† ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ τrєs ♡

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— Jefe... él está aquí.

JimDae, antes de siquiera dar alguna orden, decidió tomar una bocanada de aire porque realmente necesitaba coger el valor necesario para ver a su familia luego de tantos años.

Siempre había sido él y YajaTzael contra el mundo, a pesar de tener un tío que pudo defenderlos, ese señor no estuvo y por eso le tocó defender solo a YajaTzael, sin ayuda de nadie.

No es que tuviera alguna clase de odio con su tío, solo que su corazón tenía esa espinita de saber que, aunque tenían a alguien mayor que podía ayudarlos, nunca estuvo y eso estaba bien porque su tío tenía una vida después de todo.

— Hazlo pasar, NamJoon bebé.

Una vez el menor fue en busca de Yael, a él no le tocó otra cosa más que ocultar sus múltiples emociones y dejar solo a flote el lado laboral que debía tener en momentos como esos.

— Bien. Solo es una reunión y ya, no es la gran cosa — Susurró — Recuerda que debes salir temprano para ir con TaeHyungie y GiYoonie.

¿Ahora cómo calmaba a su acelerado corazón tonto que no pudo controlarse cuando la puerta fue abierta?

— Jim...

Bien.

Está bien.

Tal vez estaba más sensible de lo normal por la situación de TaeHyung, pero no creyó estar tan sensible como para querer llorar cuando escuchó la voz de su tío.

" Maldito corazón de pollito "

Reprendiéndose mentalmente por lo tonto que se estaba portando, decidió soltar un suspiro pequeño para así coger el gramito de valor necesario que requería en voltear, cosa que hizo de forma bastante dudosa, pero igual lo hizo y eso es lo que contaba.

— Jefe.

En manera de completo respeto al estar frente a una persona que era su mayor, hizo su debida reverencia y luego le tendió la mano para estrecharla como un cordial saludo, pero más allá de lo que se esperó o siquiera imaginó, Yael rechazó su mano porque prefirió abrazarlo de una forma que no entraba a la liga laboral, sino a lo personal.

— Aunque no lo creas, estoy muy feliz de verte, Jim — Murmuró — Tal vez no lo sepas, pero te amo a ti y a tu hermano.

¿Qué tal?

Es que JimDae había retenido sus ganas de llorar con mucho esfuerzo para no verse ridículo, pero ahora llegaba él y decía tales cosas que todo ese esfuerzo que empleó llegó a perderse en la serenidad del desierto porque ya había soltado sus lágrimas como el maldito sensible que era.

— Yo... También te extrañamos — Susurró — Y le enseñé a YajaTzael el no juzgar tu ausencia.

— Lamento estar aquí por algo laboral.

Él se encogió de hombros para no darle tanta importancia al tema, luego rompió el abrazo para irse a su escritorio y así limpiar disimuladamente las lágrimas, de esa forma evitaría verse tan débil ante alguien más.

— Hablando de lo laboral. ¿A qué debo el honor de su visita, jefe?

Yael, primero que todo, se sentó frente a él para dejar un portafolio sobre el escritorio y, mediante lo abría, podía sentir su intensa mirada, pero era solo que YajaTzael había heredado varios rasgos físicos que lo hacían extrañarlo más, por lo que no evitando las ansias, sacó su celular en busca de marcar a YajaTzael.

— Solo dame un minuto, ¿bien? — Pidió — Solo que dejé el arroz en la estufa y quiero preguntarle a las ratas si estaba rico.

¿El qué?

Yael prefirió no cuestionar su extraña excusa, mejor se concentró en ordenar algunos medicamentos mientras él esperaba a que YajaTzael respondiera.

— JimDae, no es un buen momento, ¿sabes? Gatito, espera.

Pero qué mierda.

Al caer en la cuenta de que YajaTzael parecía estar bastante ocupado con Zael, él abrió los ojos de golpe y después lanzó el celular al escritorio por mera inercia, fue ahí en donde Yael rompió a carcajadas porque la verdad es que no podía evitarlo.

Si Jaeh escuchara lo que su tierno gatito estaba haciendo, hace mucho que sí habría muerto, pero de cólera y celos.

— Y tan inocente que se veía el gatito.

— ¿Tío? ¡Gatito, espera!

— ¡Apague ese maldito celular y venga aquí, YajaTzaelly!

— ¿Escuchaste, Jim? Está potente la cosa — Rió — Tú dale como cajón que no cierra y ya.

— ¿Estás en Seúl?

— ¡YajaTzael, venga aquí!

— Tío, cuelga — JimDae lloriqueó — Están... ya sabes, en medio de... de eso.

— Todos en algún momento pasamos por eso, Jim — Respondió — YajaTzael, ¿por qué no salimos a cenar hoy?

— Disculpe. ¿Con quién irá a cenar?

— Gatito, es mi tío. Tú ve allá y me esperas, yo ya llego.

Por Leviatán.

Mientras Yael estaba que gozaba y disfrutaba la situación, JimDae estaba que se despeinaba todo porque se sentía tan avergonzado de haber interrumpido un momento íntimo que imaginar lo que debían estar haciendo, le provocaba sonrojo a sus mejillas.

— ¿Por qué no vas a la casa en donde mi enano vive con el malnacido de su novio?

— ¡Deje de hablar así de mi hijo!

— ¡Gatito, eso dolió! ¿Entonces? Así conoces a toda la familia.

— Pues, primero estoy en una reunión con JimDae, pero puedo ir en la noche.

— ¡Genial! Te esperamos, entonces. Ahora debo colgar porque mi gatito está de pésimo humor y ya sabes.

— Está bien, me lo saludas.

— Pero por su... ¡Gatito!

Yael de verdad que se carcajeó a más no poder cuando YajaTzael colgó abruptamente la llamada para controlar a esa fiera que tenía como gatito.

— Ese gatito debe estar en celo, ¿no?

— Te dije que colgaras, Zaelly logra asustarme cuando se pone agresivo — Murmuró el menor — Pobre YajaTzael bebé, a veces es difícil lidiar con ese tipo de fieras.

— Pues, Min GiYoon no es precisamente un terrón de azúcar.

— Ah, pero GiYoonie puede serlo en muchas ocasiones — Sonrió — Jefe, pero no nos desviemos del tema, vamos al motivo de tu visita.

— Es un tema bastante delicado, Jefe — Yael respondió — Y es algo que no debe salir de aquí.

— ¿Qué tema?

— Él caso de Min Jaeh y el caso de la hermanos Choi — Comunicó — Jefe, ese caso le pertenecía a la Interpol, no al FBI.

— Vamos a ir caso por caso para no mezclar nada — JimDae propuso — ¿Qué tiene que ver Min Jaeh aquí?

— Jefe... Min Jaeh está vivo.

¿Qué?










†*:.。. sᴀᴅɪᴄᴏ y cσqυєτσ .。.:*♡ YoonMin (ʟɪʙʀᴏ cυατrσ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora