†*:.｡. sᴀᴅɪᴄᴏ y cσqυєτσ .｡.:*♡ YoonMin (ʟɪʙʀᴏ cυατrσ)

† ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ vєiทτisєis ♡

— Qué sueño más extraño.

YajaTzael se sentó en el sofá luego de haberse quedado dormido ahí durante toda la mañana. El cansancio mental que sentía le estaba dejando muchas ganas de dormir todo el tiempo y a toda hora, entonces luego despertaba todo desorientado, como con una crisis existencial que lo hacía olvidar hasta su atractivo, pero complicado nombre.

Había tenido un sueño muy extraño, uno en donde, según lo que recuerda, él estaba como secuestrado, amarrado a una silla mientras SooBaing estaba cerca, viéndolo con esa asquerosa sonrisa que en algún momento le causó miedo, pero eso no fue precisamente lo raro, lo raro fue que JiMin aparecía y empezaba a golpear a SooBaing con tanto odio que hasta sintió los golpes, intentando matarlo mientras le gritaba miles de maldiciones. Luego estaba él, que se sentía orgulloso del lado feroz que su enano estaba soltando.

El sueño se dividió como en tres partes, esa había sido la tercera y en la primera estaba GiYoon amarrado a un poste mientras TaeHyung luchaba con ZuHi, en donde al final la lanzaba por la ventana sin miedo al éxito. Más tarde estaba la segunda parte y la que le dolió más, ya que Zael estaba amarrado a una cama mientras el animal de Choi lo golpeaba salvajemente, pero en eso llegaba YoonGi y buscaba defender a Zael.

Todo fue tan extraño que él ya estaba considerando muy seriamente en dejar de tomar tanto café, porque estaba cien por ciento seguro de que tanta cafeína ya le estaba afectando y le estaba dando efectos alucinógenos. Tal vez no tan así, porque sus sueños no son precisamente coherentes, pero igual dejaría de tomar tanto café por su bienestar, porque así como le encantaba jugar con la muerte, amaba su vida más de lo que se amaba a sí mismo y eso ya era mucho decir.

— Ya estoy muy enfermo y...

Él había tenido el plan de pasar un rato diciéndose lo enfermo que ya estaba y que en ese punto de su vida ya le estaba afectando los múltiples vergazos que se ha dado a lo largo de los años, sin embargo, alguien estaba tocando a su puerta y entonces suponía que era Deseret, quien le había dicho que iría a verlo luego de salir del trabajo para invitarlo a comer o a algo que lo pudiera distraer de todo.

Bostezando se levantó del sofá con toda la pereza del mundo, se dirigió directamente a la puerta para abrirle al chico y luego irse a preparar algo que pudiera tragar porque en ese momento, a parte de tener sueño, tenía hambre. No había estado comiendo del todo bien porque estaba muy pensativo, entonces perdía el apetito y todo se volvía un completo asco.

— Deseret...

Al abrir la puerta, había en serio esperado ver a Deseret y su sonrisa loca, pero lo que más bien vio y que no esperó para nada, fueron unos ojitos de gatito triste que, no mentiría, lo seguían volviendo tan loco como desde un principio. Zael estaba frente a él, con una caja en los brazos y el corazón en la mano, ese corazón que, a pesar de los miles de errores y de las miles de tempestades, seguiría siendo suyo como algo inquebrantable.

La verdad es que se había quedado sin aliento en su totalidad, en su garganta como que se formó un nudo que no lo estaba dejando pasar saliva a gusto. Su hijo de la gran puta corazón estaba bombeando demasiado rápido y todo agarró desenfoque, pues sus ojos se fijaron únicamente en esos rasgaditos de color grisáceo que en ese momento se mostraban cristalinos.

Más tarde Zael bajó la cabeza, porque el valor de verlo a los ojos se había agotado y entonces volvía a ser el mismo cobarde de siempre. A pesar de que sus ganas de llorar eran inmensas, debía retenerlas para poder decir todo lo que quería soltar desde hace tiempo y sabía que si lloraba no iba a poder hacerlo, ya que no se le entendía nada si hablaba mientras formaba un llanto.

— YajaTzaelly... no vengo aquí a... a recalmarte por tener a tu lado a alguien que, a diferencia de mí, sí te está dando todo lo que a mí me hace falta — Susurró — Tampoco vengo a justificar mis acciones, tampoco a hacerme la víctima... porque acepto mis errores y pagaré por ello.