Capítulo 11. Zona Alcaudón.

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La semana fue muy dura, tuve algunos días en los que Capricornio me visitaba en el templo para enseñarme mil cosas diferentes, seguía firme con la idea de que pidiera ayuda a Libra para encontrar el paradero de los medicamentos enviados por Acuario y yo seguía negándome. Tuve que hacer guardia toda la noche para seguir el camión de los medicamentos, para asegurarme de que todos llegaran sanos y salvos, cosa que me fue recompensado con el elogio de las personas de la Zona, era visto como un héroe y eso fue demasiado bueno para mi, pero toda la atención se fue cuando Escorpio comenzó a purificar los pozos donde las personas beben agua, cada vez Acuario venía más a la zona, directo a casa de Rosa para ver a Escorpio y apoyar a la mujer. Pude hacer que las personas comunes desconfiaran de la constelación, pero tenía que hacer algo para echarlo y para que el escorpión dejara de brillar tanto en mi territorio, si no quería quedarme sin nada de todos mis esfuerzos.

—¿Saldrás hoy? — preguntó Capricornio mientras veía a Escorpio entrar con Leo al templo.

Desde la entrada a mi oficina podía ver a todos desde abajo, como debía de ser.

—Pensamos que estamos muy estresados, así que iremos a Zona Alcaudón— dije, pero al ver la mueca de Capricornio incliné la cabeza incrédulo. —¿Pasa algo?

—¿No son muy jóvenes para eso? — preguntó él.

—¿Soy joven para ir a Zona Alcaudón y no para liderar una Zona?

Que fastidio que actúe como un padre, no puede cuidar a su propia hija y quiere darme órdenes a mi.

—Solo no bebas— dice mientras comienza a bajar por las escaleras.

—Leo, confío que lo llevaras a salvo— ordena Capricornio para saludar.

—Claro, no se preocupe, Capri, solo iremos a relajarnos un poco— responde Leo, hace girar las llaves de su auto en su dedo.

Los alcanzó y no pasó por alto como ignora a Escorpio; así deberían ser las cosas, solo mis ojos deberían ser capaces de verlo.

—Estoy de acuerdo con eso, pero no con el lugar, ¿saben lo que pasa allá?

—Por supuesto— sigue Leo. —Pero conozco el lugar, me aseguraré que no se metan en problemas.

—Te lo encargo en ese casó, pero si tienen algún inconveniente, llamenme, mandaré a alguien para buscarlos.

—Siempre tan amable, gracias, pero lo tengo.

Con eso, Capricornio se ve más tranquilo, se despide tanto de Leo como de mí y para Escorpio solo es una mirada.

—Me odia— ríe Escorpio mientras mete las manos en sus bolsillos de un abrigo que nunca había visto.

—¿Así te vas a ir? — cuestione.

Escorpio siempre usaba camisetas con cuello alto, tan apretadas que se marcaban los músculos en algunas ocasiones, esta era una de esas, acompañaba con unos pantalones holgados, en su mayoría rotos por el uso rudo, pero ahora no estan asi, se ven nuevos y el abrigo es formal, no su típica chaqueta.

—-¿Se ve mal? — preguntó él bajando la mirada para analizarlo. Esas perforaciones que lleva en los oídos son nuevas. —Acuario me lo regalo.

Abrí los ojos en una clara expresión de preocupación. —Arien, me estás preocupando.

—Acuario siempre regala cosas, no le tomes importancia— interfiere Leo y levanta la mirada como para retarme.

Negue. —No, Leo, tienes que verlos, actúan como novios.

—Ben, eso no es cierto— murmuró Escorpio y Leo lo vio de inmediato, ambos lo conocemos desde pequeños, sabemos que él no es de las personas que se avergüenzan, pero desde que se descubrió su identidad muchas cosas han cambiado.

El Territorio del CangrejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora