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-¿Cómo que es él?¿Quién?-pregunté.

Creía saber la respuesta pero no quería reconocer esa posibilidad.Al ver que pasaban unos segundos y mi amiga seguía en el mismo estado de shock, decidí preguntar yo misma.

-¿Es el hombre que intentó matarte?

Ella sólo asintió confirmándome mis temores.Miré a Sarah. Estaba tan pálida como un fantasma, todo rastro de color parecía haber desaparecido de su rostro. Lágrimas caían de sus ojos, aunque no parecía ser consciente de ello, ya que sólo miraba al suelo con los ojos los cuales parecían que se le iban a salir de las órbitas. La atraje hacia mí y la abracé.

Cerré los ojos con miedo. Esto no le podía estar pasando a Sarah. Ya sé que realmente yo no tenía ni siquiera un tanto por ciento del miedo que debería estar pasando ella en estos momentos, pero, era mi mejor amiga, lo que hacía que yo temiera tanto de aquel desconocido como ella.No podíamos quedarnos en mitad de la calle paradas así como así, de manera que haciendo acopio de todas mis fuerzas, la cogí de la mano y comenzamos a andar en dirección a su casa. Ella sólo me seguía sin ser muy consciente de lo que pasaba a su alrededor. En esos momentos odiaba a unos niños que estaban pasando enfrente de nosotras, y se estaban riendo de la expresión de terror de mi amiga. Los fulminé con la mirada, deseando que desaparecieran antes de que reaccionara mal, y luego me arrepintiera.

Estuvimos andando unos minutos, los cuales se hicieron eternos para mí, ya que la mayoría de gente desconsiderada que pasaba se nos quedaba mirando con cara asombrada, cotilla o burlona.

Justo estaban pasando dos chicas de nuestro curso, y al ver el semblante de Sarah en vez de preocuparse,cosa que haría cualquier persona normal, empezaron a reírse sin ni siquiera aguantar las carcajadas por educación. Ya que estaba más que harta de este tipo de gente, sonreí con ironía y alcé mi mano con el dedo del medio levantado. Ellas parecieron momentáneamente asombradas, luego se hicieron las ofendidas y siguieron andando tranquilamente mientras comentaban en voz demasiada alta el hecho de que había gente que no se sabía comportar. Puse mis manos en forma de puños, controlándome para no abofetear a esas imbéciles.Seguramente ellas reaccionarían peor todavía de como lo estaba haciendo mi mejor amiga.Estaba siendo fuerte.Gracias a Dios, ya prácticamente habíamos llegado a su casa.Metí mis manos en el pequeño bolsillo de la mochila de mi amiga,donde afortunadamente se encontraban las llaves.

Al abrir la puerta, estaba todo oscuro. Todas las persianas estaban bajadas, y no había ni la menor señal de que se encontrara alguna otra persona. Qué raro. Normalmente su padre estaba en casa, ya que trabajaba como artista. Fuimos hasta la cocina, nos sentamos en dos sillas. Busqué entre los armarios y cajones algún tipo de infusión. Al fin encontré lo que parecían sobres de manzanilla.Puse en el microondas dos tazas llenas de agua a calentar.Metí los sobres en cada una y observé como el líquido transparente se iba tiñendo lentamente.Le dejé una de las tazas a Sarah sobre la encimera y me senté a su lado.

-Tengo miedo.-dijo por primera vez Sarah-No sé si me ha reconocido, pero no quiero volver a ver a ese tipo en mi vida.-dijo estremeciéndose-Lo he estado pensando durante días, y no encuentro la razón por la que querría hacerme algo.Quiero decir, soy una buena chica, no sé qué le he hecho a ese hombre, ya que ni lo conozco. Está la posibilidad de que me haya confundido, aunque también está la posibilidad de que ese día estuviera drogado o algo así y no fuera consciente de lo que hacía.

Me quedé mirando a Sarah sin saber muy bien qué decir.Realmente era una chica fuerte,quiero decir, un maníaco casi la había matado, y ella en vez de encerrarse en su mundo aterrada, salía al exterior a intentar encontrar una solución a ello. La admiraba mucho.

-También puede que a la que se le haya ido la olla haya sido a mí, y lo haya confundido con otra persona, ya sabes, puede que me haya quedado algún trauma, y no sea consciente de ello.

Sonreí.

-Tú estás perfectamente bien de la cabeza,Sarah-dije acariciando su mejilla-No debes echarte la culpa de nada.Creo que es posible que sea alguien que se parezca a él,¿no?

Ella sólo asintió mirando a nada en particular. Decidimos olvidar todo, hacer como que nada había pasado, como si todo fuera igual que siempre. Estaba viendo Friends con mi amiga cuando mi móvil empezó a vibrar. Era mi madre. Mierda, no le había dicho nada, pensé nerviosa.

-¡Tara!¿Se puede saber dónde demonios estás?-gritó mi madre al otro lado de la línea, dejándome prácticamente sorda.Aparte mi oído un poco del teléfono con una mueca.

-Lo siento mamá, se me olvidó decirte.Estoy en casa de Sarah.

-¿Por qué?-dijo ya sin gritar tanto.

-Mm...-mi mente dió algunas vueltas-un trabajo de historia.

-No me dijiste nada de que tenías que hacer un trabajo.-reprochó mi madre molesta.

-Claro que sí-contesté con toda la naturalidad del mundo-el problema es que no me escuchas cuando te hablo, pero no importa, entiendo que estás estresada con el trabajo-dije mintiendo con convicción.Miré a Sarah, la cual estaba sonriendo mientras negaba con la cabeza.Me alegraba de que le animaran mis dotes para engañar a mi madre, al menos eso hacía que me sintiera menos culpable por mentir a mi madre.-Bueno, tenemos que seguir,adiós mamá.

-Un beso, adiós cariño.-se despidió mi madre.

-Si algo envidio de ti, es tu capacidad para mentir y poner excusas.La última vez que yo intenté excusarme ante mi madre, le conté tal trola, que me dijo que parara, que no colaba.

Sonreí.Los planes improvisados no eran el mejor de los dones de mi amiga.

-¿Qué le contaste?

-Fue algo como que estaba yendo a la biblioteca cuando me atracaron, me quitaron las cosas, empecé a correr tras los ladrones, pero al final terminamos peleando como ninjas.-Empezamos a reír bastante y aunque no era para tanto, pronto nos dio la risa tonta y terminamos ambas en el suelo con dolor de estómago de tanto reír.La situación era bastante absurda, pero realmente necesitábamos esto.

Unas horas después me despedí de mi amiga y me dirigí a casa.Encontré en la puerta de mi casa a Jordan sentado en las escaleras que conducían a ésta. Parecía estar aburrido, llevaba puestos los cascos,escuchando música.Se levantó sonriendo y se los quitó. Me abrazó a modo de saludo.

-¿Qué haces aquí?

-Llegué a tu casa y tu madre me dijo que no vendrías, me dijo que debía volver a mi casa para no darle un mal rato a mi madre-dijo soltando una carcajada leve.-Así que llevo aquí como dos horas, por ti-dijo mirándome con intensidad.

Qué tierno,pensé.Me acerqué a él y comencé a besarlo suavemente.Sus labios al principio me transmitían mucha dulzura,pero poco nuestros besos comenzaron a ser más apasionados.Me encantaba esta sensación. Quería esconderme en sus brazos y quedarme aquí toda mi vida, ajena a las desgracias.Entrelacé mis manos alrededor de su cuello,buscando tenerlo más cerca.Él envolvió mi cintura con sus brazos.Mordí su labio inferior provocando que el suspirara.Tuve que apartarme un poco de él para recuperar el aliento que me había robado ese chico.Puso mi frente contra la mía sonriendo.

-Ha merecido estar dos horas aquí esperándote-dijo.No me pude resistir y comencé a besarlo cerrando los ojos de nuevo.Como siempre, todo lo que estaba a nuestro alrededor desapareció.Empecé a notar algo más de urgencia por su parte, y también por la mía.Nuestros besos volvían a ser más feroces.

Entonces,la puerta de mi casa se abrió.


N/A:

Hola, ya sé que no os esperabais que subiera capítulo,pero he decidido no darme por rendida, a pesar de que comienzo a creer que mis lectores no tenéis manos o algo así, ya que no podéis comentar ni votar,pero bueno.Lo importante, es que a mí me gusta escribir, tengo en cuenta la opinión de los demás, pero no sólo porque mi novela no esté siendo precisamente famosa voy a dejar de hacer lo que me gusta. Así que por ahora tenéis novela para rato.Espero que os haya gustado.

No creo que vayáis a comentar o votar,pero sobra decir que moriría de amor si lo hiciérais. Xx

Bajo la lluvia #CWEEE3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora