Cuando Arien regresó con la madre de la niña, esta hizo todo un espectáculo, llorando mientras los aprendices de Rosa cuidaban bien a la menor. Pude ver toda su desesperación.
–¡Gracias! ¡Gracias Cáncer! – me tence antes de reconocer que se encontraba orando. –Constelación del Cangrejo, te agradezco porque aun en tu ausencia cuidas de nosotros.
Piscis no estaba feliz con esto. Farfulló mientras intentaba recuperar la señal en su teléfono. –Maldita Zona, por eso no salgo de Mercurio. Maldita sea...
–Señor Piscis– llamo Rosa. La médico entregó un nuevo vaso de agua a la constelación, pero este negó, entregándolo a Naty, la mujer aceptó, agradecida. –Señor Piscis, debe hidratarse, lo mejor es que se recupere para volver a su hogar, aquí no es su territorio.
El mayor miro fijo a Rosa antes de desviar su mirada a donde estaba yo. Piscis no era alto como uno esperaría de una constelación, pero era intimidante bajo toda sus capas de ropa, tenía una mirada gélida, azul como debería ser el cielo, aguda y filosa. Tenía una cicatriz que iba de la comisura de su labio y descendía por su barbilla, atravesando hasta el cuello y escondiéndose bajo la ropa. No estaba haciendo nada en particular, solo mirarme, pero daba miedo, Arien se atravesó, colocándose frente a mi.
–Debería obedecer a mi madre. Señor– dice firme, sé que está tan asustado como yo.
La mirada se llena de interés cuando llega a Arien. –No puedo, para mi desgracia, Capri y yo estamos muy ocupados.
–¡Benditas constelaciones, han venido a ayudarnos! – la madre, Naty, alzó la voz llena de esperanza.
Piscis se giró para verla un segundo. –Eh... no– respondió poco interesado en cómo se desinfla. Rosa de prisa colocó sus manos en su cadera, muy poco complacida con la actitud de la constelación, él cual de inmediato sonrió avergonzado. –Perdón, perdón, no puedo ayudarles, Zona Siamesa es el territorio del Cangrejo, no puedo hacer nada aquí.
–¡Usted es el favorito de nuestra Diosa Creadora! – argumento Naty para el temor de los asistentes de Rosa, todos temíamos que Piscis se cansara de la mujer. –Debe haber algo que pueda hacer! ¡Nuestra gente muere y Cáncer aún no surge!
Piscis parecía sorprendido, volvió a girar a mi lugar. –¿No ha surgido? que interesante, según mis cálculos, ya debió haberlo hecho. Hace un par de meses.
–Pues no lo ha hecho, Señor Piscis– Rosa corrió al lado de nosotros, interponiéndose.
Piscis perdió el interés por completo. –Que lastima, he venido en vano... y yo que tenía un mensaje para Cáncer, si acaso lo ven, ¿podrían decirle que Capri y yo estamos intentando hacer una reunión? Hay un tema muy importante que aclarar. En el Palacio de las Estelas.
Dio unos pasos antes de detenerse. –¡Oh! el mismo mensaje para Escorpio, aunque crea que nadie lo quiere ahí.
–¡Cáncer y Escorpio no están en Zona Siamesa! – grito Naty. –¡Necesitamos ayuda!
–Si, bueno– me dio una mirada de reojo antes de sonreír. –Yo tengo que lidiar con más cosas importantes, como ese diminuto asunto de quién maldita sea se atreve a contaminar las aguas de la ciudad... ¡oh! eso cuenta como ayuda a tu zona– la misma mirada que Piscis me dio, fue dirigida a la mujer. –Te perdonaré porque eres una madre preocupada, pero recuerda tu lugar humano. No perdonaré dos veces.
Naty parecía que se moriría de miedo ahí mismo.
Sin más, Piscis acomodo su abrigo antes de salir de la sala. No pasaron ni diez segundos cuando escuchamos un golpe seco. Arien corrió de inmediato, al abrir la puerta (cortina) por donde salió Piscis, nos encontramos a este en el suelo, buscando entre sus ropas mientras sus labios temblaban y un silbido salía de su boca.
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El Territorio del Cangrejo
FantasySer el "Elegido" de las historias es tan glamuroso... cuando vives en la zona alta de la ciudad, pero para Ben, ser el líder de los Cangrejos es ser rey de un reino demasiado destruido. Viviendo en pésimas condiciones, pésimos tratos y pésima actit...