Sus puños se apretaron con tal fuerza que no lograba controlar el latir de su corazón, el odio que aun sentía en su alma no había decaído ni un nanogramo en los últimos sesenta años. Tomo su brazo izquierdo el cual le escocia por el recuerdo de aquellos años de prisión y experimento que vivió. No había día que no se maldijera por nunca poder hacer nada al respecto, por haber ayudado tantas veces en horribles experimentos, la revolución era la única manera de expiar sus pecados. Dio media vuelta y volvió a retomar su camino, los túneles de la ciudad mecánica seguían siendo tal cual los recordaba, pocas cosas habían cambiado, pero no le extrañaba viniendo de una persona tan conservadora como el comandante, seguían pudiendo recordar el día en que piso ese país por primera vez.
(Sesenta y cinco años atrás)
―Señor ¿Qué ocurre? ― había preguntado uno de los asistentes en Auschwitz, un hombre de tez blanca y cabello rubio de ojos avellana, que tenía una expresión de aterrado.
―Debemos mover todo lo que está aquí, hemos perdido la guerra Alemania a caída, y el Führer a muerto, no nos queda nada en este lugar, así que arregle todo y llévenlo al sótano de la mansión, solo lo más importante, como documentos, muestras, todo aquello que no pueda ser llevado rápidamente déjenlo. ― decía Mengele, de manera alterada, estaba agradecido con el señor Meran por haber dejado un portal en su sótano que daba directo hasta aquella tierra lejana donde absolutamente nadie lo encontrará, y para cuando lo hagan ya será demasiado poderoso.
―Señor, debe venir de inmediato. ― dijo otro asistente.
―No hay tiempo debemos irnos.
―Pero señor, es el experimento C-4567B, ha habido respuestas positivas.
Mengele no lo pensó dos veces, fue directamente con su asistente para ver con sus propios ojos lo que le estaban diciendo, bajaron hasta uno de los laboratorios subterráneos que había en el campo de concentración, y cuando llegaron a la celda donde estaban lo que el denominaba especímenes de investigación, abrió la puerta estrepitosamente y con sus propios ojos logro ver lo que ansiaba tanto, el niño que estaba enfrente de él, movía los dedos de su brazo izquierdo de manera lenta como si aun le faltara adaptarse pero eso en si mismo era un logro, al voltear la vista a la otra cama, donde estaba una niña muy parecida a su hermano gemelo la niña también lograba mover su brazo izquierdo con dificultad pero lo hacía, era un existo, el hombre no lograba salir de su felicidad y asombro, había conseguido un trasplante de brazos con total éxito, podía verlo, esos niños podrían ser sus mejores materiales de investigación, su mente se llenó de todo lo que podría hacer con ellos, y de todas las cosas que lograría con estos experimentos.
―Llévenlos al sótano de la mansión, nos vamos.
(Presente)
Se suponía que iba a ir a ayudar a América y a su novio, y estaba a punto de hacerlo hasta que escucho aquella conversación donde el hombre confesaba cuales eran sus verdaderos planes, y después escucho la tan conocida voz de Jubart, se preguntaba que hacia ese demonio hablando con esa persona, pero después de escuchar con más detalle entendió una que otra cosa. Pero aquella acción de golpear la barrera no pasó desapercibida para él, era un rastro, la pregunta era ¿Para quién? Así que decidió esperar en las sombras hasta que apareciera alguien y en efecto fue varias horas después, asi que decidió observarlos sin que se dieran cuenta, sus años como espía habían sido de mucha utilidad, debía de admitir que los soviéticos hacían maravillas en el campo del espionaje, pero aun así Rusia no era un país de su agrado, después de ver como las dos personas ayudaron a los prisioneros, lo mejor que pudo hacer es usar sus dotes, para encontrar información sobre qué tan avanzado estaban los planes del comandante, y que tanto se podría atrasar, para ganar todo el tiempo posible y detenerlo, era de suma importante eso pues si estaba preparando espacio para una embarcación tan grande solo significaban problemas. La ciudad mecánica tenía nueve sub niveles, los primeros no eran de importancia, pues dejaron de usarse con frecuencia en los ochentas, pero los pisos más profundos albergaban los más oscuros secretos de Agkdrez y si había un lugar donde encontrar información, era allí. No había ascensores solo largas escaleras, para las quimeras el esfuerzo físico no era nada del otro mundo así que con calma y con todo el tiempo del mundo bajo varios pisos más.
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Operación Quimera
Science FictionAgkdrez es una nacion en auge de grandes capacidades economicas y con enormes recursos naturales, una nacion atractiva para que los empresarios del mundo inviertan, o eso dice el foro del banco mundial, pues tras su fachada de nación idilica, se es...