all the things you stole from me ✔

Chapter 16

Chapter 16;
"And I never dreamed that I'd lose somebody like you"
(Wicked Game - Chris Isaak)

Coriolanus se metió las cucharadas de estofado en la boca sin saborear ni una. Su cuerpo le pedía alimento y debía dárselo, pero la realidad, es que no estaba para disfrutar nada.

No lograba recomponerse de su sorpresa.
¿Fiesta de compromiso? ¿Que pasaba por la cabeza de Strabo Plinth para decidir tal cosa?
Su hijo parecía un ente más que una persona y el iba a hacer una fiesta.

Ya sabía que era inútil comprender a Tigris, pero, que ganas tenía de meterse en su cabeza y entender porque ella no se había negado a tal circo. 
¿Pasearse así con Sejanus en aquel estado?

¡No era capaz de poner en palabras el odio que senia de solo imaginar la escena!
Quería gritarle en la cara que recapacitara.

Pero sabía que era inútil.
Ya había entendido que había algo más tras todo eso que el desconocía, y había una sola manera de hacerse con esa información: metiéndose dentro.

La doctora Gaul siempre le decía que él era inteligente y tenía potencial. Seguro que le haría gran ilusión que se ofreciera a ser su pupilo también en el arte de las mutaciones genéticas.
O al menos esperaba que si.

Si se metía dentro de aquel laboratorio quizá podría irrumpir en las sesiones privadas de Sejanus para así evitar que siguiera dándole lo que sea que lo mantenía así de atormentado.
Y quizá, solo quizá, si dejaban de someterlo podría recuperar parte de su voluntad y ayudarlo a deshacer ese matrimonio ridículo que Strabo le había comprado.

Ya vería después como sacar adelante a los Snow, lo primero era mantener su apellido limpio.

Salió de la habitación después de pasadas algunas horas. Aunque odiara la idea tenía que estar presente en esa ridícula fiesta y para ello, necesitaba algo que usar.

—Yo creo que ese color es lo suyo —una voz desconocida se colaba por la puerta entreabierta de la habitación de Sejanus.
—Bueno —esa era Ma—. La verdad es que yo no sé nada de moda.

Apartó la mirada y se encontró con la suya.

—Oh, Coriolanus.

Ya no podría huir.

—Perdón, escuché voces.

Se acercó a paso lento hasta la puerta. Del otro lado, Sejanus vestía un elegante traje de un color gris plata y una camisa negra con cuello de tortuga.

—El sastre vino a acabar con los detalles del atuendo de Sejanus —comentó— ¿Tu que usarás, cariño?
—No lo se.
—Con ese color de pelo, esa tez y ese porte. Un vino es tu color, definitivamente.

Reviso un álbum de fotografías y le alcanzó una hoja.

—Strabo me habló del otro pedido así que puedo conseguirlo en seguida.
—N-no sé si debería ...
— ¡Querido! Lo que más importa es como te ves ¿No? Tu prima se casará una sola vez en la vida.

Y el desearía que no fuera está.

—Bien —se acercó al novio y analizo su atuendo.
— ¿Qué te parece? —preguntó su Ma.
—Se ve bien.

E intercambiaron miradas que solo ella y él podían entender.

—Claro que sé ve bien, ese es su color definitivamente.

Por alguna razón se acordó de Sejanus siguiendo a la profesora Sickle cargando aquel escudo ridículo, el día que ella lo llamo pavo real por ser tan ostentoso.
Ahora veía que era más un tema de Strabo que de Sejanus.