

—Así es, ambos Selim y Mehmed. Quería darte la noticia antes... pero no me fue posible —Ella sonrió un poco mostrando gentileza. —Ahora puedes retirarte.

Hice una reverencia y empecé a caminar hacia un lugar claro, no a mi habitación, si no que, a los aposentos del príncipe Selim.

Pasé por la cocina y le pedí al chef una jarra con jugo, para no verme sospechosa, luego llegué frente a la puerta de aquel príncipe que siempre me alegraba el día, y por gracia divina los guardias me dejaron pasar.

—Anastasia? Que haces aquí? —Preguntó mientras se levantaba y tomaba la jarra en mis manos.

—Escuché que debe marcharse... y quiero despedirme de usted... —Respondí viendo como el se acercaba a mi.

—Te has arriesgado a venir solo por eso? —Dejo ver una pequeña sonrisa mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Me haría sentir culpable no hacerlo... —Tomé su mano y la alejé de mi cabello suavemente.

—Cuando vuelva, serás a la primera que voy a buscar —Sonrió acariciando mi mano.

—No lo olvide entonces —Dejé un beso en el dorso de su mano y me alejé —Nos vemos, Mi príncipe.

Salí del lugar rumbo a mi habitación, con una ola de emociones azotandome sin piedad.



















[Meses después]

—Muy bien, Recuerda siempre, que la lealtad...

—Es lo más importante. —Ella sonrió satisfecha.

—Mantén tu lealtad a mi, y te aseguro que la vida te sonreirá

Tomó su taza de té y le dio un sorbo, yo me dediqué a ver la hermosa vista que había en su terraza, los aposentos de la sultana eran sin dudar los más hermoso, según había entendido, estos antes eran los aposentos de la Valide Sultan, pero al morir ella, la sultana Hurrem los tomó como suyos.

El Secreto de Su Alteza MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora