— No me gusta, mejor otra.
JiMin tuvo que borrar el kilo de fotos que se había tomado porque ninguna le gustó realmente, es por eso que había vuelto a posar de todas las formas posibles para tomarse otro kilo y esperando que esta vez le gustaran. También estaba cerciorándose de que la perfecta, maravillosa y preciosa Torre Effiel pudiera verse atrás como ese toque mágico.
Ya estaba atardeciendo y el cielo estaba condenadamente hermoso, con colores naranjos rosáceos que hacían que todo se viera mágico. Estaba todo tan tranquilo y la gente ahí era tan amable que no había tardado mucho tiempo en adaptarse al lugar al que su papá lo había llevado para crear una vida nueva.
— ¿Y en dónde está este hombre? Espero que no esté haciendo una de sus pendejadas — Murmuró — Me sacará canas azules. Es como cuidar a un bebé... bueno, él es mi bebé.
Sonriendo se puso a ver las fotos que recientemente se había tomado, esperando tener suerte de que más de alguna le llamara la atención. Se dio cuenta entonces que todas habían salido muy bonitas, así que no dudaría en actualizar el perfil de sus redes sociales y también enviárselas a sus amigos, ya que hablaba a diario con ellos.
— He renacido de las cenizas.
Soltando una risita levantó la vista para fijarse en YajaTzael y en esa sonrisa loca que tenía pegada en la cara, esa que mostraba cada vez que hacía una de sus tantas pendejadas y la misma que hacía cuando se quería burlar de algo, pero a la vez no. Terminó cruzándose de brazos y alzando una de sus cejas en busca de una explicación a su rareza.
— ¿Qué hiciste?
— Pues, a parte de nacer increíblemente guapo, nada.
— Te conozco Park YajaTzael, así que habla.
El mayor rodó los ojos, quejándose se agarró de las greñas mientras se ponía a refunfuñar por todo y por nada, porque no necesitaba un motivo para estar de malhumor y odiar a todo el mundo en general. Luego de haber soltado una sarta de maldiciones, como siempre, se hizo a un lado para que JiMin pudiera ver al hijo de puta que se le había pegado como sanguijuela.
Min YoonGi, ese maldito.
— Me encontré a este ser de extraña procedencia por ahí, botado... y, pues, me dijo que andaba buscando a un enano con voz chillona y yo le dije que no conocía a ese enano — Relató — Entonces se me pegó y luego de intentar quitármelo por una hora, decidí venir contigo y ver si me lo podías quitar de encima antes de que lo agarre como mi saco de boxeo.
JiMin sonrió un poco tímido, como si apenas estuviera conociendo a YoonGi y como si fuera la primera vez que lo estuviera viendo, pero era solo que se veía increíblemente guapo con esa boina y su típica mirada de gato perezoso. Mostrando esa típica sonrisa coqueta y tímida se acercó al hombre de gran cicatriz, todavía más tímido le tendió la mano para saludarlo como se debía.
YajaTzael entonces quedó en medio de ambos, viendo primero a uno y luego al otro con el ceño fruncido por la osadía que estaban teniendo de coquetearse frente a sus ojos, frente a su presencia. Cuando los dos estrecharon las manos con esas sonrisitas locas, él empezó a ponerse demasiado celoso y por eso es que terminó golpeando la manita de JiMin para que no la acercara a ese estúpido hijo de la gran puta que se hacía llamar Min YoonGi.
Pamplinas.
— Pero, papá...
— No, no, no. Esas vergas a mí no me gustan.
— Solo nos estábamos saludando, ¡papá!
— ¡Que me salude esta!
YoonGi sonrió, ya que tanto estaba insistiendo YajaTzael en que lo saludara, quiso tocarle la entrepierna como siempre hacia por molestarlo, pero ese hombre fue más rápido y le dio un manotazo antes de que lo tocara. Gruñendo lo agarró del cabello porque tenía ganas de matarlo, de destartalarlo, de desbaratarlo hasta que lo hiciera carnitas.
— ¡Park YajaTzael, ya te estás poniendo agresivo!
— ¡Eso no es cierto!
— ¡Vete a sentar!
— ¡No!
— ¡Que te vayas a sentar y te calmas!
— ¡Estoy calmado!
JiMin señaló la mesa en la que habían estado tomando algo, esa que quedaba en la cafetería al aire libre. En silencio le ordenó a YajaTzael que se fuera a sentar para que calmara esos ataques de agresión que le daban cada vez que veía a YoonGi y logró que se fuera, incluso si se puso a refunfuñar y a gruñir en el proceso, como cosa de todos los días.
Una vez ese hombre se fue y lo dejó solo con YoonGi, soltó un carraspeo antes de darle la mirada de pestañas coquetas y esa sonrisa tímida, porque es que sentía como si le hubiera presentado a su papá al chico que le gustaba y en realidad fue así. YoonGi entonces le entregó ese bonito ramo de rosas amarillas con aparente vergüenza, cosa que sí era muy extraño.
— Me gustaría decirte muchas cosas.
— ¿Pero...?
— Tengo mucha pereza como para hacer tantas señas.
— Ay, Yoon.
El mayor suspiró, sintiéndose tan culpable le buscó la manita para resguardarla entre la suya más grande. Un poco indeciso se le acercó y le mostró fielmente los ojos, porque solo ahí podía saber cuánto lo amaba, lo mucho que estaba arrepentido de sus acciones y el deseo inmenso que tenía por que le diera una última oportunidad para demostrarle que lo amaba por encima de todo, porque si no fuera así, jamás habría dejado a Zael solito con su hermanita.
— Yo te amo.
— Yoon...
— Más de lo que amo el piercing en mi verga.
JiMin se cubrió la cara con el ramo entre miles de risas, puesto que hasta en ese momento estaba entendiendo por qué se llevaba tan bien con YajaTzael, porque los dos compartían las mismas neuronas locas. Ellos dos juntos le daban muchas ganas de renunciar, ya que estaba seguro de que le iban a sacar canas de colores.
— ¿Es muy tarde para pedir una última oportunidad?
Él se fijó en YoonGi, en sus bonitos ojos, en lo mucho que lo amaba y cuando se encontró negando a tan tierna pregunta; ese dulce coqueto se arrodilló frente a él hasta dejarlo sin aliento. Su pulso se aceleró, su corazón quiso salir de su pecho y las lágrimas ya estaban apareciendo cuando YoonGi sacó una cajita de la chaqueta, la cual enseguida abrió para mostrar un precioso anillo de diamantes.
— Yoon...
— ¡Corte, corte! ¡Maldita sea, corte! ¡¿Qué es eso?! ¡¿Qué putas es eso?! ¡Eso no estaba en el guión!
El mata momentos románticos de YajaTzael apareció, jalándose las greñas como con histeria por lo que sus virginales ojos habían tenido que presenciar. Se tocó el pecho porque como que algo le estaba dando y no sabía qué era, pero más de algo le estaba dando, algo como un aquel no saber de él. Neurótico señaló la cajita antes de darle una patada a YoonGi por maldito atrevido.
— ¡Pero, papá!
— ¡No, no, no, no y mil veces no! ¡Tú no te puedes casar con este animal de calle, con este mosca de basurero, con esta mugre de alcantarilla! — Se quejó — ¡Este maldito cloro vencido es tóxico y para tóxico solo yo! ¡Me está dando algo! ¡Me estás dando un aquel no saber de mí! ¡Llévame al hospital! ¡Todos los hijos son iguales, puras promesas!
JiMin se cubrió la cara con el ramo nuevamente, pero esta vez por la vergüenza que sentía ante el drama que estaba haciendo en frente de muchas personas. No le tocó más que abrir sus brazos para que él lo abrazara y así darle consuelo para calmar su histeria, pero mientras ese abrazo se daba, YoonGi le puso el anillo en el dedito anular ya aprovechando que estaba detrás de ese neurótico hombre.
— Te amo.
Ahora faltaba solamente amarrar a una silla a YajaTzael para que no impidiera la boda.
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†*:.。. sᴀᴅɪᴄᴏ y cσqυєτσ .。.:*♡ YoonMin (ʟɪʙʀᴏ cυατrσ)
Fanfictionᴄᴜᴀʀᴛᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ∂υℓcє cσqυєτσ. ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴀʀᴇᴄíᴀ ɢɪʀᴀʀ ᴇɴ ᴇʟ ᴍɪsᴍᴏ ᴇɴᴛᴏʀɴᴏ ʜᴀsᴛᴀ ᴅᴇᴊᴀʀ ʀᴀsᴛʀᴏ. ᴀʟ ᴘᴀʀᴇᴄᴇʀ, ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ ᴇʟɪᴍɪɴᴀᴅᴏ sᴀɴɢʏᴇᴏɴ, ᴊɪᴍɪɴ ᴘᴜᴇᴅᴇ sᴇɢᴜɪʀ ᴄᴏɴ sᴜ ᴠɪᴅᴀ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴇs ʏᴏᴏɴɢɪ ǫᴜɪᴇɴ ᴛɪᴇɴᴇ ǫᴜᴇ ʟɪᴅɪᴀʀ ᴄᴏɴ ᴅᴏs ᴘsɪᴄóᴘᴀᴛᴀs ᴏʙsᴇsɪᴏɴᴀᴅᴏs ǫᴜᴇ ᴇsᴛ...