Capítulo 9 ¡Si no puedo recordar, voy a aprender!

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El capitán Saleth Ruder, una quimera de clase 3 conocida por su temperamento sádico, y desenfrenado a la hora de la batalla, un devoto religioso siempre con un crucifijo al cuello. De estatura promedio ojos saltones y cachetes abultados como si llevara dos pelotas de golf en las mejillas, siempre llevaba una sonrisa amplia como si nunca recibiera malas noticias, pero esa sonrisa acompañado de aquellas abultadas mejillas hacía que su rostro tomara un tono aterrador como si tuvieran en frente al payaso de It, y a pesar de ser una quimera clase 3 lograba perturbar incluso a sus superiores aquella facciones y personalidad anormales que muchos comparaban con las del mismo Origon.

―Es de mala educación entrar a una casa sin avisar, además acabo de hornear unos panecillos, esperaba a que se quedaran a la merienda. ― dijo Ruder, los presentes quedaron desconcertados por aquellas palabras, que no sabían qué clase de mal chiste podía llegar a ser, ciertamente si él creía que era graciosos estaba muy lejos de serlo.

―Yo sinceramente no tengo tiempo para tus malos chistes. Maki y los demás vayan a la zona de seguridad dos, Jonathan tú te quedas conmigo.

―De verdad piensas que voy a permitir que se vayan. ― dijo Ruder, quien se movió a gran velocidad apareciendo frente al equipo, empleado aquella sonrisa aterradora como de pesadilla.

―Tu oponente soy yo. ― Brizt, apareció también con gran velocidad tras de Ruder, atravesándole la espalda con sus propias garras, las cuales solo llegaron a perforar unos cuantos centímetro de carne, ella conocía la diferencia de poder, así que en un ágil movimiento giro su cuerpo desequilibrando a Ruder para luego arrojar su cuerpo con fuerza al gigantesco tanque que estaba en medio de la sala, el tanque se resquebrajo pues aún con los quince centímetros de espesor que tenía, la fuerza de una quimera era suficiente para destruirla. El líquido de color azul viscoso se derramo por todos lados, los seres amorfos que había adentro quedaron en el suelo, y fuera del líquido llegaban a ser más claras sus formas, era un grupo de masas orgánicas semejante a un teratoma, una masa de carne palpitante con huesos sobresalientes de manera irregular y hasta dientes habían partes donde tenía cantidades repugnantes de pelo, y una de ellas tenía un gran ojo que se movía en todas direcciones, todos los que vieron esos sintieron como el estómago se les revolvía al ver semejante abominación. Jonathan tenía unas enormes nauseas, sentía que quería vomitar y hasta desmayarse, esas cosas ¿Qué eran? Como era posible que dieran vida a una criatura así. Ruder se levantó, tenía su negro uniforme empapado del líquido viscoso en uno de sus hombros descasaba una masa anómala de carne que parecía tener una boca con hileras de dientes incluso lo que parecía ser una lengua también tenía dientes saliendo de ella, el simplemente la agarro la lanzo al suelo y la piso como si solo fuera un pedazo de basura.

―Había escuchado de tus grandes habilidades coronel, debo admitir que me ha impresionado. Pero quien me tiene más intrigado es usted. ― dijo señalando a Jonathan,

― General Malagá, tengo años conociéndolo, y sé muy bien que usted no es de lo que deja a otros hacer el trabajo sucio. Me da mucha curiosidad esa expresión que tiene en el rostro.

Jonathan sabía a lo que se refería, a pesar de saber que es una quimera, no sabía nada de él mismo o sus poderes, pero empezaba a encontrarse con personas que si sabían cómo era él, entre más se inmiscuía en su vida, más peligros encontraba se hacía más difícil evadirlos, debía recobrar su memoria era tan indispensable saber quién era, más allá de la incertidumbre que representaba su vida, había personas que lo necesitaban y él no tenía manera de ayudarlas, no existía forma de que el en esas condiciones fuera de utilidad, se sentía tan frustrado por eso, un sonido de impacto lo devolvió a la realidad, levanto la mirada y vio como Brizt y Ruder chocaban sus puños, el impacto dio como resultado una onda sónica que dejo a los humanos que estaban en la sala en el suelo del dolor que representaba el sonido para sus tímpanos, Jonathan rápidamente fue en su auxilio, quizás no sabía cómo luchar contra un clase 3 pero debía ayudar, los dos hombres humanos, no iban a resistir una lucha como esa, los cargo en sus hombros, vio hacia la puerta por donde entraron y vio que aún seguía abierta no lo pensó dos veces, y fue en esa dirección, pero Ruder en un movimiento inesperado se puso en frente de ellos, haciendo que Jonathan se detuviera a mitad de camino, pero el obstáculo le duro poco Brizt, apareció de la nada y con un giro de todo su cuerpo asesto una patada en el cráneo de Ruder que lo hizo volar y estrellarlo contra la pared que era de acero, el impacto fue tan fuerte que la abolladura en el acero fue profunda tomando la silueta de Ruder.

Operación QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora