Estaba sola con Pongo en el salón, todos se habían ido de vacaciones incluso August, estaba bastante aburrida, si por lo menos se hubiese quedado Roja, era un tanto alocada pero sus ocurriencias eran graciosas y buenas, o incluso Colin, mi relacion con él había mejorado, ya teníamos algo mas de confianza aún así seguía siendo un tanto misterioso y retraído "dale tiempo se acostumbrará" me había dicho mi amiga hacía mas de medio año...
*ring ring*
Una llamada me sacó de mis pensamientos.
Llamada telefónica.
-¿Si?.
-¡Hey! Emma, soy Neal- contestó.
-Mmmmm ¿a que se debe su gentil llamada? - pregunté un tanto socarrona y burlandome.
-Mi señora, no se si se acuerda de que tenemos una cita pendiente y va una hora tarde- respondió siguiendome el juego.
- Mierda se me había olvidado- me mordí el labio nerviosa.
-Bueno bueno, no importa ahora paso a buscarte y vamos a dar una vuelta ¿okay?
- Okay - colgué.
Fin de la llamada.
Bueno sabía que estaba en la puerta del bar donde nos conocimos porque siempre quedabamos allí, asi que tendría unos veinte minutos para arreglarme.
---------10 min después ------------
*ding-dong*
-¡Ya voy!— grité desde mi cuarto.
Joder había tardado menos de lo que pensaba apenas me había dado tiempo de ducharme, fui a abrirle con una toalla alrededor del cuerpo y otra en el pelo.
- Valla parece que aún no estas lista - se burló de mi.
- Ja Ja Ja - bufé.
- Venga ve que tengo una sorpresa para ti— me guiñó un ojo.
- ¿Qué es?.
- Ya lo verás... - respondió misteriosamente.
Fui a vestirme rapidamente y volví junto a él que estaba sentado en el sofá esperandome.
- ¿Vamos? - pregunté entusiasmada como una niña pequeña.
- Pues claro.
Bajamos y me tapó los ojos y andamos asi unos pocos metros hasta que se paró y quitó sus manos de mis ojos, los abrí.
- ¡Madre mía! - exclame - es precioso.
Delante mia había un coche escarabajo de color amarillo, era precioso.
- Haber si ahora te vas a enamorar del coche antes que de mi - rió Neal.
—No seas tonto— le di un golpe cariñoso en el brazo.
—¡Hey!.No me hagas un hematoma— se quejó.
Alcé las cejas.
—No seas quejica— le recriminé.
-Bueno ¿vamos a dar la vuelta que te prometi?
- Por supuesto - exclame otra vez entusiasmada.
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Pasamos la tarde en el coche hablando de cosas sin importancia.
—¿Quieres cenar?— dijo señalando a un burger que había cerca.
—No hay aparcamiento — le hice notar.
—¿Quien ha dicho nada de bajarse del coche?.
—¿Qué tramas?.
—Ahora verás— se acercó con el coche lo máximo que pudo— ¿Qué quieres tomar?.
Rapidamente le dije lo que quería y al instante lo gritó.
Pensé que se estaba riendo de mi pero al rato apareció un dependiente con el pedido el la mano.
Me quedé asombrada, Neal puso en marcha el coche después de pagarle.
—Cierra la boca que te van a entrar moscas hija— me dijo al cabo de un rato.
Aparcó al lado de la carretera fuera de la ciudad.
—¿Sabes que hay burgers que tienen ventanillas para los coches verdad?— le dije.
— Si, pero esto es más divertido.
—¿El que?.
—Tu cara de asombro — y comenzó a reirse, acto seguido le lancé una patata para que se callase.
—¿Te gusta el rollo este de cena romantica eh?— me preguntó.
—Ehhh, claro nada más romantico que cenar un bocadillo con refresco calentorro en una cuneta.
Acto seguido comenzamos a reirnos y ya no fuimos capaces de parar.
