all the things you stole from me ✔

Chapter 23

Chapter 23;
"Will you let me, baby, lose on losing dogs?"
(I bet on losing dogs - mitski)

"Mi devastación está regresando para convertirse en la tuya.
Pensaste que podías lastimarme sin consecuencias, pero ahora eres tú quien está sufriendo. Mira todas mis lágrimas convirtiéndose en tus lágrimas,
Mira, todas las cosas que me robaste, ahora están siendo arrancadas de tus manos también"

-

Coriolanus se sentía adormilado, como si, de repente, todo su cuerpo dejará de ser suyo y estuviera viviendo toda esta situación desde fuera. Aunque en realidad estaba aquí:

Parado juntó a Sejanus mientras su prima firmaba un papel que los declaraba marido y mujer. Hasta que la muerte los separé.
Nada tenía sentido.

La ceremonia fue realmente corta, y apenas tuvo la oportunidad, Coriolanus se escabulló por el pasillo que lo llevaba a su habitación a paso apresurado. Necesitaba desesperadamente marcharse de aquella farsa. No podía aguantarlo más.
Le daba igual si notaban su ausencia, le daba igual cualquier cosa. Necesitaba irse.

Se paró frente al espejó en la pared y se aflojo la corbata jadeando por que el aire ingresará a su sistema. No podía sentirse respirando.
El nudo era difícil de deshacer y el temblor en sus manos no ayudaba en nada.

No podía creerlo.
Había fracasado.

Había fracasado de manera enorme.

—Maldita porquería —musito con la garganta ardiendo.

Leves golpes en la puerta le hicieron desviar su atención hacia ella, y sin que pudiera dar permiso a la persona que llamaba, Lucy Gray irrumpió lentamente en la habitación.

—Te vi cuándo te marchaste. 

No dijo nada, le sostuvo la mirada como un idiota.
No tenía palabras.

Había olvidado como hablar también.

De cualquier forma, ella no esperó que él dijera nada, simplemente entró y cerró la puerta tras de sí antes de caminar hacía la cama y sentarse en un borde.
A Coriolanus no le gustaba que la gente se sentará en su cama con ropa que no fuera de dormir, pero no dijo nada. No podía decir nada.

Volvió su mirada al espejo y trató inútilmente de deshacer el nudo en su cuello. 
La presencia de Lucy Gray en la habitación parecía quitarle aún más el poco oxigeno que conseguía inhalar. 

—Esto es un poco loco, nunca había visto una boda que se celebrará dos veces. Eso seguro nos daría más show's.

Él no quería charlar.
No quería mirarla.
No quería que se fuera.

No quería que Sejanus estuviera casado con Tigris.

No quería que su estúpido plan no hubiera funcionado para nada.

Sintió las lágrimas picándole en los ojos.

— ¿Quieres que te ayude con la corbata? —miró sus ojos a través del cristal y vio el reflejo de los propios: enrojecidos.

Lucy Gray se puso de pie pero no se acercó.
Coriolanus se dio media vuelta para mirarla y abrió la boca para decir alguna cosa, negarse tal vez, nada salió.

—Coriolanus...
—No quiero estar aquí —soltó con la voz reflejando una afición que él mismo desconocía.
—No creo que nadie venga a buscarte —su expresión de preocupación lo molestaba.

¿Por qué Lucy Gray le estaba teniendo pena?

—Coriolanus... —repitió su nombre con delicadeza—. ¿Qué sucede?