Miré a Jordan quien sin dudar un segundo me cogió de la mano y salimos del gimnasio corriendo. En esos momentos agradecía mucho mi rebeldía al no haberme puesto tacones. Mi mente daba vueltas y vueltas rápidamente a todo lo que podía haber pasado. Antes de darme cuenta ya habíamos llegado.
Una suave brisa de viento me estremeció. Todo estaba oscuro. No veía nada. Entonces a lo lejos divisé un bulto en el suelo. Grité de horror. Jordan me tapó la boca con su mano. Fui corriendo hacia el cuerpo que había tirado en el suelo rezando todo lo que sabía para que no fuera ella.
Me agaché temblando de manera incontrolable para divisa algún indicio de que no era Sarah. Lágrimas recorrieron rápidamente mis mejillas al poder ver varios mechones rojos. Grité de forma inhumana. No podía ser ella. Sarah. Mi Sarah. No. ¡Tenía que seguir viva!
Le tomé el pulso con la mano temblorosa.Grité de nuevo con toda angustia y abracé el cuerpo inerte de mi amiga. ¿Qué narices estaba ocurriendo en esta maldita ciudad con Sarah? Tenía arañazos por todas partes del cuerpo y de la cabeza caía mucha sangre. Cerré los ojos mientras me ahogaba entre lágrimas. No soportaba esta tortura. Mi mejor amiga estaba muerta. ya no la vería sonreír más ni presionarme para que le dejase maquillarme.
Noté unos brazos rodearme la cintura y me giré hacia Jordan, quien lloraba sin creer lo que veía. Me abrazó sollozando un poco y ambos estuvimos danzando en esa espiral de dolor durante un buen rato. Lo único que podía sentir en esos momentos era mi respiración agitada, mis mejillas húmedas y los cálidos brazos de Jordan protegiéndome de esa horrible visión. millones y millones de recuerdos de Sarah cruzaban mi mente mientras sollozaba.
Jordan me cogió en brazos y me quedé dormida en ellos llorando mientras lo oía llamar a la policía.
Desperté con una cegadora luz que se alzaba por encima mía. Al abrir los ojos me encontré en un sofá desconocido. Tardé varios segundos en reconocerlo como el sofá de la casa de Jordan. Me incorporé en este y al hacerlo me di cuenta de que aún llevaba la ropa con la que había ido a el baile. El vestido estaba prácticamente destrozado.
Empecé a llorar de nuevo al recordarlo todo. Pero no podía seguir así. Tenía que encontrar a Jordan, contarle todo a Ryan y a los padres de Sarah, llamar a mi madre para contarle también todo. Ahora más que en cualquier otro momento echaba de menos la presencia tranquilizante de mi madre.
Sorbí mi nariz y salí del salón hasta llegar al cuarto de Jordan donde esperaba que estuviera. Nada más ver su apariencia le di un fuerte abrazo queriendo olvidarlo todo.
-Obviamente ninguno de los dos estamos bien, así que no merece la pena preguntar-empezó a decir mirándome con el semblante destrozado por la amargura.-He llamado a todos, a la policía, a los padres de Sarah, a los tuyos y a Ryan. Todos seguimos consternados.Ven-dijo guiándome a su pequeña cama. Se tumbó y yo me puse encima suya.
En otra situación quizás esta posición hubiera sido algo comprometida, pero ahora lo único que necesitaba era tenerlo cerca. Aún seguíamos siendo dos niños pequeños asustados, pensé suspirando. Lágrimas amenazaban con caer por mi cara, pero no tenía sentido retenerlas. Empecé a sollozar sin poder contenerme en el pecho de Jordan, quien se limitó a acariciarme suavemente en silencio.
Ninguno de los dos dijo nada en un buen rato en el que nos quedamos simplemente muy juntos, escuchando nuestras respiraciones y los latidos de nuestros corazones. ¿Cómo demonios habíamos llegado a esta situación? Mi corazón sufría mucho. Me sentía totalmente vacía, como si nada ni nadie me pudiera llenar nunca. Habían arrebatado la vida de la única chica a la que le había importado, y que me había importado.
Ahora nadie me haría compañía de la manera en la que ella lo hacía. Ninguna persona podría sustituir a Sarah. Cerré los ojos intentando dormir, pero cada vez que los cerraba, veía la imagen de mi amiga tirada en el suelo, con un río de sangre emanando de su cabeza.
No sabía quién demonios había sido. Podía haberse suicidado ella misma, pero la simple idea era imposible de concebir para mi cabeza. Sarah era de esas pocas personas que amaban la vida tal y como era, injusta la mayoría del tiempo, llena de momentos tristes y alegres, pero siempre bella.
Miré atentamente el rostro de Jordan, el cual había conseguido dormirse. Tenía grandes ojeras, y por una vez, no parecía un niño pequeño mientras dormía. Siempre había estado conmigo, a mi lado. Al principio lo trataba como mi mejor amigo, mi confidente, mi compañero en la vida. Pero ahora se había convertido en la persona más importante de mi vida. Era mi protector, siempre que pasaba algo él estaba ahí para apoyarme, no importaba cómo.
De repente la puerta se abrió y apareció por ella la madre de Jordan.Ella aún no sabía que estábamos juntos, por lo que sus ojos se abrieron bastante al vernos así. Intentó disimularlo y me sonrió susurrando que descansara, que podía quedarme todo el día allí si quería.
Asentí y cuando ella salió del cuarto,me reincorporé y fui hasta el cuarto de baño donde había un jersey y un pantalón negros. Qué detalle por parte de la madre de Jordan. Me duché rápidamente y me vestí. Me peiné un poco y me recogí el pelo en una trenza. Fui de nuevo al cuarto de Jordan donde estaba mi bolso con el móvil dentro.
Lo saqué y vi que tenía varias llamadas perdidas de Ryan y de mis padres. Lo dejé en el escritorio negro y me giré para ver a Jordan una vez más antes de irme a casa. De repente mi móvil vibró y vi que tenía un mensaje nuevo de un número desconocido.
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Bajo la lluvia #CWEEE3
Misteri / ThrillerTara es una chica normal,pero que perdió a su mejor amigo cuando este cambió de ciudad.Unos años después, Jordan ha vuelto. Todo parece ir bien hasta que se ven envueltos por una serie de altercados. ¿Qué es lo que realmente está ocurriendo en su ci...