CAPÍTULO 9

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Por fin llego la ultima semana de octubre. El último lunes. Eso significaba, otro día para ir a terapias.

Entre el pasillo, un chico se encontraba caminando con mucho estilo que nunca antes se había visto, pues él mismo provocaba rimas y sonidos rítmicos de beatbox con su boca.

Matthew tenia su gorra de lado derecho con mucho estilo unico, mientras se inventaba rimas improvisadas junto con hacer ritmos en su boca y labios. Iba en el pasillo haciendo un pequeño baile de caminar bien matón en un barrio de las calles de California sin importarle que lo miraran raro.

—Bienvenidos a otra rima you, aquí su servidor osease Yo.
Caminando en el pasillo con todo el flow, mientras todos observan este enorme show.Respiro el aire frío de este hospital, muy delirante que llega ser fatal, súper fuerte que llega muy brutal, todos admiren a este bello mortal. ¡Oh yeah, nena! —exclamó mientras ya caminaba normal, puesto que ya habían varias personas entre el pasillo del instituto y no queria verse tan ridículo.

»¡Eso ni siquiera tuvo rima!«—hablo Zafiro entre la consciencia de Matty cruzándose de brazos.

Lucy la miro con una ceja levantada un tanto con disgusto, pues le gustaba escuchar las improvisadas y divertidas rimas del chico para entretener.

—Claro que tuvieron rima. ¿Si o no, Allen? —Matty le hablo al mencionado sabiendo que el chico sabia poesía para hacer las rimas en esos textos.

»Amm… Si, supongo que sí.«—respondió Alan y Sol empezó a reír bajo.

—¿Lo ves, nena? —guiñó su ojo izquierdo dirigido a Zafiro, a lo que ella entre la conciencia bufo enojada mirando a otro lado.

Caminó hasta el cuarto de terapias, abrió la puerta y cerró para que nadie se asomara de chismoso a ver. Tomo asiento y puso sus pies en la mesa recargando su espalda en el respaldo, inclinándose un poco atrás y luego adelante. Se acomodó la coleta de pelo que recogía el cabello largo de Scarlett entre su gorra, metió uno que otro mechón dentro, y por fin esperó pacientemente el doctor.

08:02.

—Vaya… —dijo mientras se columpiaba entre la silla balanceándose atrás y adelante con sus pies aún en la mesa.

»¡¡Te vas a caer sí sigues haciendo así la silla!!«—hablo Lucy advirtiéndole de su futura caída.

—Nah, no pasa nada, todo tranqui…

De pronto, se escuchó la puerta ser abierta repentinamente dejando ver al psiquiatra jadeando de posiblemente de tanto correr. Matthew al ver al doctor, se sorprendió tanto que cayó al suelo de espaldas por el susto de la puerta ser abierta bruscamente. —. ¡Aaaah! ¡Auch auch auch!! —se quejo el chico al levantarse y ser ayudado por Richard.

»¡Te dije, pero no haces caso. Pareces niño chiquito!« —se quejó Lucy.

—¿Qué estabas haciendo? —Richard le acomodó su gorra que se le había movido y le tapaba la vista.

—Nada, solo… Matar tiempo. —Matthew soltó una fuerte carcajada y miró al doctor sonriendo ladino. —. ¿Qué onda, eeh? ¡¡Deme cinco!! —alzo su palma de la mano, a lo que Richard también alzo su mano algo dudoso de lo que iba a hacer, pero luego aceptó para chocarla con la del menor.

Él, al hacer contacto con su mano chocaron ambas manos, seguidos después de cerrar su puño y el doctor hizo lo mismo, chocaron los puños y movieron deslizando sus dedos como sí fuera aire.

—¡De lujo! Pensé que no se sabía el saludo secreto. —sonrió Matthew tomando asiento pero recargando su espalda en la silla, puso sus manos entrelazadas a la nuca relajándose por completo.

SOMOS CINCO EN UNO [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora