Aun era temprano y Capricornio quería mostrarnos algunas cosas, nos llevó al templo de Acuario, aquel que está al borde de un acantilado que choca con el mar, nos guió para trepar hasta la cima de la torre y nos señaló Zona Siamesa.
—¿No es hermoso? — pregunto.
No, no lo era, las casas pequeñas y sucias sin colores, la chatarra acumulada en montones junto con basura, todo era un espectáculo digno de la pobreza y la muerte, pero Escorpio estaba encantado. Sus ojos azules brillaban con entusiasmo, no sé qué veía él.
—Si no fuera por mi madre, regresaría aquí— susurró Leo.
—No tienes que hacerlo— Escorpio interrumpió su momento de revelación para ver a Leo, ambos sabíamos que Leo no pertenecía aquí, él deseaba ser libre de este lugar, ir a donde quisiera cuando quisiera. Este lugar solo apagará su llama.
—Vamos a arreglarnos solos— dije aunque me asegure de que mi tono diera a entender que me gustaría tener a Leo cerca.
—Tienen mucha suerte— interrumpió Capricornio. —Son tres amigos que juntos se volvieron constelaciones, no cualquiera tiene ese privilegio.
—¿Estuviste solo? — se atrevió a preguntar Leo.
Capricornio asintió. —Piscis era el más cercano a mi, pero ya tenía experiencia, él cuando era niño y hasta los 11 años, fue criado por Acuario, sin saber que al crecer sería Piscis, así que él sabía mejor que yo como funcionaba el mundo de las constelaciones... tardamos mucho en hacernos amigos. Además de nosotros, estaban Aries y Virgo, demasiado mayores y demasiados absortos en las responsabilidades de la ciudad para cuidar de dos novatos. Estaba solo y la gente se aprovecho de mi.
Una mirada compartida entre Escorpio, Leo y yo fue suficiente para saber que los 3 llegamos a la misma conclusión: Capricornio estaba "guiándonos" porque nadie lo hizo con él.
—¿De qué zona eres? — preguntó Escorpio.
Capricornio sonrió. —Vengan.
Un salto fue suficiente para que Capricornio llegará al suelo, no le importó los metros de distancia entre el techo del templo y el suelo.
Nosotros bajamos con cuidado.
Capricornio comenzó a trepar por las paredes maltrechas de la Zona, aun con su traje parecía saber muy bien donde pisar. Saltos de techo en techo, carreras por toda la Zona que nosotros 3 conocíamos muy bien pero que Capricornio por alguna razón parecía más capacitado. Se detuvo frente a un terreno lleno de partes de carro inutilizables.
—Antes era un parque... aquí jugaba con mis amigos— explicó Capricornio antes de echarse a correr aun entre los techos.
Un canal atravesaba la zona, las aguas eran negras. —Aquí atrapaba grillos.
Un puente derrumbado. —Aquí di mi primer beso.
En el mercado, una mujer vendía frutas. —Aquí fue mi primer trabajo.
Una casa abandonada. —Aquí nos escondimos de los adultos.
Al borde de la Zona, el bosque se alzaba oscuro y aterrador. —Aquí jugábamos a las escondidas, ¿quieren jugar?
No había opción, Capricornio se dio la vuelta y comenzó a contar. Leo y yo nos vimos antes de echarnos a correr, pero Escorpio ya estaba bien adelantado, adentrándose en el bosque lleno de zorros, Leo trepó los árboles para esconderse entre las ramas, Escorpio siguió corriendo, esquivaba los troncos y los obstáculos que se encontraba, conociendo muy bien el bosque, aunque no recuerdo que alguna vez lo hayamos atravesado.
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El Territorio del Cangrejo
FantasySer el "Elegido" de las historias es tan glamuroso... cuando vives en la zona alta de la ciudad, pero para Ben, ser el líder de los Cangrejos es ser rey de un reino demasiado destruido. Viviendo en pésimas condiciones, pésimos tratos y pésima actit...