Capítulo 1. ¿Y si fuera Cáncer?

47 2 10
                                    

Zona Siamesa es conocida por ser la "parte peligrosa" de Ciudad Cinabrio, aquellos que nacieron con el privilegio del dinero y la buena cuna no tienen la percepción de la percepción de la realidad muy errado; toda la maldita ciudad es peligrosa. Porque debes de ser un idiota si crees que solo fuman nicotina en Almadén; todo son perjuicios y malas descripciones, Zona Siamesa es el lugar mas jodido de todos, no tenemos cosas elegantes como casas pavimentadas y como la lluvia parece ser un constante en la ciudad, los charcos de la zona son igual de constantes. Y no hay que malinterpretar, me encantan las constantes, si, me encantan mis botas llenas de lodo y mierda de perro casi tanto como el sonido de la lluvia golpeando mi techo de lamina. A lo que quiero llegar con esto es que, no somos peligrosos...

–Parece que se llevaron a la hija de Naty– mi madre entró a la casa casi dejando caer las compras. Sus manos temblaban. – Pobre niña, vi como la arrastraban a las camionetas, Capricornio debería estar haciendo algo, ¿como es posible que deje que estas cosas pasen? sabe que no hay constelaciones suficientes y de todos modos nos abandona...Ben... ¡Ben! ¿Me estás escuchando?

Me giro. He estado toda la mañana intentando sacar el lodo seco de mi bota, no es divertido.

–¡Se han llevado a la hija de Naty y tu no reaccionas!-- grita mi madre.

–¿Y que se supone que debería hacer? – me burlo, pero cuando levantó la cabeza y veo a mi madre cruzada de brazos con esa mirada de desaprobación solo me queda obedecer.

Suspiro soltando la bota para volvérmela a poner. –Bien, bien. Buscaré a Arien y nos iremos a revisar.

–Gracias, es bueno tener a un hijo tan caritativo y amable como tu– el sarcasmo de mi madre solo me saca una carcajada.

–Muchas madres desearían tener un hijo como yo... –me acerqué al cajón de la cocina, pero cuando lo abrí solo encontré basura que mi madre dice que algún día va a usar pero es pura mierda. –¿Dónde están las nudilleras? ¡Má! mis nudilleras

–No las necesitas– me dice mi madre, después de dejar las compras en la mesa se fue a su cama, después de un día trabajando en la fábrica nadie puede estar despierto después de pasar todo el día generando plata a Capricornio.

Acaban de secuestrar a una niña y me dice que no necesito mis nudilleras... claro, sin problema. Enfrentare a los secuestradores con palabras bonitas y "por favor".

–¿Dónde dices que lo viste?

Salí de mi casa con el sol marcando las 4 de la tarde, si tan solo las malditas nubes se movieran. La piel necesita vitamina E y asolearse si no queremos ser un montón de depresivos o tal vez ese es el estado natural en esta ciudad.

Zona Siamesa, yo crecí aquí y aquí me voy a morir. No por voluntad propia, es difícil salir de este basurero y es aún más difícil mantenerse alejado. Te terminas encariñando de las casas mal construidas, los perros rabiosos y las personas medio muertas esparcidas. Yo tengo suerte, tengo muy buena salud, jamás me he enfermado, pero aun así conozco la casa de Doña Rosa de memoria. La señora alguna vez fue una gran doctora de Zona Mercurio, famosa por hacer casi milagros y por su gran corazón, pero este mismo fue lo que la envió aquí; mi madre dice que se enamoró de un hombre con un gran ego y que la inculpó de la muerte de un paciente, la repudiaron y expulsaron a Zona Siamesa. Se dice que en ese entonces Cáncer, la constelación dueña de la Zona, la aceptó entre los suyos, le construyó un consultorio, en ese tiempo, Cáncer estaba muy enfermo y aun con todos los esfuerzos de la mujer, la constelación pereció, ahora Rosa se encarga de los enfermos en la zona, esperando a que su constelación favorita regrese.

–¡Doña Rosa!-- grité ahuecando mi boca con mis manos. –¡¿Dónde está su hijo?!

Golpetee una mesa con todo el escaso ritmo que tengo mientras que los aprendices de Rosa se encargan de los enfermos del recibidor.

El Territorio del CangrejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora