Capítulo 16 Su peso en oro

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La ciudad minera de Marris, es un pequeño y pintoresco lugar bastante hermoso y cómodo, las personas que viven ahí realmente no poseen demasiadas preocupaciones y muchos de los problemas del país no se ven reflejados aquí, era amplio el lugar pero no contaba con edificios grandes o lugares espaciosos de entretenimiento como las grandes ciudades, para ser la principal fuente de extracción de oro del país muchos pensarían que debería ser una ciudad ultra moderna con la mejor infraestructura de la nación, la verdad era todo lo opuesto, el edificio más alto era de unos cinco pisos, y aunque la ciudad era bella y estaba muy bien cuidada, no tenía grandes cosas, las personas que viven ahí si poseían grandes propiedades, pero nada que pudiera ser la envidia de personas adineradas de otros paises, el gobierno tomaba todo el oro de la ciudad y se los compraba a las empresas mineras por el mínimo de su valor, que era bastante poco comparado a otros mercados que Azher había visto en sus múltiples misiones en el extranjero, el comandante usaba el oro para financiar sus experimentos, comprar gobiernos y que estos se hicieran de la vista gorda, en cuanto a las decenas de acusaciones que se había hecho en la ONU por crímenes contra la humanidad y los derechos humanos, las grandes potencias, por el oro y los recursos de Agkdrez no les importaban ignorar las acusaciones de torturas, homicidios arbitrarios por asuntos políticos, e incluso penas de muerte por orientación sexual, con tal se seguir viendo sus cuentas bancarias crecer, paises como Rusia, era uno de los principales apoyos a las medidas del gobierno Agkdreano en cuanto a leyes que promulgaban la moral de la ciudadanía y que criminalizaban a aquellos que irrumpieran estas leyes, y Estados Unidos, era el que más defendía la integridad de la nación Agkdreana en cuanto a las acusaciones que en repetidas ocasiones decían no tener ninguna base o fundamento, sin mencionar a la santa sede y al gobierno italiano que recibían cantidades enorme de dinero a cambio de suministros y contrabando, para los militares de Agkdrez no era un secreto que el mundo político estaba plagado de mentiras, que el mundo religioso estaba lleno de avariciosos, y que para ellos Dios no existía, el mundo estaba podrido, siempre lo estuvo, solo que nunca lo ha terminado de demostrar.

Azher se encontraba en la llanura de Midas, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad, en la punta del acantilado conocido como el pico anular, uno de los cinco que rodeaba a la ciudad, y daba una vista panorámica de toda la ciudad y sus alrededores.

―Alla van, a las tres en punto. ― dijo el teniente Lamar apuntando al noreste, donde se veían cinco camiones de carga saliendo de la ciudad y dirigiéndose a otro de los acantilados al que llamaban el pico índice. Una de las tantas ventajas de ser quimera es que no necesitabas binoculares para ver a la distancia, así que espiar era una de las mejores cosas que se les daba.

―Hay que seguirlos, ya saben el plan hay que esperar a que carguen todo el oro en los camiones de carga, y en ese momento quitarles el cargamento.

―Suena a un plan demasiado simple. ― dijo otro de los hombres que estaba presente.

―Lo que el plan no dice es que nos tendremos que enfrentar a un pelotón de quimeras, no obstante, aún no sabemos quién es el que está al mando de este cargamento, este oro es muy importante para el comandante así que lo más probable es que haya una quimera clase 4 para protegerlo. ― dijo Azher.

―Dispérsense, y manténgase en contacto debemos recolectar la mayor cantidad de información, antes de que empiecen a movilizarse. ― termino diciendo Lamar.

Todos desaparecieron, eran un total de cincuenta personas, cuarenta y cinco quimeras, y cinco humanos quienes estaban a cargo de las comunicaciones y de los drones que sobrevolaban toda la llanura de Midas, recolectando información.

―Oí lo que paso con América, espero que se encuentre bien. ― dijo el teniente Lamar.

―Yo también espero lo mismo, pero conociéndola, saldrá de esto, aún no ha nacido quien pueda matar a América Chary, por algo la llaman la diosa de los cielos.

Operación QuimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora