CAPÍTULO 15

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Scarlett

19 de Marzo del 2022

Taché el número entre mi calendario que colgaba sobre mi pared. Dí un suspiro de cansancio por apenas iniciar el día.

Habían pasado casi 3 meses desde mi último desastroso cumpleaños. No me sentía ya tener 17 años la verdad. Aún me costaba afrontar la realidad de que ya estaba creciendo y ya no ser aquella niña infantil que siempre me creí, lo cual fantaseaba que vendría mi mamá por mí, iríamos a casa y seríamos una bonita familia feliz.

Sin embargo, me di cuenta de lo crudo que se estaba volviendo todo con mi madre.

Me acosté en mi cama casi rebotando por la brusca caída que dí.

El reloj entre la pared cerca de la puerta marcaba ya las 8 de la mañana

Me estaba aburriendo mucho sin hacer nada. Era sábado y me tocaba ir a terapia.

Estaba mirando el techo de mi habitación imaginando qué haría para hoy, mi psiquiatra conmigo. Me había dicho que lo esperara en mi habitación sin salir para tener sesión, y así lo ice. Nosotros a cada uno nos tenia con terapia diferente, unos consultando a conversaciones verbales que eran la psicoterapia, Allen, Lucy y a mi, no obstante con Bonnie, Zafiro y Matthew eran actividades al aire libre.

Había estado escuchando las conversaciones de ellos gracias a una grabadora que me reproducía el doctor Richard para oírla. Conocí también cada parte de ellos que no sabía. Todo marchaba bien al respecto entre nosotros, incluso ya no peleábamos mucho como antes. A veces lo era pero por cosas tontas:  qué jugaríamos, qué escucharemos de música, qué actividades debíamos de hacer, etc.

Escuché dos toques en la puerta de mi habitación con un tanto urgencia. Giré mi vista hacía ella percatandome que era mi doctor por la silueta de su robusto cuerpo detrás de la ventanilla borrosa. Caminé a pasos lentos y con pereza para abrirla y efectivamente estaba él, con una sonrisa en sus labios y su buena actitud de siempre.

—Oh… ¡hola doctor, buenos días! —saludé un poco confundida por su puntualidad.

Así es, llegaba tarde siempre.

—¡Buen día, Scarlett! —Observé que entre sus manos, había un gran paquete de hojas de documentos. —. Mm… ¿puedo pasar?

Asentí con mi cabeza y me hice a un lado para dejarlo pasar. Cerré la puerta detrás de mí y vi que tomó asiento en mi cama. Copié su acción se sentarme igual a su lado y miré que se secaba su sudor de la frente con un poco de papel que saco de su abrigo.

—¿Qué es eso, doctor? —dije señalando a los documentos.

—Mira, he estado haciendo una separación de cada aspecto de ustedes. Los terminé ayer en la noche, todo esta separado en orden junto con lo sucedido ante éstos años. —Mientras me explicaba de todo lo que había estado haciendo, sacaba documento por documento y lo colocana entre la cama.

Puse fija mi vista a mi certificado medico desde que entre al hospital hasta ahora, mi acta de nacimiento, mis calificaciones de la escuela y un sobre amarillo que en letras mayúsculas rojas decía: SCARLETT EVANS/IDENTIDADES.

—¡Estuve buscando por mar, tierra y aire, pero por fin tengo en orden esta cochinada! —me dijo sonriente y yo me quedé en silencio mirando estupefacta a su rostro.

Su parpadeo era despacio y con mucha pereza. Creó que no durmió en la noche por trabajar en mí. A veces me sorprendía lo inteligente que llegaba a ser mi doctor, pero en esta ocasión sí se notaba que necesitaba a urgencias un poco de descanso.

SOMOS CINCO EN UNO [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora