¿sexo o plomo? 💋 Froger

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Se lo buscó... él se lo buscó cuando decidió ir y tratar de robar el automóvil de quien sabía era un jefe de la Mafia inglesa. Esas cosas no se hacen, Mercury, se reprochaba ahora. Nada bueno salía de meterse con la mafia y aún así no tuvo como decir que no, porque más miedo le daba lo que su jefe le haría de no intentarlo.

Nah, Foster no iba a pagar ni un céntimo por recuperarlo con vida... ese sería su fin. Se había metido con Taylor, y toda su familia, y no había nada por hacer más que esperar una muerte rápida.

Pero la expectativa lo mataba despacio, puesto que tras dejarlo esposado a un tubo sin ropa, en medio de una habitación desolada, en el ático de la inmensa mansión donde vivían, se largaron. Taylor, y sus lacayos se fueron. Sus lacayos, a quienes no había podido ponerles nombre, por lo que les llamó 'El Ricitos' y el 'El Bebé', por el cabello chureado del más alto, y las facciones del más joven que lo hacían parecer un niño, si bien sabía que no era el caso. O al menos esperaba que no lo fuese; no después de verlo matar a su colega, el inútil de Prenter, de un tiro al pecho y sin inmutarse cuando trató de correr.

Esa era otra cosas que no se debía hacer. Si la Mafia te dice 'quieto', te quedas quieto. Pero Paul siempre fue un idiota y lo tuvo muy bien merecido. No morir... o bueno sí. No que le deseara la muerte pero se portó idiota y ese tipo de cosas le pasaban a los idiotas en este negocio.

Para tratar con la Mafia uno debía saber jugar sus cartas, y él sabía jugar las pocas que tenía, y esperaba que le sirviera en esta ocasión. Solo que necesitaba que ese rubio estúpido volviera a la habitación.

Dios, ¿será que lo escuchó llamarlo rubio estúpido?

O sea, lo dijo en su cabeza, pero esa gente era loca y sabía todo... ¿será?

Nah, eso solo era la paranoia, sí, de estar inmovilizado en un maldito ático donde apenas y había luz para ubicarse en el espacio. Donde empezaba a tiritar de frío al verle despojado de las pocas prendas con las cuales llegó.

La puerta se abrió de golpe, y notó que El Ricitos entró para sujetarla conforme el rubio hacía su aparición. Se había quitado ese traje blanco de diseñador, con mangas y cuello de piel de algún pobre animal del bosque, que estaba usando cuando se toparon esa primera vez. Parecía haber ido de negocios al bar de mala muerte donde encontró el carro parqueado, porque desde afuera escuchó los disparos y el rubio al salir tenía la fina tela manchada de sangre y evidentemente no era la suya, pero sonreía con satisfacción conforme El Bebé le dio su tabaco.

Y luego la sonrisa incrementó al verlo, completamente helado, tratando de prender el coche. No se había molestado; ni en ese momento ni cuando lo tenían amarrado y encapuchado en el asiento trasero del vehículo. Lo supo porque este le habló durante todo el trayecto sobre Foster y lo estúpido que era su mal intento de entrar en el negocio del crimen organizado... y que daba lástima ver que criaturas exóticas y bellas como él terminasen haciendo su trabajo sucio.

Ese comentario le había hecho creer en su momento que quizás le servía actuar víctima y luego menear su bonito trasero en frente suyo a ver si le perdonaba la vida. Ahora que lo veía entrar, todo vestido de mortal sin su ropa de marca sino con un jean y una camiseta que lo hacían ver como el común de los mortales y no uno de los hombres más poderosos de Europa, pues... se supo jodido. Porque aún vestido como cualquier persona, y sin sus notorias gafas que nunca se quitaba en público y le daban un aire de ser intocable e invencible, se veía jodidamente divino. Era como ver a un modelo... o a un ángel... o a un puto dios en persona. Era despampanante, y la sonrisa que le dedicó conforme se le acercaba, como si no lo hubiese tenido amarrado durante más de una hora en el ático de su casa, era preciosa.

💋 𝒲𝒾𝒸𝓀ℯ𝒹 𝒢𝒶𝓂ℯ𝓈 💋 [𝓈𝓂𝓊𝓉-𝓈𝒽𝑜𝓉𝓈 | 𝓂𝓊𝓁𝓉𝒾𝓈𝒽𝒾𝓅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora